La influencia económica de Latinoamérica en el mundo se fortalece junto a la tecnología y la transición energética. El territorio cuenta con grandes cantidades de recursos minerales que son críticos para el desarrollo de tecnologías —como IA— y producir vehículos eléctricos (VE). Con todo, la minería en la región aún se enfrenta a muchos desafíos.
En perspectiva. A medida que endurece la competencia por el control de los recursos minerales importantes para industrias estratégicas —como energético, IA y otras tecnologías con aplicación militar—, las grandes potencias económicas (EE. UU., China y la UE) buscan invertir en proyectos de minería en la región.
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La “carrera” por el control de estas industrias es letal. China mantiene su gran cuota de poder a través de subsidios masivos que abaratan sus productos. Ante esto, Joe Biden anunció el aumento de aranceles a productos chinos. Destacan los VE (100% de arancel) y células solares (50).
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Reducir la influencia que China ejerce sobre la oferta de productos “verdes” y materias primas elementales se ha convertido en una prioridad para EE. UU. y la UE. Independizar su acceso a minerales (litio, níquel, y cobre) es una cuestión de seguridad nacional y regional. He aquí la importancia y el deseo de invertir.
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Según la International Energy Alliance (IEA), en la región latinoamericana residen el 39% de las reservas mundiales de litio, 22% del níquel, y 38% del cobre.
Sí, pero. La mayoría de los países sufren de inestabilidad sociopolítica, legislación poco sofisticada e infraestructura deficiente. En general, existen altos riesgos operativos para el sector minero. Pese a ello, los vastos e inexplorados depósitos atraen la atención del mundo.
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Un estudio presentado por The Economist Intelligence Unit, que califica a las naciones por su atractivo de inversión en minería, concluyó que los más aptos para recibir este tipo de inversiones son Chile, Argentina y Brasil. Solo en 2022, la IED en aprovechamiento de minas y canteras alcanzó los USD 24 364M en estos países.
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Bolivia, Cuba y Panamá recibieron la peor calificación y son los menos aptos. Vale la pena resaltar que, en este último, se ordenó el cierre de la mina más grande de Centroamérica. La minera Cobre Panamá representaba el 5% del PIB y el 75% de las exportaciones.
Voces. A pesar de haber recibido USD 157,6M de IED entre 2020 y 2023, el caso del sector en Guatemala —incluido en el estudio— sirve para ejemplificar como los riesgos característicos de la región perjudican las operaciones.
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Valery Zurita, directora ejecutiva de la GRENAT, comenta que Guatemala es poseedora del 2% de las reservas de níquel a nivel global. “Tenemos una de las reservas de plata más grandes del mundo”, agrega.
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Centroamérica y el Caribe cuentan con vastas provisiones de minerales que son necesarios para la transición energética. “El aumento en la demanda de minerales es una realidad. Que la región sea un jugador principal o un espectador, dependerá de los gobiernos”, agrega Zurita.
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No obstante, a raíz de la poca certeza jurídica y la conflictividad social, varios proyectos de minería tanto en Guatemala como en la región han sido suspendidos de facto, representando un fuerte disuasivo para potenciales inversores.
Balance. Los países de Latinoamérica se encuentran ante un panorama geopolítico ventajoso. A pesar de estar en una región menos llamativa para invertir, pueden apalancarse de su riqueza mineral para atraer IED que aporte al desarrollo de sus economías.
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La IEA estima que la demanda de minerales críticos crecerá 6% anualmente hasta 2030. Además, para 2040, este mercado, que tiene un tamaño de USD 320 000M, podría alcanzar los 770 000M.
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Países en vías de desarrollo como Guatemala, Perú, y Ecuador, harían bien en trazar estrategias a mediano y largo plazo, que se enfoquen en fortalecer los marcos legales y la infraestructura necesaria para recibir inversiones en sus minerales críticos.
La influencia económica de Latinoamérica en el mundo se fortalece junto a la tecnología y la transición energética. El territorio cuenta con grandes cantidades de recursos minerales que son críticos para el desarrollo de tecnologías —como IA— y producir vehículos eléctricos (VE). Con todo, la minería en la región aún se enfrenta a muchos desafíos.
En perspectiva. A medida que endurece la competencia por el control de los recursos minerales importantes para industrias estratégicas —como energético, IA y otras tecnologías con aplicación militar—, las grandes potencias económicas (EE. UU., China y la UE) buscan invertir en proyectos de minería en la región.
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La “carrera” por el control de estas industrias es letal. China mantiene su gran cuota de poder a través de subsidios masivos que abaratan sus productos. Ante esto, Joe Biden anunció el aumento de aranceles a productos chinos. Destacan los VE (100% de arancel) y células solares (50).
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Reducir la influencia que China ejerce sobre la oferta de productos “verdes” y materias primas elementales se ha convertido en una prioridad para EE. UU. y la UE. Independizar su acceso a minerales (litio, níquel, y cobre) es una cuestión de seguridad nacional y regional. He aquí la importancia y el deseo de invertir.
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Según la International Energy Alliance (IEA), en la región latinoamericana residen el 39% de las reservas mundiales de litio, 22% del níquel, y 38% del cobre.
Sí, pero. La mayoría de los países sufren de inestabilidad sociopolítica, legislación poco sofisticada e infraestructura deficiente. En general, existen altos riesgos operativos para el sector minero. Pese a ello, los vastos e inexplorados depósitos atraen la atención del mundo.
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Un estudio presentado por The Economist Intelligence Unit, que califica a las naciones por su atractivo de inversión en minería, concluyó que los más aptos para recibir este tipo de inversiones son Chile, Argentina y Brasil. Solo en 2022, la IED en aprovechamiento de minas y canteras alcanzó los USD 24 364M en estos países.
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Bolivia, Cuba y Panamá recibieron la peor calificación y son los menos aptos. Vale la pena resaltar que, en este último, se ordenó el cierre de la mina más grande de Centroamérica. La minera Cobre Panamá representaba el 5% del PIB y el 75% de las exportaciones.
Voces. A pesar de haber recibido USD 157,6M de IED entre 2020 y 2023, el caso del sector en Guatemala —incluido en el estudio— sirve para ejemplificar como los riesgos característicos de la región perjudican las operaciones.
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Valery Zurita, directora ejecutiva de la GRENAT, comenta que Guatemala es poseedora del 2% de las reservas de níquel a nivel global. “Tenemos una de las reservas de plata más grandes del mundo”, agrega.
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Centroamérica y el Caribe cuentan con vastas provisiones de minerales que son necesarios para la transición energética. “El aumento en la demanda de minerales es una realidad. Que la región sea un jugador principal o un espectador, dependerá de los gobiernos”, agrega Zurita.
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No obstante, a raíz de la poca certeza jurídica y la conflictividad social, varios proyectos de minería tanto en Guatemala como en la región han sido suspendidos de facto, representando un fuerte disuasivo para potenciales inversores.
Balance. Los países de Latinoamérica se encuentran ante un panorama geopolítico ventajoso. A pesar de estar en una región menos llamativa para invertir, pueden apalancarse de su riqueza mineral para atraer IED que aporte al desarrollo de sus economías.
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La IEA estima que la demanda de minerales críticos crecerá 6% anualmente hasta 2030. Además, para 2040, este mercado, que tiene un tamaño de USD 320 000M, podría alcanzar los 770 000M.
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Países en vías de desarrollo como Guatemala, Perú, y Ecuador, harían bien en trazar estrategias a mediano y largo plazo, que se enfoquen en fortalecer los marcos legales y la infraestructura necesaria para recibir inversiones en sus minerales críticos.