Los grupos gremiales se han convertido en actores decisivos dentro de las elecciones del Colegio de Abogados y Notarios de Guatemala (CANG). Sus actividades sociales y alianzas buscan captar simpatías y votos. Los eventos de los juristas se intensificaron en los últimos meses, por las elecciones de “segundo grado” previstas para 2026.
- El debate gira en torno a cuánto influyen esas prácticas en la decisión de los profesionales. Además, la nula fiscalización de los recursos destinados a los eventos.
Cómo funciona. La competencia por los votos en el CANG se realiza en un intenso despliegue de actividades sociales y académicas. Esta táctica, repetida en cada ciclo electoral, no busca debatir propuestas, sino crear una relación de cercanía y de lealtad entre los miles de agremiados.
- Se organizan convivios, encuentros deportivos y fiestas en los departamentos. Contratan a grupos musicales populares, como Los Miseria Cumbia Band y Tormenta Band, para asegurar una alta concurrencia.
- Utilizan talleres, seminarios y conferencias como una fachada académica. Todo funciona como plataformas para realizar proselitismo y promocionar discretamente a sus planillas.
- El sistema carece de fiscalización. El Tribunal Electoral del CANG confirmó que no existe un reglamento para transparentar y auditar los gastos de campaña de las planillas. Y las agrupaciones argumentan que los eventos se financian con aportes internos.
En el radar. Las elecciones del CANG son clave para operadores políticos. Los actores que no buscan solo un cargo gremial utilizan las planillas como vehículos para extender su influencia sobre el sistema de justicia y los procesos de elección de segundo grado.
- Se forman alianzas de poder claras. Grupos como Avanza y Coalición Gremial se acercan a fiscales y a operadores como Gustavo Alejos. También a Walter Mazariegos, el polémico rector de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC).
- Actores tradicionales perpetúan su control. El exrector Estuardo Gálvez, procesado en el caso Comisiones Paralelas 2020, ha demostrado su arraigado poder gremial. Participa en el grupo Unidos por el Derecho y Plataforma de Profesionales.
- El objetivo final es el control de las comisiones de postulación. Entes que actúan como el filtro decisivo para nombrar a los futuros magistrados y al fiscal general del país.
Punto de fricción. La evidencia de las masivas campañas contrasta con las declaraciones oficiales que niegan su efectividad. Esta contradicción plantea una pregunta fundamental sobre la salud del gremio: ¿el voto de los abogados es consciente o las prácticas tradicionales de influencia determinan los resultados?
- La presidenta del CANG, Patricia Gámez, aseguró que los profesionales en el último proceso votaron con conciencia. “El mito de la compra de voluntades ya se ha desvanecido”.
- Nester Vásquez, magistrado de la Corte de Constitucionalidad (CC), participa constantemente en las actividades de ASPA. Entre noviembre y diciembre visitó 19 departamentos.
- La persistencia de estas tácticas, combinada con la ausencia total de regulación y fiscalización, mantiene un modelo donde la capacidad de gasto y el clientelismo silencian el debate de propuestas.
En conclusión. El activismo gremial dentro del CANG no es, por sí mismo, un riesgo. La organización de los abogados y su participación en procesos internos fortalece la vida democrática del gremio. Sin embargo, el problema aparece cuando ese espacio se convierte en un terreno fértil para operadores políticos.
- Ellos buscan ampliar su control sobre las comisiones de postulación y, por extensión, sobre el sistema de justicia.
- La ausencia de reglas claras, la falta de fiscalización y el peso del clientelismo dejan en desventaja las propuestas serias.
- También, garantizar que el voto de sus miembros responda a convicciones profesionales, no a estructuras de poder que ya han demostrado su capacidad de captura.
Los grupos gremiales se han convertido en actores decisivos dentro de las elecciones del Colegio de Abogados y Notarios de Guatemala (CANG). Sus actividades sociales y alianzas buscan captar simpatías y votos. Los eventos de los juristas se intensificaron en los últimos meses, por las elecciones de “segundo grado” previstas para 2026.
- El debate gira en torno a cuánto influyen esas prácticas en la decisión de los profesionales. Además, la nula fiscalización de los recursos destinados a los eventos.
Cómo funciona. La competencia por los votos en el CANG se realiza en un intenso despliegue de actividades sociales y académicas. Esta táctica, repetida en cada ciclo electoral, no busca debatir propuestas, sino crear una relación de cercanía y de lealtad entre los miles de agremiados.
- Se organizan convivios, encuentros deportivos y fiestas en los departamentos. Contratan a grupos musicales populares, como Los Miseria Cumbia Band y Tormenta Band, para asegurar una alta concurrencia.
- Utilizan talleres, seminarios y conferencias como una fachada académica. Todo funciona como plataformas para realizar proselitismo y promocionar discretamente a sus planillas.
- El sistema carece de fiscalización. El Tribunal Electoral del CANG confirmó que no existe un reglamento para transparentar y auditar los gastos de campaña de las planillas. Y las agrupaciones argumentan que los eventos se financian con aportes internos.
En el radar. Las elecciones del CANG son clave para operadores políticos. Los actores que no buscan solo un cargo gremial utilizan las planillas como vehículos para extender su influencia sobre el sistema de justicia y los procesos de elección de segundo grado.
- Se forman alianzas de poder claras. Grupos como Avanza y Coalición Gremial se acercan a fiscales y a operadores como Gustavo Alejos. También a Walter Mazariegos, el polémico rector de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC).
- Actores tradicionales perpetúan su control. El exrector Estuardo Gálvez, procesado en el caso Comisiones Paralelas 2020, ha demostrado su arraigado poder gremial. Participa en el grupo Unidos por el Derecho y Plataforma de Profesionales.
- El objetivo final es el control de las comisiones de postulación. Entes que actúan como el filtro decisivo para nombrar a los futuros magistrados y al fiscal general del país.
Punto de fricción. La evidencia de las masivas campañas contrasta con las declaraciones oficiales que niegan su efectividad. Esta contradicción plantea una pregunta fundamental sobre la salud del gremio: ¿el voto de los abogados es consciente o las prácticas tradicionales de influencia determinan los resultados?
- La presidenta del CANG, Patricia Gámez, aseguró que los profesionales en el último proceso votaron con conciencia. “El mito de la compra de voluntades ya se ha desvanecido”.
- Nester Vásquez, magistrado de la Corte de Constitucionalidad (CC), participa constantemente en las actividades de ASPA. Entre noviembre y diciembre visitó 19 departamentos.
- La persistencia de estas tácticas, combinada con la ausencia total de regulación y fiscalización, mantiene un modelo donde la capacidad de gasto y el clientelismo silencian el debate de propuestas.
En conclusión. El activismo gremial dentro del CANG no es, por sí mismo, un riesgo. La organización de los abogados y su participación en procesos internos fortalece la vida democrática del gremio. Sin embargo, el problema aparece cuando ese espacio se convierte en un terreno fértil para operadores políticos.
- Ellos buscan ampliar su control sobre las comisiones de postulación y, por extensión, sobre el sistema de justicia.
- La ausencia de reglas claras, la falta de fiscalización y el peso del clientelismo dejan en desventaja las propuestas serias.
- También, garantizar que el voto de sus miembros responda a convicciones profesionales, no a estructuras de poder que ya han demostrado su capacidad de captura.
EL TIPO DE CAMBIO DE HOY ES DE: