Nasry “Tito” Asfura lidera el conteo, pero Salvador Nasralla acorta la distancia en Honduras

Nasry “Tito” Asfura, candidato del Partido Nacional, lidera el escrutinio preliminar de las elecciones generales celebradas el domingo 30 de noviembre en Honduras.

Es noticia. Según el Consejo Nacional Electoral (CNE), con el 56 % de las actas procesadas, Asfura obtiene cerca del 40 % de los votos, seguido muy de cerca por Salvador Nasralla, del Partido Liberal, con 39,8 %, mientras que Rixi Moncada, del oficialista partido Libertad y Refundación (Libre), queda en tercer lugar con 19 %.

• La diferencia entre los dos primeros es mínima, menos de 5.000 votos, lo que mantiene la tensión en el país. El CNE recordó que el resultado definitivo se conocerá en un plazo máximo de 30 días y que el escrutinio es público. 
• Más de 6.5 millones de hondureños estaban habilitados para votar en unos comicios que se desarrollaron bajo un estado de excepción vigente desde diciembre de 2022, medida que generó críticas de sectores sociales y políticos.
• La jornada transcurrió sin incidentes graves, aunque con retrasos en la apertura de mesas y largas filas en los centros de votación. Según datos oficiales, participaron alrededor de 2,8 millones de personas, una cifra considerada alta en comparación con procesos anteriores.

Qué destacar. La campaña estuvo marcada por la intervención del presidente estadounidense Donald Trump, quien pidió abiertamente votar por Asfura y advirtió que la cooperación de Washington con Honduras dependería de su triunfo.

• Incluso, prometió indultar al expresidente Juan Orlando Hernández, condenado en EE. UU. por narcotráfico, lo que desató fuertes críticas de la oposición y de organizaciones civiles que denunciaron injerencia extranjera.
• Asfura, empresario y exalcalde de Tegucigalpa, busca la presidencia por segunda vez tras perder en 2021 frente a Xiomara Castro. Conocido por su lema “Papi a la orden”, ha construido una imagen de cercanía con la población y un estilo pragmático.
• Su plan de gobierno, denominado “Juntos vamos a estar bien 2026-2030”, prioriza la generación de empleo, la atracción de inversión, la descentralización hacia los municipios, la mejora de infraestructura y la modernización del sistema de salud y educación. También promete reforzar la seguridad, impulsar energías renovables y mantener una alianza estratégica con Estados Unidos y Taiwán. 

En el radar. Si la tendencia se confirma y Asfura asume la presidencia el 27 de enero de 2026, enfrentará desafíos enormes:

• Entre estos: deuda pública superior a USD 18 000M (alrededor del 45 % del PIB) y más del 60 % de la población viviendo en pobreza.
• Otro reto es la alta informalidad laboral que ronda el 74 % y la dependencia crítica de las remesas (27 % del PIB).
• También enfrenta un déficit energético superior a 200 MW, así como crisis de confianza institucional y penetración del narcotráfico en estructuras estatales. 

En conclusión. Además, deberá lidiar con un Congreso fragmentado, donde las alianzas serán clave para aprobar reformas estructurales.

• La expectativa internacional también será alta, especialmente en temas de lucha contra la corrupción y derechos humanos, que han estado en el centro del debate político.
• Aunque el margen entre Asfura y Nasralla es estrecho, el candidato del Partido Nacional se perfila como el próximo presidente, en unas elecciones que podrían redefinir el rumbo político y económico de Honduras en medio de un contexto regional marcado por la incertidumbre y la presión internacional.
• Por ahora, el país permanece en vilo mientras avanza el conteo oficial.