Luis Alpírez y su sindicato: un grupo predatorio de la salud
Los sindicatos en Guatemala, más que defender los derechos de los trabajadores, se han convertido en centros destinados a beneficiar intereses personales.
La organización sindical, en términos ideales, debiera ser un medio de representación de los trabajadores en las negociaciones colectivas para garantizar la defensa y protección de los derechos y obligaciones laborales.
- De acuerdo con los datos del 2022, el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) cuenta con 52 sindicatos inscritos; número que se incrementó significativamente a partir de la pandemia de covid-19.
- Pese a la alta presencia sindical, este no ha tenido incidencia en cuestiones económicas, sociales o políticas. En cambio, han sido utilizados –los sindicatos– para obtener beneficios personales.
- Casos como el de los salubristas evidencian cómo, únicamente aquellos grupos con intereses concentrados lo suficientemente grandes son capaces de capturar los recursos estatales, lo cual no solo genera una dinámica de discriminación hacia los trabajadores no sindicalizados, sino que también crea desigualdades dentro del mismo sector público.
Qué destacar. En mayo de 2024, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Salud de Guatemala (SNTSG) se manifestó en las calles de la Ciudad de Guatemala, argumentando que este gobierno no les estaba dando el mismo trato que los gobiernos anteriores, ya que funcionarios como el Procurador General de la Nación pretendían revisar los privilegios de los que gozaba la organización.
- Gran parte de estos privilegios se personifican en el dirigente sindical, Luis Alpírez, quien a lo largo de los años se ha enriquecido a costa de los trabajadores de la Salud y los recursos del ministerio.
- Por ejemplo, en 2019, Alpírez fue sometido a juicio por haber sido vinculado con el desvío de más de GTQ 14M del MSPAS, derivado de los compromisos adquiridos mediante el pacto colectivo y del Reglamento de Gastos y Viáticos. De acuerdo con la fiscalía de turno, estas gestiones eran ilegales, dado que únicamente el presidente tiene la potestad de redactar los documentos que contemplan erogación de gastos.
- Así pues, estas acciones prueban cómo el SNTSG es visto como una máquina generadora de privilegios, en el que no se toma en cuenta la valorización del ser humano y la consecuente mejora de los servicios de salud en el país.
Entre líneas. Otro sindicato vinculado al MSPAS –que ha sido muy vocal– es el Sindicato Nacional de Enfermería de Guatemala (SNEG) el cual, en agosto de 2024, bloqueó puertos y aduanas a fin de presionar a las autoridades por mejoras y estabilidad laboral, bonos el día de esa especialidad y un sistema sanitario más eficiente.
- En esa ocasión, los bloqueos se concentraron en las aduanas de San Marcos y San Cristóbal, Jutiapa, al igual que en los puertos Quetzal y Santo Tomás de Castilla.
- Estas manifestaciones reflejan paradojas en la actividad sindical, dado que, al mismo tiempo que demandan mejoras en la inversión en la salud y mayores bonificaciones, bloquean las principales arterias de actividad económica del país.
- Por ende, el abuso del derecho de huelga y organización sindical, únicamente se traduce en pérdidas millonarias para el Estado.
Los datos. Además de las movilizaciones sociales en detrimento de la actividad económica del país, las condiciones draconianas del Pacto Colectivo entre el MSPAS y el SNTSG ahogan las arcas de la Salud.
- De los GTQ 12MM asignados al MSPAS para el ejercicio fiscal 2024, más del 35 % son destinados para el cumplimiento de obligaciones sindicales.
- Con datos del 2023, la cartera cuenta con 24 058 empleados 011; 1831 en el régimen 021; 91 en el 022; y 3817 en el 031, quienes además de gozar de un salario base, también cuentan con 10 bonos mensuales, el Bono 14, el Aguinaldo y siete bonos anuales. Adicionalmente, el Pacto impone obligaciones para el pago de viáticos y bienes materiales como un celular y un carro para los Directivos del sindicato.
- El problema con estos “bonos” es que son, en su mayoría, expansivos, conforme a la antigüedad de los trabajadores, lo cual no genera ningún incentivo para la mejora en la calidad de la provisión de servicios. Por lo tanto, mientras que los sindicatos gozan de más de GTQ 4M anuales, la inversión en la salud se reduce.
El balance. Debido a que el Ministerio de Salud es la institución pública con más sindicatos inscritos, también es una de las entidades más afectadas por las actitudes sindicales de tipo predatorio.
- El SNTSG, por medio de su líder Luis Alpírez, ha encontrado en la protesta coactiva y la depredación estatal el modelo ideal para asegurar privilegios personales.
- Estas actitudes evidencian una asimetría entre la misión del sindicalismo, ideada para garantizar mejoras en las condiciones laborales de los salubristas, y el deseo de poder personal.
- Por lo tanto, más que proponer soluciones para mejorar las condiciones sanitarias del país, el sindicato únicamente genera para que sus dirigentes se enriquezcan a costa de la salud de los guatemaltecos.
Luis Alpírez y su sindicato: un grupo predatorio de la salud
Los sindicatos en Guatemala, más que defender los derechos de los trabajadores, se han convertido en centros destinados a beneficiar intereses personales.
La organización sindical, en términos ideales, debiera ser un medio de representación de los trabajadores en las negociaciones colectivas para garantizar la defensa y protección de los derechos y obligaciones laborales.
- De acuerdo con los datos del 2022, el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) cuenta con 52 sindicatos inscritos; número que se incrementó significativamente a partir de la pandemia de covid-19.
- Pese a la alta presencia sindical, este no ha tenido incidencia en cuestiones económicas, sociales o políticas. En cambio, han sido utilizados –los sindicatos– para obtener beneficios personales.
- Casos como el de los salubristas evidencian cómo, únicamente aquellos grupos con intereses concentrados lo suficientemente grandes son capaces de capturar los recursos estatales, lo cual no solo genera una dinámica de discriminación hacia los trabajadores no sindicalizados, sino que también crea desigualdades dentro del mismo sector público.
Qué destacar. En mayo de 2024, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Salud de Guatemala (SNTSG) se manifestó en las calles de la Ciudad de Guatemala, argumentando que este gobierno no les estaba dando el mismo trato que los gobiernos anteriores, ya que funcionarios como el Procurador General de la Nación pretendían revisar los privilegios de los que gozaba la organización.
- Gran parte de estos privilegios se personifican en el dirigente sindical, Luis Alpírez, quien a lo largo de los años se ha enriquecido a costa de los trabajadores de la Salud y los recursos del ministerio.
- Por ejemplo, en 2019, Alpírez fue sometido a juicio por haber sido vinculado con el desvío de más de GTQ 14M del MSPAS, derivado de los compromisos adquiridos mediante el pacto colectivo y del Reglamento de Gastos y Viáticos. De acuerdo con la fiscalía de turno, estas gestiones eran ilegales, dado que únicamente el presidente tiene la potestad de redactar los documentos que contemplan erogación de gastos.
- Así pues, estas acciones prueban cómo el SNTSG es visto como una máquina generadora de privilegios, en el que no se toma en cuenta la valorización del ser humano y la consecuente mejora de los servicios de salud en el país.
Entre líneas. Otro sindicato vinculado al MSPAS –que ha sido muy vocal– es el Sindicato Nacional de Enfermería de Guatemala (SNEG) el cual, en agosto de 2024, bloqueó puertos y aduanas a fin de presionar a las autoridades por mejoras y estabilidad laboral, bonos el día de esa especialidad y un sistema sanitario más eficiente.
- En esa ocasión, los bloqueos se concentraron en las aduanas de San Marcos y San Cristóbal, Jutiapa, al igual que en los puertos Quetzal y Santo Tomás de Castilla.
- Estas manifestaciones reflejan paradojas en la actividad sindical, dado que, al mismo tiempo que demandan mejoras en la inversión en la salud y mayores bonificaciones, bloquean las principales arterias de actividad económica del país.
- Por ende, el abuso del derecho de huelga y organización sindical, únicamente se traduce en pérdidas millonarias para el Estado.
Los datos. Además de las movilizaciones sociales en detrimento de la actividad económica del país, las condiciones draconianas del Pacto Colectivo entre el MSPAS y el SNTSG ahogan las arcas de la Salud.
- De los GTQ 12MM asignados al MSPAS para el ejercicio fiscal 2024, más del 35 % son destinados para el cumplimiento de obligaciones sindicales.
- Con datos del 2023, la cartera cuenta con 24 058 empleados 011; 1831 en el régimen 021; 91 en el 022; y 3817 en el 031, quienes además de gozar de un salario base, también cuentan con 10 bonos mensuales, el Bono 14, el Aguinaldo y siete bonos anuales. Adicionalmente, el Pacto impone obligaciones para el pago de viáticos y bienes materiales como un celular y un carro para los Directivos del sindicato.
- El problema con estos “bonos” es que son, en su mayoría, expansivos, conforme a la antigüedad de los trabajadores, lo cual no genera ningún incentivo para la mejora en la calidad de la provisión de servicios. Por lo tanto, mientras que los sindicatos gozan de más de GTQ 4M anuales, la inversión en la salud se reduce.
El balance. Debido a que el Ministerio de Salud es la institución pública con más sindicatos inscritos, también es una de las entidades más afectadas por las actitudes sindicales de tipo predatorio.
- El SNTSG, por medio de su líder Luis Alpírez, ha encontrado en la protesta coactiva y la depredación estatal el modelo ideal para asegurar privilegios personales.
- Estas actitudes evidencian una asimetría entre la misión del sindicalismo, ideada para garantizar mejoras en las condiciones laborales de los salubristas, y el deseo de poder personal.
- Por lo tanto, más que proponer soluciones para mejorar las condiciones sanitarias del país, el sindicato únicamente genera para que sus dirigentes se enriquezcan a costa de la salud de los guatemaltecos.