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Ni robots ni superhéroes: el humano detrás del traje de Iron Man

.
Braulio Palacios
28 de octubre, 2025

En la era de la Construcción 5.0, los robots, drones y algoritmos no sustituyen al ser humano: lo amplifican. En la Construction Innovation Day 2025, Paula Solís, fundadora de All Immerse, y Leonardo Nuevo Arenas, Head of Computational Design at Kinetica, coincidieron en que la verdadera innovación es amplificar la inteligencia y no delegar todo en las máquinas.

Por qué importa. El futuro de la construcción ya no se mide solo en metros cuadrados, sino en la capacidad de combinar creatividad, datos y precisión. Solís y Nuevo Arenas defienden una tecnología con propósito: herramientas que potencian sin reemplazar.

  • El directivo de Kinetica —oficina mexicana de diseño industrial— advirtió que el error común es “reinventar la rueda” usando robots para tareas que el oficio humano ya domina con eficiencia artesanal.

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  • Solís, al frente de la empresa costarricense experta en transformación digital en el sector construcción, enfatizó que los datos son esenciales como el cemento. “La tecnología nos devuelve información que multiplica el talento que ya tenemos”.

  • Ambos coinciden en que la robótica cobra sentido cuando libera tiempo al humano para pensar, no cuando intenta reemplazarlo.

En el radar. Las personas son el eje de la Construcción 5.0, pero con una nueva sensibilidad. En su ponencia, Solís utilizó la metáfora del superhéroe Iron Man para describir cómo la tecnología amplifica los sentidos sin sustituir la intuición ni la experiencia.

  • “Es casi como cuando se pone su traje. Su fuerza y movimiento son mayores, incluso vuela. Pero la estrategia y la acción son humanas”. En la obra, los sensores y los datos permiten anticipar fallas o riesgos que el ojo no alcanza, explicó.

  • Nuevo Arenas coincidió en que el robot “es un complemento a la creatividad”, un socio que aporta precisión a la intuición. Subrayó que el desafío no es automatizar por automatizar, sino saber interpretar la información para mejorar lo que ya se domina.

  • Ambos coinciden en que la relación humano-máquina solo funciona cuando hay criterio y pensamiento crítico: la tecnología amplifica al profesional, no puede pensar por él.

Sí, pero. La Construcción 5.0 en Latinoamérica transita una frontera delicada: adoptar tecnología sin perder el pulso del oficio. La tecnología puede acelerar procesos, pero es el conocimiento el que mantiene la industria con identidad y propósito.

  • El directivo mexicano advierte que muchas veces la innovación se promueve sin entender el contexto. “Puede servir a la gente, no es solo beneficio económico”, subraya. Para él, el riesgo es usarla para abaratar o sustituir trabajo humano en lugar de elevar su valor.

  • Por otro lado, señaló que la construcción de vivienda no se puede programar como una línea de montaje en una fábrica automotriz. Si la industria no desarrolla una mirada autocrítica, la tecnología terminará imponiéndose como moda, no como herramienta.

  • Solís complementó la idea desde otro ángulo: el 90 % de las obras no registra ni aprovecha datos, lo que limita la mejora continua y la eficiencia. La clave está en adoptar tecnología desde el conocimiento local y el propósito humano, no desde la imitación.

En conclusión. La Construcción 5.0 no se define por la cantidad de robots en la obra, sino por la inteligencia que los guía. La tecnología puede amplificar la visión, precisión y eficiencia, pero el sentido de propósito sigue siendo exclusivo de la persona.

  • En el fondo, cada algoritmo, sensor o dron depende de una mente que decide dónde mirar. Y esa sigue siendo —como la armadura de acero de Iron Man— la parte más esencial de la innovación.

  • “La IA no nos sustituirá. Lo hará quien sepa dirigirla”, concluyó Nuevo Arenas. El mensaje del evento fue claro: El futuro de la construcción seguirá siendo humano, porque incluso el traje más avanzado necesita de un corazón.

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Ni robots ni superhéroes: el humano detrás del traje de Iron Man

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Braulio Palacios
28 de octubre, 2025

En la era de la Construcción 5.0, los robots, drones y algoritmos no sustituyen al ser humano: lo amplifican. En la Construction Innovation Day 2025, Paula Solís, fundadora de All Immerse, y Leonardo Nuevo Arenas, Head of Computational Design at Kinetica, coincidieron en que la verdadera innovación es amplificar la inteligencia y no delegar todo en las máquinas.

Por qué importa. El futuro de la construcción ya no se mide solo en metros cuadrados, sino en la capacidad de combinar creatividad, datos y precisión. Solís y Nuevo Arenas defienden una tecnología con propósito: herramientas que potencian sin reemplazar.

  • El directivo de Kinetica —oficina mexicana de diseño industrial— advirtió que el error común es “reinventar la rueda” usando robots para tareas que el oficio humano ya domina con eficiencia artesanal.

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  • Solís, al frente de la empresa costarricense experta en transformación digital en el sector construcción, enfatizó que los datos son esenciales como el cemento. “La tecnología nos devuelve información que multiplica el talento que ya tenemos”.

  • Ambos coinciden en que la robótica cobra sentido cuando libera tiempo al humano para pensar, no cuando intenta reemplazarlo.

En el radar. Las personas son el eje de la Construcción 5.0, pero con una nueva sensibilidad. En su ponencia, Solís utilizó la metáfora del superhéroe Iron Man para describir cómo la tecnología amplifica los sentidos sin sustituir la intuición ni la experiencia.

  • “Es casi como cuando se pone su traje. Su fuerza y movimiento son mayores, incluso vuela. Pero la estrategia y la acción son humanas”. En la obra, los sensores y los datos permiten anticipar fallas o riesgos que el ojo no alcanza, explicó.

  • Nuevo Arenas coincidió en que el robot “es un complemento a la creatividad”, un socio que aporta precisión a la intuición. Subrayó que el desafío no es automatizar por automatizar, sino saber interpretar la información para mejorar lo que ya se domina.

  • Ambos coinciden en que la relación humano-máquina solo funciona cuando hay criterio y pensamiento crítico: la tecnología amplifica al profesional, no puede pensar por él.

Sí, pero. La Construcción 5.0 en Latinoamérica transita una frontera delicada: adoptar tecnología sin perder el pulso del oficio. La tecnología puede acelerar procesos, pero es el conocimiento el que mantiene la industria con identidad y propósito.

  • El directivo mexicano advierte que muchas veces la innovación se promueve sin entender el contexto. “Puede servir a la gente, no es solo beneficio económico”, subraya. Para él, el riesgo es usarla para abaratar o sustituir trabajo humano en lugar de elevar su valor.

  • Por otro lado, señaló que la construcción de vivienda no se puede programar como una línea de montaje en una fábrica automotriz. Si la industria no desarrolla una mirada autocrítica, la tecnología terminará imponiéndose como moda, no como herramienta.

  • Solís complementó la idea desde otro ángulo: el 90 % de las obras no registra ni aprovecha datos, lo que limita la mejora continua y la eficiencia. La clave está en adoptar tecnología desde el conocimiento local y el propósito humano, no desde la imitación.

En conclusión. La Construcción 5.0 no se define por la cantidad de robots en la obra, sino por la inteligencia que los guía. La tecnología puede amplificar la visión, precisión y eficiencia, pero el sentido de propósito sigue siendo exclusivo de la persona.

  • En el fondo, cada algoritmo, sensor o dron depende de una mente que decide dónde mirar. Y esa sigue siendo —como la armadura de acero de Iron Man— la parte más esencial de la innovación.

  • “La IA no nos sustituirá. Lo hará quien sepa dirigirla”, concluyó Nuevo Arenas. El mensaje del evento fue claro: El futuro de la construcción seguirá siendo humano, porque incluso el traje más avanzado necesita de un corazón.

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