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Sindicatos portuarios sabotean el crecimiento económico del país

.
Marimaite Rayo
10 de octubre, 2024

Los puertos en Guatemala, más que vías de entrada para el comercio internacional, se han convertido en puntos de congestionamiento logístico que inciden negativamente sobre el crecimiento económico del país.  

  • A pesar de que este congestionamiento es producto de una multiplicidad de factores, como la falta de infraestructura estratégica, gran parte de ello –también– se le atribuye a la actividad sindical en los diferentes puertos del país.
  • Los sindicatos que han mostrado tener una mayor capacidad de presión son el Sindicato de Trabajadores Unidos de la Empresa Portuaria Nacional Santo Tomás de Castilla (SITRUEMPORNAC) y el Sindicato de Trabajadores de Empresa Portuaria Quetzal (STEPQ), dado a que cuentan con un Pacto Colectivo.
  • Es más, la actividad de estos sindicatos es tal que, en 2014, junto con otros grupos pertenecientes al sector de transporte nacional, conformaron la Federación del Transporte Nacional Sindical (FETRANSGUA). Sin embargo, más que favorecer el bienestar de los trabajadores, únicamente han inhibido el crecimiento económico del país –derivado del comercio internacional– debido a los privilegios que no están vinculados al desempeño laboral.  

En perspectiva. En los últimos años –particularmente a partir de 2013– el STEPQ ha ganado protagonismo, ya que ha verbalizado y protestado en contra del modelo de gestión que se ha aplicado en Puerto Quetzal.  

 

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  • Con el objetivo de agilizar los procesos en la portuaria, en 2012, el entonces presidente, Otto Pérez Molina, firmó un contrato que cedía en usufructo más de 348 mil metros cuadrados a la Terminal de Contenedores Quetzal (TCQ) para la construcción de una terminal y el manejo de su carga. Debido a que el sindicato consideraba que este contrato era lesivo para los trabajadores, la agrupación bloqueó el ingreso a las instalaciones en forma de protesta.
  • Estos bloqueos continuaron con el presidente Alejandro Maldonado; los trabajadores pretendían que el mandatario declarara la nulidad del contrato.
  • La presión del sindicato fue tal que, mediante una orden judicial, consiguieron la suspensión del contrato, por no contar con una licencia municipal. La victoria del sindicato demostró la estrategia sindical y su poder de presión ante las autoridades.  

Qué destacar. Este tipo de acciones por parte del sindicato portuario refleja lo pernicioso de su actividad en contra del comercio internacional y el crecimiento económico.

  • Ha habido esfuerzos por estandarizar el funcionamiento en los puertos; un punto importante es que no se otorguen privilegios a líderes sindicales.
  • La iniciativa 5545 para la Ley Reguladora del Sistema Portuario Nacional, pretendía responder a estas demandas mediante la creación de una autoridad unificada para los puertos guatemaltecos. No obstante, bajo la consigna de la “oposición a la privatización” –que supuestamente violaba la autonomía de las entidades– los sindicalistas, liderados por Javier Reyes Navarrete, consiguieron coaccionar a los legisladores y aplazar su aprobación. 

Lo indispensable. Ahora bien, el alcance del poder de sabotaje del STEPQ se evidencia en las condiciones absurdas que establece el Pacto Colectivo.  

  • Los beneficios de los que gozan los empleados portuarios incluyen bonos vacacionales, bonos por antigüedad, ayudas médicas en servicios complementarios como la oftalmología, subsidios familiares, incentivos para la recreación, entre otros, los cuales solo se traducen en altos costos para el Estado y, por ende, una mala distribución en los recursos.
  • Asimismo, las condiciones para ocupar puestos vacantes, las cuales privilegian a los trabajadores sindicalizados frente a los de nuevo ingreso; generan una dinámica de exclusión en la institución. Como consecuencia, se limita la capacidad de innovación.
  • Consecuentemente, el pacto colectivo, en vez asegurar garantías laborales, únicamente genera incentivos perversos que propician el mal aprovechamiento de los recursos y profundiza la crisis portuaria del país.  

En conclusión. Más que la puerta de entrada para el comercio internacional en Guatemala, los puertos son polos de desarrollo, por lo que su mantenimiento y eficiencia son cruciales para el crecimiento económico del país.  

  • Los sindicatos, al oponerse a toda iniciativa de mejora en las terminales portuarias, son responsables –en buena medida– de la crisis en la que se encuentran los puertos del país. Ello, sin contar los actos de corrupción que se han denunciado por décadas en los que estarían involucrados.
  • Cada nuevo bloqueo y movilización de trabajadores únicamente agudiza las deficiencias operativas de los puertos, las cuales se traducen en costos que deben soportar los usuarios.  
     
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Sindicatos portuarios sabotean el crecimiento económico del país

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Marimaite Rayo
10 de octubre, 2024

Los puertos en Guatemala, más que vías de entrada para el comercio internacional, se han convertido en puntos de congestionamiento logístico que inciden negativamente sobre el crecimiento económico del país.  

  • A pesar de que este congestionamiento es producto de una multiplicidad de factores, como la falta de infraestructura estratégica, gran parte de ello –también– se le atribuye a la actividad sindical en los diferentes puertos del país.
  • Los sindicatos que han mostrado tener una mayor capacidad de presión son el Sindicato de Trabajadores Unidos de la Empresa Portuaria Nacional Santo Tomás de Castilla (SITRUEMPORNAC) y el Sindicato de Trabajadores de Empresa Portuaria Quetzal (STEPQ), dado a que cuentan con un Pacto Colectivo.
  • Es más, la actividad de estos sindicatos es tal que, en 2014, junto con otros grupos pertenecientes al sector de transporte nacional, conformaron la Federación del Transporte Nacional Sindical (FETRANSGUA). Sin embargo, más que favorecer el bienestar de los trabajadores, únicamente han inhibido el crecimiento económico del país –derivado del comercio internacional– debido a los privilegios que no están vinculados al desempeño laboral.  

En perspectiva. En los últimos años –particularmente a partir de 2013– el STEPQ ha ganado protagonismo, ya que ha verbalizado y protestado en contra del modelo de gestión que se ha aplicado en Puerto Quetzal.  

 

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  • Con el objetivo de agilizar los procesos en la portuaria, en 2012, el entonces presidente, Otto Pérez Molina, firmó un contrato que cedía en usufructo más de 348 mil metros cuadrados a la Terminal de Contenedores Quetzal (TCQ) para la construcción de una terminal y el manejo de su carga. Debido a que el sindicato consideraba que este contrato era lesivo para los trabajadores, la agrupación bloqueó el ingreso a las instalaciones en forma de protesta.
  • Estos bloqueos continuaron con el presidente Alejandro Maldonado; los trabajadores pretendían que el mandatario declarara la nulidad del contrato.
  • La presión del sindicato fue tal que, mediante una orden judicial, consiguieron la suspensión del contrato, por no contar con una licencia municipal. La victoria del sindicato demostró la estrategia sindical y su poder de presión ante las autoridades.  

Qué destacar. Este tipo de acciones por parte del sindicato portuario refleja lo pernicioso de su actividad en contra del comercio internacional y el crecimiento económico.

  • Ha habido esfuerzos por estandarizar el funcionamiento en los puertos; un punto importante es que no se otorguen privilegios a líderes sindicales.
  • La iniciativa 5545 para la Ley Reguladora del Sistema Portuario Nacional, pretendía responder a estas demandas mediante la creación de una autoridad unificada para los puertos guatemaltecos. No obstante, bajo la consigna de la “oposición a la privatización” –que supuestamente violaba la autonomía de las entidades– los sindicalistas, liderados por Javier Reyes Navarrete, consiguieron coaccionar a los legisladores y aplazar su aprobación. 

Lo indispensable. Ahora bien, el alcance del poder de sabotaje del STEPQ se evidencia en las condiciones absurdas que establece el Pacto Colectivo.  

  • Los beneficios de los que gozan los empleados portuarios incluyen bonos vacacionales, bonos por antigüedad, ayudas médicas en servicios complementarios como la oftalmología, subsidios familiares, incentivos para la recreación, entre otros, los cuales solo se traducen en altos costos para el Estado y, por ende, una mala distribución en los recursos.
  • Asimismo, las condiciones para ocupar puestos vacantes, las cuales privilegian a los trabajadores sindicalizados frente a los de nuevo ingreso; generan una dinámica de exclusión en la institución. Como consecuencia, se limita la capacidad de innovación.
  • Consecuentemente, el pacto colectivo, en vez asegurar garantías laborales, únicamente genera incentivos perversos que propician el mal aprovechamiento de los recursos y profundiza la crisis portuaria del país.  

En conclusión. Más que la puerta de entrada para el comercio internacional en Guatemala, los puertos son polos de desarrollo, por lo que su mantenimiento y eficiencia son cruciales para el crecimiento económico del país.  

  • Los sindicatos, al oponerse a toda iniciativa de mejora en las terminales portuarias, son responsables –en buena medida– de la crisis en la que se encuentran los puertos del país. Ello, sin contar los actos de corrupción que se han denunciado por décadas en los que estarían involucrados.
  • Cada nuevo bloqueo y movilización de trabajadores únicamente agudiza las deficiencias operativas de los puertos, las cuales se traducen en costos que deben soportar los usuarios.  
     

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