EL TIPO DE CAMBIO DE HOY ES DE: Bukele llegó al poder gracias a las pandillas; así lo revelaron dos líderes de la pandilla Barrio 18.
En perspectiva. El Faro evidenció el entramado que le dio a Bukele la alcaldía de San Salvador, la presidencia y el control legislativo absoluto. Los cabecillas del Barrio 18, Carlos Cartagena, alias “Charli” y otro conocido como alias “Liro” confirmaron la relación entre las maras y el actual gobierno salvadoreño.
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Bukele pactó con las maras en 2015 para que se aseguraran de que el entonces edil de Nuevo Cuscatlán ganara la alcaldía de San Salvador, y la presidencia en 2019.
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El testimonio ratifica la investigación que publicó El Faro en 2018 —y amplió en 2020—, evidenciando el intercambio de favores entre los grupos criminales y el gobierno Bukele.
Por qué importa. De acuerdo con “Charli”, Bukele [a las maras] les debe su ascenso al poder “en un 80 %”. Los pandilleros detallaron que se encargaron de secuestrar a miembros de la oposición, evitarles movilizarse a centros de votación e intimidar a sus familiares para obligarles a votar por Bukele. Detallaron que, desde el control que ejercían, fueron capaces de garantizarle la victoria en 2015, 2019 y 2021.
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Alias “Liro” detalló que, durante la pandemia, el gobierno les encomendó mantener a la gente en cuarentena y repartir dinero y comida a cambio de impedir el ingreso de la policía a sus comunidades.
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También ayudaron a aparentar una reducción de homicidios a través de desapariciones.
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De acuerdo con “Liro”, el director de Reconstrucción del Tejido Social, Carlos Marroquín, les instruyó la táctica, explicando que “sin cuerpo no hay delito”.
Cómo funciona. Los mediadores fueron Dennis Salinas, actual diputado de Nuevas Ideas; Osiris Luna, Director General de Centros Penales y, principalmente, Carlos Marroquín. Los funcionarios les garantizaban condenas reducidas, traslados a prisiones más cómodas y entrar sin registro a centros penitenciarios para visitar a amigos y familiares.
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“Charli” fue capturado el 21 de abril de 2022 —durante régimen de excepción— y fue liberado tras una llamada a la estación donde estaba detenido. El pandillero detalló que fue una orden de lo más alto, incluso del propio presidente.
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Se evidenció que miembros del gobierno, entre ellos Marroquín, les facilitaron el exilio a los cabecillas, transportándolos en vehículos oficiales hasta a Guatemala.
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A pesar de la evidencia, documentada desde 2018, Salinas, Luna y Marroquín siguen siendo funcionarios del gobierno de Bukele.
En conclusión. Documentos oficiales del gobierno de EE. UU., incluyendo grabaciones y escuchas telefónicas, respaldan las afirmaciones de negociaciones entre Bukele y las pandillas. Actualmente, la evidencia forma parte de un proceso judicial en Nueva York.
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Aunque el pacto implosionó en 2022, Bukele llegó a la presidencia; logró manejar la pandemia, y obtuvo su mayoría legislativa —con la cual destituyó a los fiscales que investigaban el pacto— gracias al apoyo de la MS-13 y el Barrio 18.
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Actualmente, las maras están contenidas y muchos de sus integrantes guardan prisión; pero los cabecillas se encuentran en el exilio, facilitado por el gobierno de Bukele.
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El pacto, presuntamente, ya no existe; pero los jefes, como “Charli” y “Liro”, están libres y lejos de la justicia.
Bukele llegó al poder gracias a las pandillas; así lo revelaron dos líderes de la pandilla Barrio 18.
En perspectiva. El Faro evidenció el entramado que le dio a Bukele la alcaldía de San Salvador, la presidencia y el control legislativo absoluto. Los cabecillas del Barrio 18, Carlos Cartagena, alias “Charli” y otro conocido como alias “Liro” confirmaron la relación entre las maras y el actual gobierno salvadoreño.
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Bukele pactó con las maras en 2015 para que se aseguraran de que el entonces edil de Nuevo Cuscatlán ganara la alcaldía de San Salvador, y la presidencia en 2019.
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Por qué importa. De acuerdo con “Charli”, Bukele [a las maras] les debe su ascenso al poder “en un 80 %”. Los pandilleros detallaron que se encargaron de secuestrar a miembros de la oposición, evitarles movilizarse a centros de votación e intimidar a sus familiares para obligarles a votar por Bukele. Detallaron que, desde el control que ejercían, fueron capaces de garantizarle la victoria en 2015, 2019 y 2021.
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Alias “Liro” detalló que, durante la pandemia, el gobierno les encomendó mantener a la gente en cuarentena y repartir dinero y comida a cambio de impedir el ingreso de la policía a sus comunidades.
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También ayudaron a aparentar una reducción de homicidios a través de desapariciones.
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De acuerdo con “Liro”, el director de Reconstrucción del Tejido Social, Carlos Marroquín, les instruyó la táctica, explicando que “sin cuerpo no hay delito”.
Cómo funciona. Los mediadores fueron Dennis Salinas, actual diputado de Nuevas Ideas; Osiris Luna, Director General de Centros Penales y, principalmente, Carlos Marroquín. Los funcionarios les garantizaban condenas reducidas, traslados a prisiones más cómodas y entrar sin registro a centros penitenciarios para visitar a amigos y familiares.
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“Charli” fue capturado el 21 de abril de 2022 —durante régimen de excepción— y fue liberado tras una llamada a la estación donde estaba detenido. El pandillero detalló que fue una orden de lo más alto, incluso del propio presidente.
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Se evidenció que miembros del gobierno, entre ellos Marroquín, les facilitaron el exilio a los cabecillas, transportándolos en vehículos oficiales hasta a Guatemala.
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A pesar de la evidencia, documentada desde 2018, Salinas, Luna y Marroquín siguen siendo funcionarios del gobierno de Bukele.
En conclusión. Documentos oficiales del gobierno de EE. UU., incluyendo grabaciones y escuchas telefónicas, respaldan las afirmaciones de negociaciones entre Bukele y las pandillas. Actualmente, la evidencia forma parte de un proceso judicial en Nueva York.
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Aunque el pacto implosionó en 2022, Bukele llegó a la presidencia; logró manejar la pandemia, y obtuvo su mayoría legislativa —con la cual destituyó a los fiscales que investigaban el pacto— gracias al apoyo de la MS-13 y el Barrio 18.
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Actualmente, las maras están contenidas y muchos de sus integrantes guardan prisión; pero los cabecillas se encuentran en el exilio, facilitado por el gobierno de Bukele.
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El pacto, presuntamente, ya no existe; pero los jefes, como “Charli” y “Liro”, están libres y lejos de la justicia.
