De ministro a embajador: la nueva estrategia para proteger a Iván Velásquez

El nombramiento de Iván Velásquez como embajador ante la Santa Sede ha desatado controversia en Colombia. Su trayectoria ha sido marcada por cargos en el sector justicia; luego de su nombramiento como ministro de Defensa, este genera aún más dudas. La decisión también se interpreta como el intento del gobierno Petro para proteger a funcionarios cercanos. 

Por qué importa. En medio del anuncio sobre el fallecimiento del papa Francisco, el Vaticano otorgó el beneplácito para que Iván Velásquez asumiera como embajador de Colombia ante la Santa Sede.  

• En uno de los últimos actos administrativos firmados por el pontífice, se confirmó el reemplazo de Alberto Ospina Carreño.  
• Velásquez habría renunciado a su cargo como ministro de la Defensa en febrero de 2025, en medio de escándalos y un incremento de la violencia por el despliegue de grupos armados, además de tensiones con sectores de las Fuerzas Militares y la Policía Nacional.  
• El nombramiento genera dudas por su absoluta falta de experiencia diplomática.    

Datos clave. Varios sectores ya se han pronunciado por el anuncio de Velásquez como representante en el Vaticano.  

• Mientras que un grupo defiende el nombramiento, ya que consideran que su conocimiento en derechos humanos y justicia fortalecerá las relaciones diplomáticas, otros lo cuestionan por su falta de carrera diplomática.  
• Velásquez únicamente se había desempeñado como magistrado auxiliar en la Corte Suprema de Justicia, jefe de la extinta CICIG y, recientemente, como ministro de Defensa.  
• Su perfil no da cuenta de formación diplomática, lo cual contradice los estrictos criterios requeridos para ser representante ante la Santa Sede.  

Visto y no visto. El retorno de Velásquez al gobierno de Petro va de la mano de una serie de cambios en el cuerpo diplomático colombiano, a partir de la designación de Laura Sarabia como canciller.  

• Pese a acusaciones por corrupción, Sarabia —quien anteriormente era la titular del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República—, asumió el cargo en enero de 2025 con un compromiso de “priorizar la carrera diplomática”.  
• Sin embargo, Velásquez no es el primer ministro que es reubicado como embajador durante la Presidencia de Petro. En julio de 2023, Alfonso Prada, exministro de Interior, fue nombrado embajador de Francia y en marzo de 2025, Catalina Velasco, quien ejercía como ministra de Vivienda, asumió el cargo de embajadora en Dinamarca.  
• Esto evidencia que el nombramiento de embajadores se ha convertido en una práctica del gobierno de Petro para mantener protegidos a sus allegados, pese a que han protagonizado deficiencias y escándalos políticos.  

Entre líneas. Esta no es la primera vez que Velásquez se vincula con Sarabia. 

• Durante su gestión como ministro, el hermano de Laura Sarabia, André Sarabia, enfrentó señalamientos por una presunta relación con la Agencia Logística de las Fuerzas Militares, por lo que fue denunciado por posible tráfico de influencias.  
• El entonces ministro indicó que no tenía conocimiento de tal relación, pero que serían “objeto de verificación”.  
• De ser verdaderas las acusaciones, la designación de Velásquez se podría interpretar como un pago por su silencio.  

Conclusión. La llegada de Velásquez al Vaticano estará marcada por la tensión que enmarcará la elección del nuevo pontífice.  

• No obstante, en Colombia, su nombramiento ya plantea dudas, particularmente por su falta de credenciales diplomáticas y los vínculos que mantiene con las figuras cercanas al presidente Petro.