EL TIPO DE CAMBIO DE HOY ES DE: Nery Ramos siempre soñó con ser agente de la policía, inspirado por el ejemplo de su padre quien, sin embargo, lo motivó a estudiar para que no siguiera sus pasos. Siguió su consejo y ahora posee dos licenciaturas y tres maestrías. No obstante, sonríe al recordar que, siendo un muchacho, al presenciar un desfile de la Policía, supo que se uniría a sus filas, a pesar de la molestia que esto causaría a su familia. Tenía 21 años.
No olvida su paso por las fuerzas policiales, especialmente en el Comando Antisecuestros. “Tuve la oportunidad, junto a valientes héroes de este país, hombres y mujeres, de intervenir oportunamente y salvar muchas vidas que estaban en manos de las más atroces y sanguinarias estructuras de secuestradores”. Así comentó durante la entrevista que brindó a República en el Salón del Pueblo del Congreso, solo unos días después de ganar la reelección.
Hace nueve años fue ascendido como director de la PNC, su padre ya no pudo ser testigo de ese logro, pero su madre sí y también cuando fue electo como presidente del Congreso.
Compartió que fue herido de bala en dos ocasiones. En una de ellas, estuvo hospitalizado durante cinco meses y tuvo una recuperación de más de un año. Como recuerdo de esos eventos, debe utilizar una tobillera para estabilizar su pie, ya que perdió la movilidad de su tobillo.
No desaprovecha la oportunidad para hablar de su natal Jutiapa. Recuerda con nostalgia la Escuela Oficial Mixta Pipiltepeque, en donde cursó sus años de primaria y a la que debía caminar más de un kilómetro.
Hace unos meses volvió para participar en la inauguración del Plan Nacional de Conectividad Digital. “Tuve una vida agradable, trabajando en el campo. Me levantaba todas las mañanas a las 5 de la mañana para ordeñar junto a mi mamá. Después, llevábamos las vacas al potrero, y luego regresaba a casa para desayunar y prepararme para ir a la escuelita”.
35 años después, la rutina de Ramos es muy diferente. Conserva la disciplina de levantarse a las 5:30 de la mañana para hacer ejercicios, desayunar y dirigirse a su oficina, la del presidente del Congreso. Su jornada laboral puede extenderse hasta la medianoche.
Ya no puede caminar tranquilamente como solía hacerlo antes de ganar una curul. Ahora cuenta con un círculo de seguridad, propio de su posición como presidente, que lo acompaña a todos lados.
Aprecia que, al salir con su familia, las personas le piden fotografías o le piden avanzar con ciertos temas. Su esposa ya se acostumbró a su apretada agenda y asegura que sus hijos, de 15 y 18 años, “se muestran muy orgullosos de lo que ha logrado”.
Pero está consciente de que se encuentra bajo el escrutinio de los medios de comunicación. Aunque suele verse calmado, reconoce que las mentiras sí pueden hacerlo perder la paciencia.
Al preguntarle sobre un acuerdo con Allan Rodríguez, tal como se aseguró en redes sociales, en el marco de la elección de Junta Directiva, no dudó en desmentir. “Algunos —diputados— interesados empezaron a desinformar y atacar mediáticamente y no me parece correcto. Fui claro en que estaban comunicando mentiras y cuestioné a los medios de comunicación que se prestaron como instrumento de desinformación vendiéndole mentiras al pueblo de Guatemala”, destacó.
Asegura que su reelección fue resultado del consenso alcanzado con las distintas bancadas. Se estableció una agenda que incluye la ley de competencia, la ley de infraestructura vial, reformas a la ley de Consejo de Desarrollo, ley de la PNC, reforma a la Ley de Alianza Público-Privada y ley de la Autoridad Portuaria, entre otras.
Se le recuerda la afirmación de Mario Taracena a República en 2016, cuando fue electo presidente del Congreso, en la que dijo que “sin las instrucciones en inglés no se habría logrado nada”. A esto, responde que “no ha recibido instrucciones ni en inglés, ni en mandarín, ni en ruso”. Asegura que solo recibe “instrucciones del pueblo de Guatemala”.
Ramos ha tenido una buena relación con el gobierno de Estados Unidos; prueba de ello es que, tras su salida como director de la PNC en el 2018, fue contratado como consultor en seguridad de la embajada, cargo que ocupó hasta marzo de 2019.
¿Qué sigue después del Congreso? Ramos, de 45 años, está enfocado en su labor como presidente y en los desafíos que se avecinan el próximo año. Al preguntarle si alguna agrupación le llegara a sugerir ser candidato presidencial en los próximos comicios, respondió que, aunque su prioridad es su trabajo en el Congreso, ninguna idea es descabellada, considerando todos los retos que ha enfrentado en la vida.
Deja la puerta abierta al concluir que “todo cabe en lo posible”.
Nery Ramos siempre soñó con ser agente de la policía, inspirado por el ejemplo de su padre quien, sin embargo, lo motivó a estudiar para que no siguiera sus pasos. Siguió su consejo y ahora posee dos licenciaturas y tres maestrías. No obstante, sonríe al recordar que, siendo un muchacho, al presenciar un desfile de la Policía, supo que se uniría a sus filas, a pesar de la molestia que esto causaría a su familia. Tenía 21 años.
No olvida su paso por las fuerzas policiales, especialmente en el Comando Antisecuestros. “Tuve la oportunidad, junto a valientes héroes de este país, hombres y mujeres, de intervenir oportunamente y salvar muchas vidas que estaban en manos de las más atroces y sanguinarias estructuras de secuestradores”. Así comentó durante la entrevista que brindó a República en el Salón del Pueblo del Congreso, solo unos días después de ganar la reelección.
Hace nueve años fue ascendido como director de la PNC, su padre ya no pudo ser testigo de ese logro, pero su madre sí y también cuando fue electo como presidente del Congreso.
Compartió que fue herido de bala en dos ocasiones. En una de ellas, estuvo hospitalizado durante cinco meses y tuvo una recuperación de más de un año. Como recuerdo de esos eventos, debe utilizar una tobillera para estabilizar su pie, ya que perdió la movilidad de su tobillo.
No desaprovecha la oportunidad para hablar de su natal Jutiapa. Recuerda con nostalgia la Escuela Oficial Mixta Pipiltepeque, en donde cursó sus años de primaria y a la que debía caminar más de un kilómetro.
Hace unos meses volvió para participar en la inauguración del Plan Nacional de Conectividad Digital. “Tuve una vida agradable, trabajando en el campo. Me levantaba todas las mañanas a las 5 de la mañana para ordeñar junto a mi mamá. Después, llevábamos las vacas al potrero, y luego regresaba a casa para desayunar y prepararme para ir a la escuelita”.
35 años después, la rutina de Ramos es muy diferente. Conserva la disciplina de levantarse a las 5:30 de la mañana para hacer ejercicios, desayunar y dirigirse a su oficina, la del presidente del Congreso. Su jornada laboral puede extenderse hasta la medianoche.
Ya no puede caminar tranquilamente como solía hacerlo antes de ganar una curul. Ahora cuenta con un círculo de seguridad, propio de su posición como presidente, que lo acompaña a todos lados.
Aprecia que, al salir con su familia, las personas le piden fotografías o le piden avanzar con ciertos temas. Su esposa ya se acostumbró a su apretada agenda y asegura que sus hijos, de 15 y 18 años, “se muestran muy orgullosos de lo que ha logrado”.
Pero está consciente de que se encuentra bajo el escrutinio de los medios de comunicación. Aunque suele verse calmado, reconoce que las mentiras sí pueden hacerlo perder la paciencia.
Al preguntarle sobre un acuerdo con Allan Rodríguez, tal como se aseguró en redes sociales, en el marco de la elección de Junta Directiva, no dudó en desmentir. “Algunos —diputados— interesados empezaron a desinformar y atacar mediáticamente y no me parece correcto. Fui claro en que estaban comunicando mentiras y cuestioné a los medios de comunicación que se prestaron como instrumento de desinformación vendiéndole mentiras al pueblo de Guatemala”, destacó.
Asegura que su reelección fue resultado del consenso alcanzado con las distintas bancadas. Se estableció una agenda que incluye la ley de competencia, la ley de infraestructura vial, reformas a la ley de Consejo de Desarrollo, ley de la PNC, reforma a la Ley de Alianza Público-Privada y ley de la Autoridad Portuaria, entre otras.
Se le recuerda la afirmación de Mario Taracena a República en 2016, cuando fue electo presidente del Congreso, en la que dijo que “sin las instrucciones en inglés no se habría logrado nada”. A esto, responde que “no ha recibido instrucciones ni en inglés, ni en mandarín, ni en ruso”. Asegura que solo recibe “instrucciones del pueblo de Guatemala”.
Ramos ha tenido una buena relación con el gobierno de Estados Unidos; prueba de ello es que, tras su salida como director de la PNC en el 2018, fue contratado como consultor en seguridad de la embajada, cargo que ocupó hasta marzo de 2019.
¿Qué sigue después del Congreso? Ramos, de 45 años, está enfocado en su labor como presidente y en los desafíos que se avecinan el próximo año. Al preguntarle si alguna agrupación le llegara a sugerir ser candidato presidencial en los próximos comicios, respondió que, aunque su prioridad es su trabajo en el Congreso, ninguna idea es descabellada, considerando todos los retos que ha enfrentado en la vida.
Deja la puerta abierta al concluir que “todo cabe en lo posible”.
