EL TIPO DE CAMBIO DE HOY ES DE: El primer y posiblemente último debate presidencial entre Donald Trump y Kamala Harris dejó poco para el recuerdo. El evento se destacó más por el papel intervencionista de los moderadores, que por la participación de ambos candidatos.
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La organización de ABC News ha sido ampliamente criticada por los republicanos, debido al desigual trato con respecto al factchecking para ambos candidatos.
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El desencanto de los medios tradicionales hacia Trump no es noticia, pero el expresidente parece haber perdido su colmillo para pelear como en 2016 y 2020.
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Qué destacar. La vicepresidenta demostró su capacidad para debatir contra un Trump que destaca por descolocar a sus contrincantes en discusiones públicas. No obstante, poco ofreció Harris al electorado indeciso, además de una serie de contradicciones con sus posturas. Con el tema del fracking, fundamental fuente de empleos en el estado bisagra de Pensilvania, la candidata afirmó que nunca ha estado a favor de su prohibición, lo cual es mentira.
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Aunque la moderación de ABC lo pasó por alto, las palabras de “no hay duda, estoy a favor de prohibir el fracking” de Harris en el Climate Town Hall de CNN en septiembre de 2019, resuenan en redes sociales tras el debate.
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Harris fue incapaz de separarse de las acusaciones republicanas de que su campaña ha copiado muchas posturas de la campaña de Trump, a pesar de ser contrarias a las posturas personales de la candidata.
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No obstante, la demócrata ganó la batalla, aunque esto no se traduzca en apoyo en las urnas.
Visto y no visto. Por su parte, Trump mostró su misma cara de siempre, pero un poco menos perspicaz. El expresidente no dudó en criticar la gestión de Harris como vicepresidenta, sin embargo, explotó muy poco el argumento de su dudable capacidad de cambiar el rumbo que su propia administración fijó.
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De igual manera, se le vio menos reactivo a la hostilidad de los moderadores en su contra, algo que solía caracterizarle en este tipo de escenarios.
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Trump también desaprovechó la oportunidad de centrar el debate en sus puntos fuertes, dejando mucho que desear en sus argumentos por el tema económico y migratorio.
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Al contrario, permitió que los moderadores centraran el tema económico en su política de tarifas en vez de la inflación y que Harris le llevara al terreno pantanoso del aborto.
En conclusión. Al finalizar el debate, la campaña de Harris invitó a Donald Trump a un segundo debate en octubre. No se espera que el republicano acepte. La puesta en escena, sin embargo, no cambia el panorama. Harris y Trump siguen en un empate técnico en las encuestas, incluyendo en los estados bisagra, donde todas las encuestas caen dentro del margen de error.
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El debate del martes no será tan impactante como el de junio. Al contrario, será un debate que recordarán muy pocos.
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Entre más rápido salga el debate del ciclo noticioso, mejor para un partido republicano que debe frenar el ímpetu de la campaña de Harris.
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En los 54 días que faltan para las elecciones, Trump tiene el reto de volver a ser un candidato, algo que parece haber olvidado.
El primer y posiblemente último debate presidencial entre Donald Trump y Kamala Harris dejó poco para el recuerdo. El evento se destacó más por el papel intervencionista de los moderadores, que por la participación de ambos candidatos.
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La organización de ABC News ha sido ampliamente criticada por los republicanos, debido al desigual trato con respecto al factchecking para ambos candidatos.
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El desencanto de los medios tradicionales hacia Trump no es noticia, pero el expresidente parece haber perdido su colmillo para pelear como en 2016 y 2020.
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Qué destacar. La vicepresidenta demostró su capacidad para debatir contra un Trump que destaca por descolocar a sus contrincantes en discusiones públicas. No obstante, poco ofreció Harris al electorado indeciso, además de una serie de contradicciones con sus posturas. Con el tema del fracking, fundamental fuente de empleos en el estado bisagra de Pensilvania, la candidata afirmó que nunca ha estado a favor de su prohibición, lo cual es mentira.
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Aunque la moderación de ABC lo pasó por alto, las palabras de “no hay duda, estoy a favor de prohibir el fracking” de Harris en el Climate Town Hall de CNN en septiembre de 2019, resuenan en redes sociales tras el debate.
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Harris fue incapaz de separarse de las acusaciones republicanas de que su campaña ha copiado muchas posturas de la campaña de Trump, a pesar de ser contrarias a las posturas personales de la candidata.
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No obstante, la demócrata ganó la batalla, aunque esto no se traduzca en apoyo en las urnas.
Visto y no visto. Por su parte, Trump mostró su misma cara de siempre, pero un poco menos perspicaz. El expresidente no dudó en criticar la gestión de Harris como vicepresidenta, sin embargo, explotó muy poco el argumento de su dudable capacidad de cambiar el rumbo que su propia administración fijó.
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De igual manera, se le vio menos reactivo a la hostilidad de los moderadores en su contra, algo que solía caracterizarle en este tipo de escenarios.
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Trump también desaprovechó la oportunidad de centrar el debate en sus puntos fuertes, dejando mucho que desear en sus argumentos por el tema económico y migratorio.
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Al contrario, permitió que los moderadores centraran el tema económico en su política de tarifas en vez de la inflación y que Harris le llevara al terreno pantanoso del aborto.
En conclusión. Al finalizar el debate, la campaña de Harris invitó a Donald Trump a un segundo debate en octubre. No se espera que el republicano acepte. La puesta en escena, sin embargo, no cambia el panorama. Harris y Trump siguen en un empate técnico en las encuestas, incluyendo en los estados bisagra, donde todas las encuestas caen dentro del margen de error.
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El debate del martes no será tan impactante como el de junio. Al contrario, será un debate que recordarán muy pocos.
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Entre más rápido salga el debate del ciclo noticioso, mejor para un partido republicano que debe frenar el ímpetu de la campaña de Harris.
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En los 54 días que faltan para las elecciones, Trump tiene el reto de volver a ser un candidato, algo que parece haber olvidado.
