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El negocio del “sí, acepto”

.
Alice Utrera y Miguel Rodríguez
01 de abril, 2025

El amor también es una industria en Guatemala. El turismo de bodas ha dejado de ser una tendencia para convertirse en un motor económico. Antigua Guatemala lidera como destino clave, pero el impacto se extiende a otras regiones del país.

Por qué importa. Este segmento genera una derrama económica significativa en hotelería, gastronomía y eventos. Un auge impulsado por la belleza, accesibilidad y hospitalidd. Según la Cámara de Turismo de Guatemala (CAMTUR), el gasto promedio de una boda destino oscila entre los USD 10 000 y 300 000.

  • Una celebración con 100 invitados puede generar más de USD 150 000 en consumo local. Se distribuyen en hotelería, catering, música, transporte y entretenimiento.

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  • “El turismo de bodas es uno de los segmentos con mayor retorno por visitante”, afirma Rolando Schweikert, presidente de CAMTUR. Esto debido a que al evento se suman los familiares y amigos, con una estadía que ronda los 5 y 12 días.

  • El impacto se amplía con actividades previas y posteriores. Destinos como Atitlán, Petén y Monterrico se benefician. El gasto diario por persona varía entre USD 125 y 250.

Visto y no visto. Detrás de cada boda hay una economía compleja en movimiento. Cada evento activa una red de servicios especializados, desde mobiliario de lujo hasta chefs reconocidos.

  • Ingrid Ramos, gerente general de Alfa y Omega, explica que participan en al menos dos bodas destino al mes. “Si no es con banquetes, es amoblado. Todo se coordina con floristas, wedding planners y tour operadores”.

  • Este tipo de eventos genera empleo y fomenta alianzas estratégicas entre proveedores.

  • Profesionalizar el sector es clave. Gremiales e iniciativas como “Guatemala Romántica” de INGUAT buscan estandarizar calidad y conectar con mercados internacionales.

Sí, pero.  Aunque el panorama es prometedor, persisten desafíos que limitan la escalabilidad del turismo de bodas como motor económico.

  • Los constantes bloqueos y falta de infraestructura vial afectan la llegada de invitados y proveedores.

  • La saturación de destinos como Antigua Guatemala provoca preocupación sobre su capacidad de carga turística y regulación urbanística.

  • Además, una percepción internacional de inestabilidad puede disuadir a parejas extranjeras en su elección.

Lo que sigue. Un incremento en la inversión en infraestructura y movilidad facilitaría la llegada de turistas. El objetivo: mejorar la experiencia.

  • Los fam trip —viaje de familiarización— son una estrategia para atraer organizadores internacionales y mostrar los destinos principales.

  • Sin embargo, Schweikert reconoce que el “boca a boca” sigue siendo el principal canal de promoción.

  • Las alianzas público-privadas serán esenciales para posicionar en el mapa a Guatemala como un destino global para bodas.

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El negocio del “sí, acepto”

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Alice Utrera y Miguel Rodríguez
01 de abril, 2025

El amor también es una industria en Guatemala. El turismo de bodas ha dejado de ser una tendencia para convertirse en un motor económico. Antigua Guatemala lidera como destino clave, pero el impacto se extiende a otras regiones del país.

Por qué importa. Este segmento genera una derrama económica significativa en hotelería, gastronomía y eventos. Un auge impulsado por la belleza, accesibilidad y hospitalidd. Según la Cámara de Turismo de Guatemala (CAMTUR), el gasto promedio de una boda destino oscila entre los USD 10 000 y 300 000.

  • Una celebración con 100 invitados puede generar más de USD 150 000 en consumo local. Se distribuyen en hotelería, catering, música, transporte y entretenimiento.

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  • “El turismo de bodas es uno de los segmentos con mayor retorno por visitante”, afirma Rolando Schweikert, presidente de CAMTUR. Esto debido a que al evento se suman los familiares y amigos, con una estadía que ronda los 5 y 12 días.

  • El impacto se amplía con actividades previas y posteriores. Destinos como Atitlán, Petén y Monterrico se benefician. El gasto diario por persona varía entre USD 125 y 250.

Visto y no visto. Detrás de cada boda hay una economía compleja en movimiento. Cada evento activa una red de servicios especializados, desde mobiliario de lujo hasta chefs reconocidos.

  • Ingrid Ramos, gerente general de Alfa y Omega, explica que participan en al menos dos bodas destino al mes. “Si no es con banquetes, es amoblado. Todo se coordina con floristas, wedding planners y tour operadores”.

  • Este tipo de eventos genera empleo y fomenta alianzas estratégicas entre proveedores.

  • Profesionalizar el sector es clave. Gremiales e iniciativas como “Guatemala Romántica” de INGUAT buscan estandarizar calidad y conectar con mercados internacionales.

Sí, pero.  Aunque el panorama es prometedor, persisten desafíos que limitan la escalabilidad del turismo de bodas como motor económico.

  • Los constantes bloqueos y falta de infraestructura vial afectan la llegada de invitados y proveedores.

  • La saturación de destinos como Antigua Guatemala provoca preocupación sobre su capacidad de carga turística y regulación urbanística.

  • Además, una percepción internacional de inestabilidad puede disuadir a parejas extranjeras en su elección.

Lo que sigue. Un incremento en la inversión en infraestructura y movilidad facilitaría la llegada de turistas. El objetivo: mejorar la experiencia.

  • Los fam trip —viaje de familiarización— son una estrategia para atraer organizadores internacionales y mostrar los destinos principales.

  • Sin embargo, Schweikert reconoce que el “boca a boca” sigue siendo el principal canal de promoción.

  • Las alianzas público-privadas serán esenciales para posicionar en el mapa a Guatemala como un destino global para bodas.

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