EL TIPO DE CAMBIO DE HOY ES DE: Milei volvió la mentira confortable en una verdad añorada
Este es el “último mal trago” previo a la reconstrucción inmediata y crítica de Argentina, acabando con la triste historia del declive del país.
El 10 de diciembre de 2023 Javier Milei asumió la presidencia con el partido La Libertad Avanza (libertario) en Argentina. Como los demás candidatos, afirmó en su campaña política que su plan de gobierno buscaba mejorar las condiciones de vida de los argentinos, pese al contexto socioeconómico que afectó por años al país. Las medidas precisas que utilizaría para alcanzar este objetivo eran: la reducción de cargos políticos (eliminación de puestos no necesarios y despido de personal); la eliminación del Banco Central de la República de Argentina; la reducción del gasto público; la reducción de impuestos; la promoción de obras financiadas y elaboradas por empresas privadas del país, y la dolarización como sustitución al peso argentino.
Milei fue el candidato más votado en las PASO —elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias—, alcanzando más del 50 % de los votos a nivel nacional. Esta victoria resultó sorprendente a nivel mundial debido a la indetenible historia izquierdista argentina, así como la actual tendencia de los países latinoamericanos en contra la derecha política. No obstante, desde el inicio de su campaña se pudo ver que el candidato estaba seguro de ganar la presidencia, ya sea por convicción propia o por la adecuada persuasión que sus críticas y anuncios tenían en la población. Por ejemplo, durante su campaña anunció quiénes serían los miembros de su gabinete en caso de ganar, eliminando la intriga y entregando al votante parte importante de la información exigida. Asimismo, en su primer discurso al tomar posesión no se dirigió a los miembros del legislativo, sino directamente a los ciudadanos argentinos, apelando a su realidad actual.
En uno de los discursos más pesimistas en la historia de la política latinoamericana, Milei fue estimado por su honestidad acerca del panorama económico argentino. Sin mentiras o exageraciones, el presidente afirmó que el país tiene “una verdad incómoda”, que es mejor de afrontar que una “mentira confortable”.
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En uno de los discursos más pesimistas en la historia de la política latinoamericana, Milei fue estimado por su honestidad acerca del panorama económico argentino. Sin mentiras o exageraciones, el presidente afirmó que el país tiene “una verdad incómoda”, que es mejor de afrontar que una “mentira confortable”. Bajo esta idea, indicó que los salarios tienen un valor de 1/10 de lo que deberían ser; la violencia y el narcotráfico han dominado el país por falta de preparación y capacidad de las fuerzas de seguridad; la inflación anual heredada es del 15 mil%, y los siguientes meses estarían llenos de pobreza, inflación y despidos, haciendo mención a 100 años de pobreza por ideas empobrecedoras y colectivistas que hundieron la economía argentina.
No obstante, hay una luz al final del túnel. En el mismo discurso mencionó que las decisiones que tomaría serían para solucionar las consecuencias de 100 años de despilfarro de la clase política. Este es el “último mal trago” previo a la reconstrucción inmediata y crítica de Argentina, acabando con la triste historia del declive del país. Sus palabras han sido marcadas en la historia. De hecho, se comienza a ver el efecto de la política liberal de Milei.
La desaceleración de los índices de precios en Argentina es notoria. En diciembre de 2023, cuando Milei asumió el poder, hubo un pico del 25.5 % —inflación récord en 30 años—, en enero de 2024 hubo una reducción a un 20.6 %, en febrero llegó a 13.2 %, marzo a 11 % y abril cerró con 8.8 %. Aunque las cifras se ven positivas, es importante afirmar que aun hay un largo camino por recorrer, dado que el salario promedio aun es bajo y se asimila a cifras vistas en la crisis del 2001.Al final, aunque la inflación se desacelere, sigue siendo alta. Asimismo, el mercado deberá regularse de alguna manera, dado que el fin de las subvenciones a ciertos servicios (gas, internet, agua, electricidad) —una de las políticas de cambio de Milei—, ha encarecido su consumo. Esto, sin embargo, no es negativo, sino el inicio del necesario fortalecimiento económico argentino.
Milei volvió la mentira confortable en una verdad añorada
Este es el “último mal trago” previo a la reconstrucción inmediata y crítica de Argentina, acabando con la triste historia del declive del país.
El 10 de diciembre de 2023 Javier Milei asumió la presidencia con el partido La Libertad Avanza (libertario) en Argentina. Como los demás candidatos, afirmó en su campaña política que su plan de gobierno buscaba mejorar las condiciones de vida de los argentinos, pese al contexto socioeconómico que afectó por años al país. Las medidas precisas que utilizaría para alcanzar este objetivo eran: la reducción de cargos políticos (eliminación de puestos no necesarios y despido de personal); la eliminación del Banco Central de la República de Argentina; la reducción del gasto público; la reducción de impuestos; la promoción de obras financiadas y elaboradas por empresas privadas del país, y la dolarización como sustitución al peso argentino.
Milei fue el candidato más votado en las PASO —elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias—, alcanzando más del 50 % de los votos a nivel nacional. Esta victoria resultó sorprendente a nivel mundial debido a la indetenible historia izquierdista argentina, así como la actual tendencia de los países latinoamericanos en contra la derecha política. No obstante, desde el inicio de su campaña se pudo ver que el candidato estaba seguro de ganar la presidencia, ya sea por convicción propia o por la adecuada persuasión que sus críticas y anuncios tenían en la población. Por ejemplo, durante su campaña anunció quiénes serían los miembros de su gabinete en caso de ganar, eliminando la intriga y entregando al votante parte importante de la información exigida. Asimismo, en su primer discurso al tomar posesión no se dirigió a los miembros del legislativo, sino directamente a los ciudadanos argentinos, apelando a su realidad actual.
En uno de los discursos más pesimistas en la historia de la política latinoamericana, Milei fue estimado por su honestidad acerca del panorama económico argentino. Sin mentiras o exageraciones, el presidente afirmó que el país tiene “una verdad incómoda”, que es mejor de afrontar que una “mentira confortable”.
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En uno de los discursos más pesimistas en la historia de la política latinoamericana, Milei fue estimado por su honestidad acerca del panorama económico argentino. Sin mentiras o exageraciones, el presidente afirmó que el país tiene “una verdad incómoda”, que es mejor de afrontar que una “mentira confortable”. Bajo esta idea, indicó que los salarios tienen un valor de 1/10 de lo que deberían ser; la violencia y el narcotráfico han dominado el país por falta de preparación y capacidad de las fuerzas de seguridad; la inflación anual heredada es del 15 mil%, y los siguientes meses estarían llenos de pobreza, inflación y despidos, haciendo mención a 100 años de pobreza por ideas empobrecedoras y colectivistas que hundieron la economía argentina.
No obstante, hay una luz al final del túnel. En el mismo discurso mencionó que las decisiones que tomaría serían para solucionar las consecuencias de 100 años de despilfarro de la clase política. Este es el “último mal trago” previo a la reconstrucción inmediata y crítica de Argentina, acabando con la triste historia del declive del país. Sus palabras han sido marcadas en la historia. De hecho, se comienza a ver el efecto de la política liberal de Milei.
La desaceleración de los índices de precios en Argentina es notoria. En diciembre de 2023, cuando Milei asumió el poder, hubo un pico del 25.5 % —inflación récord en 30 años—, en enero de 2024 hubo una reducción a un 20.6 %, en febrero llegó a 13.2 %, marzo a 11 % y abril cerró con 8.8 %. Aunque las cifras se ven positivas, es importante afirmar que aun hay un largo camino por recorrer, dado que el salario promedio aun es bajo y se asimila a cifras vistas en la crisis del 2001.Al final, aunque la inflación se desacelere, sigue siendo alta. Asimismo, el mercado deberá regularse de alguna manera, dado que el fin de las subvenciones a ciertos servicios (gas, internet, agua, electricidad) —una de las políticas de cambio de Milei—, ha encarecido su consumo. Esto, sin embargo, no es negativo, sino el inicio del necesario fortalecimiento económico argentino.
