EL TIPO DE CAMBIO DE HOY ES DE: … Hagámoslo fiesta, reza el viejo refrán. Nuestro idioma chapín está lleno de refranes que, seguramente, han surgido de las vivencias, tradiciones y conductas de las personas a lo largo de los años.
En esta ocasión, el impuesto e incapaz presidente no tuvo un minuto de razonamiento para darse cuenta de que el bautizo de su nieto no es parte de sus actividades, por lo que no puede usar dinero público, pues ese nos pertenece a nosotros los tributarios.
Lo positivo de este suceso es que se puso en evidencia, nuevamente, la incapacidad de quien está llamado a dirigir el curso de nuestro país y la pésima y hasta ausente asesoría que reciben el presidente y su familia.
Esto trascendió y ocupó mucho espacio en los medios de comunicación, naturalmente. Me pregunto cuántas otras acciones como esta se han dado y no nos hemos enterado. Se supone que el inepto devolvió el dinero. Quisiera ver el cheque o la transferencia que lo comprueben. Aun si así fuera, me pregunto cuántos abusos más han cometido en este tiempo que llevan de estar sentados “en la guayaba”, disfrutando de las mieles del poder mientras el resto de nosotros estamos en medio de un caos.
Basta con ver el estado de las carreteras, de los servicios de salud, de los planes de contingencia ausentes, como la preparación para la época de invierno que ya llegó. ¿Cuántos derrumbes, accidentes, inundaciones y quién sabe qué más, tendremos que soportar y sobrevivir?
A él no le cuesta nada, por lo que puede seguir haciendo fiesta con el erario nacional. Puede hacer un bautizo ilegal mientras cientos de miles de personas están esperando a que el llamado a dirigir el país utilice el dinero para mejorar la vida de todos ellos, pues esperan poder trabajar y tener una vida un poco mejor de la que ahora tienen.
Nos alegra que el impuesto crea en un Ser Superior. Sin embargo, esa creencia debe trasladarse a quienes estamos esperando a que cumpla con sus promesas de campaña y el juramento que hizo cuando asumió el cargo.
Guatemala está urgida de tantas cosas materiales, como un sistema de salud digno y eficiente, de carreteras que permitan comercio, turismo, transporte de mercancías y de personas. También está urgida de personas decentes y correctas que, en vez de usar el dinero público para su propio beneficio, por muy poco que sea, lo utilice para lo que fue asignado: invertir y mejorar la vida de todos los guatemaltecos, y no solo de quien dirige el país y su círculo cercano.
Necesitamos enfoque en las prioridades: proteger la vida, la propiedad y la libertad de todos. No hay tiempo ni dinero suficiente para resolver tanta falencia, tanta pobreza, tanta corrupción, tanto abuso. Necesitamos un líder. No está en el gobierno. ¿Quién, o quiénes están ocupando ese espacio? ¿Quiénes más se sumarán? ¿El narcotráfico con la destrucción de mentes por efectos de la droga, la delincuencia, asociada o no, a ese mundo que acaba con núcleo familiar, millones de niños desnutridos que dedicarán su vida a la delincuencia par sobrevivir, maestros que no enseñarán lo necesario porque ellos mismos están mal pagados y poco capacitados?
Sigan haciendo fiesta con lo que no les cuesta. Los chapines somos trabajadores, resilientes (hasta cierto punto) y luchadores por nuestras familias y por mantener nuestra vida en libertad.
… Hagámoslo fiesta, reza el viejo refrán. Nuestro idioma chapín está lleno de refranes que, seguramente, han surgido de las vivencias, tradiciones y conductas de las personas a lo largo de los años.
En esta ocasión, el impuesto e incapaz presidente no tuvo un minuto de razonamiento para darse cuenta de que el bautizo de su nieto no es parte de sus actividades, por lo que no puede usar dinero público, pues ese nos pertenece a nosotros los tributarios.
Lo positivo de este suceso es que se puso en evidencia, nuevamente, la incapacidad de quien está llamado a dirigir el curso de nuestro país y la pésima y hasta ausente asesoría que reciben el presidente y su familia.
Esto trascendió y ocupó mucho espacio en los medios de comunicación, naturalmente. Me pregunto cuántas otras acciones como esta se han dado y no nos hemos enterado. Se supone que el inepto devolvió el dinero. Quisiera ver el cheque o la transferencia que lo comprueben. Aun si así fuera, me pregunto cuántos abusos más han cometido en este tiempo que llevan de estar sentados “en la guayaba”, disfrutando de las mieles del poder mientras el resto de nosotros estamos en medio de un caos.
Basta con ver el estado de las carreteras, de los servicios de salud, de los planes de contingencia ausentes, como la preparación para la época de invierno que ya llegó. ¿Cuántos derrumbes, accidentes, inundaciones y quién sabe qué más, tendremos que soportar y sobrevivir?
A él no le cuesta nada, por lo que puede seguir haciendo fiesta con el erario nacional. Puede hacer un bautizo ilegal mientras cientos de miles de personas están esperando a que el llamado a dirigir el país utilice el dinero para mejorar la vida de todos ellos, pues esperan poder trabajar y tener una vida un poco mejor de la que ahora tienen.
Nos alegra que el impuesto crea en un Ser Superior. Sin embargo, esa creencia debe trasladarse a quienes estamos esperando a que cumpla con sus promesas de campaña y el juramento que hizo cuando asumió el cargo.
Guatemala está urgida de tantas cosas materiales, como un sistema de salud digno y eficiente, de carreteras que permitan comercio, turismo, transporte de mercancías y de personas. También está urgida de personas decentes y correctas que, en vez de usar el dinero público para su propio beneficio, por muy poco que sea, lo utilice para lo que fue asignado: invertir y mejorar la vida de todos los guatemaltecos, y no solo de quien dirige el país y su círculo cercano.
Necesitamos enfoque en las prioridades: proteger la vida, la propiedad y la libertad de todos. No hay tiempo ni dinero suficiente para resolver tanta falencia, tanta pobreza, tanta corrupción, tanto abuso. Necesitamos un líder. No está en el gobierno. ¿Quién, o quiénes están ocupando ese espacio? ¿Quiénes más se sumarán? ¿El narcotráfico con la destrucción de mentes por efectos de la droga, la delincuencia, asociada o no, a ese mundo que acaba con núcleo familiar, millones de niños desnutridos que dedicarán su vida a la delincuencia par sobrevivir, maestros que no enseñarán lo necesario porque ellos mismos están mal pagados y poco capacitados?
Sigan haciendo fiesta con lo que no les cuesta. Los chapines somos trabajadores, resilientes (hasta cierto punto) y luchadores por nuestras familias y por mantener nuestra vida en libertad.
