El martes pasado, Claudia Sheinbaum tomó posesión como presidenta de México, siendo la primera mujer en asumir el cargo. Este no es su atributo más destacable: Sheinbaum ha demostrado ser una fiel heredera de su predecesor, Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Armada con un poder legislativo que AMLO no podría haber soñado, la presidenta busca reformar la sociedad mexicana de maneras que la desarticulada oposición mexicana considera casi apocalípticas.
- El nacionalismo izquierdista con matices indigenistas de Sheinbaum, junto con su defensa de la polémica reforma judicial de AMLO, podría debilitar las ya tensas relaciones con EE. UU., poniendo en peligro la estabilidad económica del país.
- A pesar del enorme atractivo de México, el país mejor situado para sacar rédito al nearshoring empujado desde Washington, algunas de las otras reformas de Sheinbaum, que incluyen un aumento anual, automático y recurrente del 12% al salario mínimo, podrían reducir en gran medida la competitividad del país.
Entre líneas. La reforma judicial impulsada por AMLO fue aprobada recientemente por el Congreso. Se trata de una enmienda a la Constitución que prevé elegir a todos los jueces del país —incluyendo a los ministros de la Suprema Corte de Justicia— por voto popular. Esta falta de independencia judicial coloca al país en una situación de vulnerabilidad institucional que podría tener graves consecuencias tanto a nivel político como económico.
- Al aprobar la reforma constitucional, el Gobierno ignoró no sólo una huelga de funcionarios públicos, sino también los considerables riesgos económicos y las preocupaciones internacionales, especialmente las de EE. UU.
- En la Cámara de Diputados, donde el Gobierno controla 364 de los 500 escaños, la reforma no encontró traba alguna. En el Senado, el partido de Sheinbaum, Morena, se quedó a un voto de los dos tercios necesarios para reunir una mayoría calificada.
- Resolvió este problema tentando —exitosamente— a un senador de la oposición, Miguel Ángel Yunes, miembro del “Clan Yunes”, una dinastía política vinculada a varios escándalos de corrupción.
Panorama general. Bajo la administración de AMLO, México ha implementado políticas nacionalistas que han tensado las relaciones con sus socios comerciales del T-MEC: EE. UU. y Canadá. El Gobierno ha centralizado el control estatal sobre sectores clave como el energético, beneficiando a Pemex, un gigante petrolero de propiedad estatal, y a la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
- Este enfoque corre el riesgo de alterar el delicado equilibrio en las relaciones EE. UU.-México, especialmente en vista de que el 78.3% de las exportaciones mexicanas tienen como destino a EE. UU.
- A pesar de las advertencias de diversas instituciones financieras, Sheinbaum parece decidida a continuar por la senda de AMLO, cosa que sin duda aumentará las tensiones con Washington, sobre todo si Donald Trump regresa a la Casa Blanca.
- Por lo demás, sus reformas propuestas —aumentos a las pensiones y al salario mínimo, así como enmiendas a la Constitución para incluir los términos “perspectiva de género” e “igualdad sustantiva”— también corren el riesgo de ahuyentar la inversión extranjera.
Oposición internacional. El embajador de EE. UU., Ken Salazar, no ha dudado en señalar los peligros que representa la reforma judicial. Según él, los planes de AMLO y Sheinbaum amenazan la democracia mexicana, así como los vínculos comerciales entre EE. UU. y México. Salazar enfatizó que cualquier reforma judicial debe fortalecer, no debilitar, la independencia de los jueces.
- “El riesgo de tener jueces electos directamente por el voto popular es que podrían ser manipulados por intereses políticos y, peor aún, facilitar las operaciones de los cárteles”, advirtió Salazar.
- Los efectos económicos ya se están sintiendo: el peso mexicano, cuyo buen desempeño en 2023 fue ampliamente comentado, ha caído desde la elección de Sheinbaum. Instituciones como Morgan Stanley han reducido sus recomendaciones de inversión en México, y Citibanamex advirtió que esta reforma podría conducir al fin de la democracia liberal en el país.
¿Por qué importa? Además de los riesgos institucionales, a largo plazo, las políticas de Sheinbaum podrían tener consecuencias negativas para la economía mexicana. El creciente papel de México como intermediario comercial entre EE. UU. y China podría verse afectado si Sheinbaum implementa reformas que erosionan la estabilidad y confianza en el país.
- El incremento del comercio entre China y México, especialmente en productos intermedios chinos que se terminan en México, para luego ser exportados a EE. UU., es evidentemente parte de una estrategia para esquivar los aranceles estadounidenses, pero también es una muestra de la importancia de México en la cadena de suministro global.
- Sin embargo, una crisis política interna podría hacer que inversores y empresas reconsideren su presencia en el país, perjudicando sectores claves como el automotriz y el manufacturero.
- Esto es especialmente cierto si México emprende un rumbo pendenciero, como se ha visto en su crisis diplomática con España, de tal manera alejando a EE. UU. y desgastando la buena voluntad que existe en ciertos sectores en Washington.
El balance. Claudia Sheinbaum se enfrenta a una encrucijada: continuar con el legado populista de AMLO o buscar un camino moderado que asegure el crecimiento y la estabilidad económica de México. A menos de una semana de haber asumido la presidencia, Sheinbaum evidentemente ha escogido la primera opción.
- De hecho, puede resultar más radical que AMLO, una figura de la vieja guardia izquierdista del PRI, el antiguo partido hegemónico de México. Sheinbaum, en cambio, es una figura parcialmente americanizada; algunos la describirían como woke.
- Aunque sus propuestas generan incertidumbre, las bases de la economía mexicana siguen siendo sólidas. Si Sheinbaum insiste en sus reformas radicales, la economía de México seguramente sufrirá, pero esto no tiene por qué ser permanente si los sectores clave logran capear el temporal político.
El martes pasado, Claudia Sheinbaum tomó posesión como presidenta de México, siendo la primera mujer en asumir el cargo. Este no es su atributo más destacable: Sheinbaum ha demostrado ser una fiel heredera de su predecesor, Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Armada con un poder legislativo que AMLO no podría haber soñado, la presidenta busca reformar la sociedad mexicana de maneras que la desarticulada oposición mexicana considera casi apocalípticas.
- El nacionalismo izquierdista con matices indigenistas de Sheinbaum, junto con su defensa de la polémica reforma judicial de AMLO, podría debilitar las ya tensas relaciones con EE. UU., poniendo en peligro la estabilidad económica del país.
- A pesar del enorme atractivo de México, el país mejor situado para sacar rédito al nearshoring empujado desde Washington, algunas de las otras reformas de Sheinbaum, que incluyen un aumento anual, automático y recurrente del 12% al salario mínimo, podrían reducir en gran medida la competitividad del país.
Entre líneas. La reforma judicial impulsada por AMLO fue aprobada recientemente por el Congreso. Se trata de una enmienda a la Constitución que prevé elegir a todos los jueces del país —incluyendo a los ministros de la Suprema Corte de Justicia— por voto popular. Esta falta de independencia judicial coloca al país en una situación de vulnerabilidad institucional que podría tener graves consecuencias tanto a nivel político como económico.
- Al aprobar la reforma constitucional, el Gobierno ignoró no sólo una huelga de funcionarios públicos, sino también los considerables riesgos económicos y las preocupaciones internacionales, especialmente las de EE. UU.
- En la Cámara de Diputados, donde el Gobierno controla 364 de los 500 escaños, la reforma no encontró traba alguna. En el Senado, el partido de Sheinbaum, Morena, se quedó a un voto de los dos tercios necesarios para reunir una mayoría calificada.
- Resolvió este problema tentando —exitosamente— a un senador de la oposición, Miguel Ángel Yunes, miembro del “Clan Yunes”, una dinastía política vinculada a varios escándalos de corrupción.
Panorama general. Bajo la administración de AMLO, México ha implementado políticas nacionalistas que han tensado las relaciones con sus socios comerciales del T-MEC: EE. UU. y Canadá. El Gobierno ha centralizado el control estatal sobre sectores clave como el energético, beneficiando a Pemex, un gigante petrolero de propiedad estatal, y a la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
- Este enfoque corre el riesgo de alterar el delicado equilibrio en las relaciones EE. UU.-México, especialmente en vista de que el 78.3% de las exportaciones mexicanas tienen como destino a EE. UU.
- A pesar de las advertencias de diversas instituciones financieras, Sheinbaum parece decidida a continuar por la senda de AMLO, cosa que sin duda aumentará las tensiones con Washington, sobre todo si Donald Trump regresa a la Casa Blanca.
- Por lo demás, sus reformas propuestas —aumentos a las pensiones y al salario mínimo, así como enmiendas a la Constitución para incluir los términos “perspectiva de género” e “igualdad sustantiva”— también corren el riesgo de ahuyentar la inversión extranjera.
Oposición internacional. El embajador de EE. UU., Ken Salazar, no ha dudado en señalar los peligros que representa la reforma judicial. Según él, los planes de AMLO y Sheinbaum amenazan la democracia mexicana, así como los vínculos comerciales entre EE. UU. y México. Salazar enfatizó que cualquier reforma judicial debe fortalecer, no debilitar, la independencia de los jueces.
- “El riesgo de tener jueces electos directamente por el voto popular es que podrían ser manipulados por intereses políticos y, peor aún, facilitar las operaciones de los cárteles”, advirtió Salazar.
- Los efectos económicos ya se están sintiendo: el peso mexicano, cuyo buen desempeño en 2023 fue ampliamente comentado, ha caído desde la elección de Sheinbaum. Instituciones como Morgan Stanley han reducido sus recomendaciones de inversión en México, y Citibanamex advirtió que esta reforma podría conducir al fin de la democracia liberal en el país.
¿Por qué importa? Además de los riesgos institucionales, a largo plazo, las políticas de Sheinbaum podrían tener consecuencias negativas para la economía mexicana. El creciente papel de México como intermediario comercial entre EE. UU. y China podría verse afectado si Sheinbaum implementa reformas que erosionan la estabilidad y confianza en el país.
- El incremento del comercio entre China y México, especialmente en productos intermedios chinos que se terminan en México, para luego ser exportados a EE. UU., es evidentemente parte de una estrategia para esquivar los aranceles estadounidenses, pero también es una muestra de la importancia de México en la cadena de suministro global.
- Sin embargo, una crisis política interna podría hacer que inversores y empresas reconsideren su presencia en el país, perjudicando sectores claves como el automotriz y el manufacturero.
- Esto es especialmente cierto si México emprende un rumbo pendenciero, como se ha visto en su crisis diplomática con España, de tal manera alejando a EE. UU. y desgastando la buena voluntad que existe en ciertos sectores en Washington.
El balance. Claudia Sheinbaum se enfrenta a una encrucijada: continuar con el legado populista de AMLO o buscar un camino moderado que asegure el crecimiento y la estabilidad económica de México. A menos de una semana de haber asumido la presidencia, Sheinbaum evidentemente ha escogido la primera opción.
- De hecho, puede resultar más radical que AMLO, una figura de la vieja guardia izquierdista del PRI, el antiguo partido hegemónico de México. Sheinbaum, en cambio, es una figura parcialmente americanizada; algunos la describirían como woke.
- Aunque sus propuestas generan incertidumbre, las bases de la economía mexicana siguen siendo sólidas. Si Sheinbaum insiste en sus reformas radicales, la economía de México seguramente sufrirá, pero esto no tiene por qué ser permanente si los sectores clave logran capear el temporal político.