EL TIPO DE CAMBIO DE HOY ES DE: El “Marck Zuckerberg ruso”, Pavel Durov, fue arrestado en Francia en el último episodio de la ola de censura de la izquierda en redes sociales.
Panorama general. El fundador de Telegram fue capturado cuando su jet privado aterrizó en el aeropuerto de Le Bourget, al norte de París. Las autoridades francesas acusan a Durov de complicidad en la distribución de pornografía infantil, drogas y software de piratería, además de negarse a cooperar con las investigaciones sobre actividades ilegales en Telegram. El empresario es considerado un héroe para los libertarios de internet desde la última década.
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Seis años antes de su arresto, Durov almorzó con el presidente Emmanuel Macron para discutir la posibilidad de trasladar su aplicación de mensajería a París y la posibilidad de obtener la ciudadanía francesa, la que ahora tiene.
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Telegram permaneció basada en Dubai. Un artículo del Financial Times de marzo de 2024 reportó que Durov estaba pensando lanzar una Oferta Pública de Venta este año, con una valuación inicial de hasta USD 30 000M.
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La encriptación de los mensajes en la plataforma hace de Telegram un espacio conocido por ser libre de censura. El Reino Unido, Rusia, España, China e Irán figuran entre los países que han buscado regular e incluso suspender la aplicación. Todos son regímenes de izquierda o autocráticos.
Entre líneas. Por otro lado, un comité judicial de la Cámara de Representantes de EE. UU., investigando la moderación de contenido en las plataformas en línea, ha puesto a Mark Zuckerberg bajo la lupa. El magnate envió una carta al comité, afirmando que la administración Biden-Harris le había presionado para censurar contenido sobre la covid-19 en 2021. Afirmó que se arrepentía de haber aceptado las directrices de la Casa Blanca para suprimir la libertad de expresión de los usuarios de META.
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Adicionalmente, mencionó que el FBI le presionó para reprimir el artículo del New York Post sobre la computadora portátil de Hunter Biden en octubre de 2020, debido a que era “interferencia electoral” por “posible desinformación rusa”.
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META y Twitter –ahora 𝕏– censuraron el artículo, que vinculaba a Joe Biden a actos de corrupción relacionados a una empresa ucraniana; además, mostraba conflictos de interés con los negocios de su hijo en China mientras era vicepresidente.
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De acuerdo con Zuckerberg, “[…] se ha dejado claro que no era desinformación rusa”. Una encuesta realizada después de las elecciones encontró que alrededor del 17 % de los votantes de Biden habrían reconsiderado su voto si hubieran conocido la historia antes de emitir su voto.
En el radar. Elon Musk, que ha estado en el centro de la persecución de autoridades británicas, europeas, indias y brasileñas, continúa su cruzada contra el ministro de la Corte Suprema de Brasil, Alexandre de Moraes. Tras una larga escalada de tensiones, donde Moraes amenazó a la representante legal de 𝕏 en Brasil con persecución penal, Musk se vio obligado a cerrar las oficinas de la red social en el país.
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En el último capítulo de la saga en Brasil, de Moraes embargó las cuentas de Starlink, una compañía creada por Musk, pero ajena totalmente a 𝕏.
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El ministro —el mismo que inhabilitó al derechista Jair Bolsonaro para optar a cargos públicos hasta 2030— ha ordenado la suspensión de más de 100 usuarios de 𝕏 que apoyan al expresidente.
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Desde que Musk se rehusó a seguir aceptando las órdenes de censura, de Moraes ha iniciado una campaña de persecución en contra del empresario y sus compañías.
Por qué importa. Para 2023, un 69 % de los usuarios de redes sociales en EE. UU. afirmaron consultar dichas plataformas como fuente de información de noticias. Entre todos los sitios bajo la propiedad de META (Facebook, Instagram y WhatsApp), 𝕏 y Telegram, suman alrededor de 9 980M de cuentas.
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Los casos de META, 𝕏 y Telegram muestran una tendencia importante por violar la libertad de expresión, primordialmente con mensajes contrarios a la agenda política de la izquierda.
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Las consecuencias van desde el control social –con el caso de la pandemia–; afectar el resultado de las elecciones de 2020 en EE. UU.; silenciar el apoyo a la derecha en Brasil, y bloquear la comunicación de los opositores a regímenes autocráticos, entre muchas otras.
El “Marck Zuckerberg ruso”, Pavel Durov, fue arrestado en Francia en el último episodio de la ola de censura de la izquierda en redes sociales.
Panorama general. El fundador de Telegram fue capturado cuando su jet privado aterrizó en el aeropuerto de Le Bourget, al norte de París. Las autoridades francesas acusan a Durov de complicidad en la distribución de pornografía infantil, drogas y software de piratería, además de negarse a cooperar con las investigaciones sobre actividades ilegales en Telegram. El empresario es considerado un héroe para los libertarios de internet desde la última década.
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Seis años antes de su arresto, Durov almorzó con el presidente Emmanuel Macron para discutir la posibilidad de trasladar su aplicación de mensajería a París y la posibilidad de obtener la ciudadanía francesa, la que ahora tiene.
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La encriptación de los mensajes en la plataforma hace de Telegram un espacio conocido por ser libre de censura. El Reino Unido, Rusia, España, China e Irán figuran entre los países que han buscado regular e incluso suspender la aplicación. Todos son regímenes de izquierda o autocráticos.
Entre líneas. Por otro lado, un comité judicial de la Cámara de Representantes de EE. UU., investigando la moderación de contenido en las plataformas en línea, ha puesto a Mark Zuckerberg bajo la lupa. El magnate envió una carta al comité, afirmando que la administración Biden-Harris le había presionado para censurar contenido sobre la covid-19 en 2021. Afirmó que se arrepentía de haber aceptado las directrices de la Casa Blanca para suprimir la libertad de expresión de los usuarios de META.
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Adicionalmente, mencionó que el FBI le presionó para reprimir el artículo del New York Post sobre la computadora portátil de Hunter Biden en octubre de 2020, debido a que era “interferencia electoral” por “posible desinformación rusa”.
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META y Twitter –ahora 𝕏– censuraron el artículo, que vinculaba a Joe Biden a actos de corrupción relacionados a una empresa ucraniana; además, mostraba conflictos de interés con los negocios de su hijo en China mientras era vicepresidente.
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De acuerdo con Zuckerberg, “[…] se ha dejado claro que no era desinformación rusa”. Una encuesta realizada después de las elecciones encontró que alrededor del 17 % de los votantes de Biden habrían reconsiderado su voto si hubieran conocido la historia antes de emitir su voto.
En el radar. Elon Musk, que ha estado en el centro de la persecución de autoridades británicas, europeas, indias y brasileñas, continúa su cruzada contra el ministro de la Corte Suprema de Brasil, Alexandre de Moraes. Tras una larga escalada de tensiones, donde Moraes amenazó a la representante legal de 𝕏 en Brasil con persecución penal, Musk se vio obligado a cerrar las oficinas de la red social en el país.
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En el último capítulo de la saga en Brasil, de Moraes embargó las cuentas de Starlink, una compañía creada por Musk, pero ajena totalmente a 𝕏.
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El ministro —el mismo que inhabilitó al derechista Jair Bolsonaro para optar a cargos públicos hasta 2030— ha ordenado la suspensión de más de 100 usuarios de 𝕏 que apoyan al expresidente.
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Desde que Musk se rehusó a seguir aceptando las órdenes de censura, de Moraes ha iniciado una campaña de persecución en contra del empresario y sus compañías.
Por qué importa. Para 2023, un 69 % de los usuarios de redes sociales en EE. UU. afirmaron consultar dichas plataformas como fuente de información de noticias. Entre todos los sitios bajo la propiedad de META (Facebook, Instagram y WhatsApp), 𝕏 y Telegram, suman alrededor de 9 980M de cuentas.
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Los casos de META, 𝕏 y Telegram muestran una tendencia importante por violar la libertad de expresión, primordialmente con mensajes contrarios a la agenda política de la izquierda.
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Las consecuencias van desde el control social –con el caso de la pandemia–; afectar el resultado de las elecciones de 2020 en EE. UU.; silenciar el apoyo a la derecha en Brasil, y bloquear la comunicación de los opositores a regímenes autocráticos, entre muchas otras.
