EL TIPO DE CAMBIO DE HOY ES DE: Kimberly Cheatle renunció a su cargo como directora del Servicio Secreto (SS) tras el atentado contra Trump, levantando dudas sobre sus políticas de equidad, pero, sobre todo, de so capacidad.
Es noticia. En la mañana del martes 23 de julio, se filtró la correspondencia en la cual la exdirectora Cheatle anunciaba a sus empleados que dejaría el cargo. Su renuncia se dio tras el escrutinio provocado por el fracaso de la agencia a su cargo en prevenir el atentado al expresidente Trump el pasado domingo 13 de julio.
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La exfuncionaria compareció ante un comité de la Cámara de Representantes, dónde recibió presión bipartidaria para presentar su renuncia.
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Miembros del Partido Republicano han atribuido el fracaso de su administración a sus políticas de diversidad, equidad e inclusión (DEI) en el Servicio Secreto.
Cómo funciona. Las políticas DEI se han vuelto la moda en el mundo corporativo y en gran parte de la burocracia estatal estadounidense. Estas contemplan prácticas y políticas destinadas a apoyar la inclusión laboral con base en la raza, género y orientación de los empleados. Son prácticas para compensar la percepción de marginación a grupos minoritarios.
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Entre las mayores críticas a las políticas DEI se encuentra que la captación de capital humano se supedita al cumplimiento de cuotas de raza, género y orientación sexual, en vez del mérito o capacidad.
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Candidatos más aptos son reemplazados por personal, frecuentemente menos capaz, pero que cumple con una cuota de diversidad.
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Compañías como John Deere, Target y Bud Light han sufrido críticas por su uso de dichas políticas y conllevando a caídas en su cotización en bolsa.
Entre líneas. En una entrevista para la cadena CBS en mayo de 2023, Cheatle mencionó que uno de los retos para su dirección era superar la alta tasa de deserción en su agencia. Para el inicio de su gestión, dicha tasa era del 48 %. Mencionó que era fundamental tener una fuerza completa y competente para 2024, precisamente por la presencia de Donald Trump en la contienda. En la misma entrevista habló de otro tema fundamental para ella: la inclusión.
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“Soy muy consciente de que necesitamos atraer candidatos diversos y garantizar que estamos desarrollando y brindando oportunidades a todos en nuestra fuerza laboral y en particular a las mujeres.”
En perspectiva. La solución, al problema de una fuerza con cada vez menos personal, fue intensificar el reclutamiento a través de lo que se conoce como la “Iniciativa 30x30”. El objetivo era aumentar la representación de mujeres reclutas al 30 % para el año 2030. De esta manera, Cheatle lograría aumentar el reclutamiento y, a su vez, la representatividad femenina en el SS.
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El atentado evidenció los problemas de la inclusión a través de cuotas. En la escena pudo verse a dos mujeres agentes del SS con dificultades para manipular su arma en un momento de tensión y altura insuficiente para proteger al expresidente, exponiéndolo a un posible segundo disparo.
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Meghan McCain —hija de John McCain— comentó: “¿Por qué tienen a estas mujeres bajas (una que aparentemente no puede enfundar un arma) protegiendo a Trump? Esto es vergonzoso y peligroso.”
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El atentado se dio por un fallo de prevención. Poco tienen que ver en ello las agentes mencionadas. Las imágenes, sin embargo, evidenciaron más fallas en el equipo de seguridad del presidente y la mala gestión de Cheatle.
En conclusión. En la audiencia, tanto el congresista republicano John Come, como el demócrata Jamie Raskin, hicieron un llamado a la renuncia de la ahora exdirectora. Raskin le indicó que había “perdido la confianza del Congreso en un momento muy urgente y delicado en la historia del país”. Si bien, existen mujeres capaces de servir en el SS, una institución con problemas de reclutamiento difícilmente llenará ese vacío de personal a través de cuotas.
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Un trabajo de dicha naturaleza, como la misma Cheatle afirmó, “es literalmente una cuestión de vida o muerte”. El mérito es el único criterio válido para dicha institución.
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La exfuncionaria aceptó el error con entereza. Asumió responsabilidad total del incidente y lo denominó “el fallo operativo más significativo del Servicio Secreto en décadas”.
Kimberly Cheatle renunció a su cargo como directora del Servicio Secreto (SS) tras el atentado contra Trump, levantando dudas sobre sus políticas de equidad, pero, sobre todo, de so capacidad.
Es noticia. En la mañana del martes 23 de julio, se filtró la correspondencia en la cual la exdirectora Cheatle anunciaba a sus empleados que dejaría el cargo. Su renuncia se dio tras el escrutinio provocado por el fracaso de la agencia a su cargo en prevenir el atentado al expresidente Trump el pasado domingo 13 de julio.
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La exfuncionaria compareció ante un comité de la Cámara de Representantes, dónde recibió presión bipartidaria para presentar su renuncia.
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Miembros del Partido Republicano han atribuido el fracaso de su administración a sus políticas de diversidad, equidad e inclusión (DEI) en el Servicio Secreto.
Cómo funciona. Las políticas DEI se han vuelto la moda en el mundo corporativo y en gran parte de la burocracia estatal estadounidense. Estas contemplan prácticas y políticas destinadas a apoyar la inclusión laboral con base en la raza, género y orientación de los empleados. Son prácticas para compensar la percepción de marginación a grupos minoritarios.
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Entre las mayores críticas a las políticas DEI se encuentra que la captación de capital humano se supedita al cumplimiento de cuotas de raza, género y orientación sexual, en vez del mérito o capacidad.
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Candidatos más aptos son reemplazados por personal, frecuentemente menos capaz, pero que cumple con una cuota de diversidad.
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Compañías como John Deere, Target y Bud Light han sufrido críticas por su uso de dichas políticas y conllevando a caídas en su cotización en bolsa.
Entre líneas. En una entrevista para la cadena CBS en mayo de 2023, Cheatle mencionó que uno de los retos para su dirección era superar la alta tasa de deserción en su agencia. Para el inicio de su gestión, dicha tasa era del 48 %. Mencionó que era fundamental tener una fuerza completa y competente para 2024, precisamente por la presencia de Donald Trump en la contienda. En la misma entrevista habló de otro tema fundamental para ella: la inclusión.
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“Soy muy consciente de que necesitamos atraer candidatos diversos y garantizar que estamos desarrollando y brindando oportunidades a todos en nuestra fuerza laboral y en particular a las mujeres.”
En perspectiva. La solución, al problema de una fuerza con cada vez menos personal, fue intensificar el reclutamiento a través de lo que se conoce como la “Iniciativa 30x30”. El objetivo era aumentar la representación de mujeres reclutas al 30 % para el año 2030. De esta manera, Cheatle lograría aumentar el reclutamiento y, a su vez, la representatividad femenina en el SS.
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El atentado evidenció los problemas de la inclusión a través de cuotas. En la escena pudo verse a dos mujeres agentes del SS con dificultades para manipular su arma en un momento de tensión y altura insuficiente para proteger al expresidente, exponiéndolo a un posible segundo disparo.
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Meghan McCain —hija de John McCain— comentó: “¿Por qué tienen a estas mujeres bajas (una que aparentemente no puede enfundar un arma) protegiendo a Trump? Esto es vergonzoso y peligroso.”
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El atentado se dio por un fallo de prevención. Poco tienen que ver en ello las agentes mencionadas. Las imágenes, sin embargo, evidenciaron más fallas en el equipo de seguridad del presidente y la mala gestión de Cheatle.
En conclusión. En la audiencia, tanto el congresista republicano John Come, como el demócrata Jamie Raskin, hicieron un llamado a la renuncia de la ahora exdirectora. Raskin le indicó que había “perdido la confianza del Congreso en un momento muy urgente y delicado en la historia del país”. Si bien, existen mujeres capaces de servir en el SS, una institución con problemas de reclutamiento difícilmente llenará ese vacío de personal a través de cuotas.
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Un trabajo de dicha naturaleza, como la misma Cheatle afirmó, “es literalmente una cuestión de vida o muerte”. El mérito es el único criterio válido para dicha institución.
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La exfuncionaria aceptó el error con entereza. Asumió responsabilidad total del incidente y lo denominó “el fallo operativo más significativo del Servicio Secreto en décadas”.
