EL TIPO DE CAMBIO DE HOY ES DE: Aproximadamente a una hora de la Ciudad de Guatemala, rodeado de árboles y aire fresco, existe un lugar que parece sacado de una película del viejo Oeste: Bonanza. Nació como un restaurante de paso en el kilómetro 88 de la carretera Interamericana, pero su propuesta cautivó tanto que hoy se ha convertido en un destino familiar. Lo mejor es que ahora puedes disfrutar de la experiencia Bonanza sin salir del departamento de Guatemala.
Su fundador, fanático de la famosa serie de televisión Bonanza, quiso traer ese estilo a Guatemala. Desde que uno llega, se siente como en un mundo vaquero: mesas de madera, música country y un ambiente tranquilo donde todos —niños, adultos y mascotas— son bienvenidos.
Quienes llegan temprano son recibidos por el característico clima frío de la zona, ideal para comenzar el día con un desayuno tecpaneco. También hay opciones para el almuerzo, como parrilladas, hamburguesas, las típicas tortillas con queso chancol, chorizos ahumados y más.
Después de llenar el estómago, el recorrido continúa. Para los amantes de los animales, Bonanza ofrece una pequeña granja donde conviven patos, gallinas, ovejas, cabras, vacas, caballos, burros y cerdos. Este mes, una cerdita está por dar a luz a siete lechoncitos, que estarán listos para recibir visitas muy pronto.
Los fines de semana, el lugar se transforma en un parque de aventuras. Por un costo adicional, los visitantes pueden lanzarse en canopy, recorrer en cuatrimotos, subirse a un toro mecánico o disfrutar de un paseo en el tren de animales, pensado especialmente para los más pequeños.
Además, hay otro espacio: Old Town Bonanza, donde encontrarás un sport bar con cerveza de barril, heladería, souvenirs, tiro al blanco y más. Un rincón que te traslada como si estuvieras en un set de película.
Y aunque parezca que la experiencia termina allí, Bonanza Fraijanes también ofrece hospedaje. Cuenta con seis cabañas para que familias, parejas o amigos puedan disfrutar de una estadía en lq naturaleza.
Ya no es solo un restaurante de paso. Es un refugio para quienes buscan escapar de la rutina sin alejarse demasiado de la ciudad. Una experiencia que, aunque inspirada en el viejo Oeste, tiene un toque muy guatemalteco.
Aproximadamente a una hora de la Ciudad de Guatemala, rodeado de árboles y aire fresco, existe un lugar que parece sacado de una película del viejo Oeste: Bonanza. Nació como un restaurante de paso en el kilómetro 88 de la carretera Interamericana, pero su propuesta cautivó tanto que hoy se ha convertido en un destino familiar. Lo mejor es que ahora puedes disfrutar de la experiencia Bonanza sin salir del departamento de Guatemala.
Su fundador, fanático de la famosa serie de televisión Bonanza, quiso traer ese estilo a Guatemala. Desde que uno llega, se siente como en un mundo vaquero: mesas de madera, música country y un ambiente tranquilo donde todos —niños, adultos y mascotas— son bienvenidos.
Quienes llegan temprano son recibidos por el característico clima frío de la zona, ideal para comenzar el día con un desayuno tecpaneco. También hay opciones para el almuerzo, como parrilladas, hamburguesas, las típicas tortillas con queso chancol, chorizos ahumados y más.
Después de llenar el estómago, el recorrido continúa. Para los amantes de los animales, Bonanza ofrece una pequeña granja donde conviven patos, gallinas, ovejas, cabras, vacas, caballos, burros y cerdos. Este mes, una cerdita está por dar a luz a siete lechoncitos, que estarán listos para recibir visitas muy pronto.
Los fines de semana, el lugar se transforma en un parque de aventuras. Por un costo adicional, los visitantes pueden lanzarse en canopy, recorrer en cuatrimotos, subirse a un toro mecánico o disfrutar de un paseo en el tren de animales, pensado especialmente para los más pequeños.
Además, hay otro espacio: Old Town Bonanza, donde encontrarás un sport bar con cerveza de barril, heladería, souvenirs, tiro al blanco y más. Un rincón que te traslada como si estuvieras en un set de película.
Y aunque parezca que la experiencia termina allí, Bonanza Fraijanes también ofrece hospedaje. Cuenta con seis cabañas para que familias, parejas o amigos puedan disfrutar de una estadía en lq naturaleza.
Ya no es solo un restaurante de paso. Es un refugio para quienes buscan escapar de la rutina sin alejarse demasiado de la ciudad. Una experiencia que, aunque inspirada en el viejo Oeste, tiene un toque muy guatemalteco.
