EL TIPO DE CAMBIO DE HOY ES DE: Hace algunos días, un amigo me hacía reflexionar sobre la necesidad de sentirnos más agradecidos por los tiempos en lo que vivimos, porque son los únicos que nos pertenecerán. Escuchaba con interés sobre esta reflexión hecha hace casi cien años por quien luego sería Papa, sobre la necesidad de dar gracias porque Dios nos ha dado estos tiempos y a estos tiempos nos ha dado, lo cual exige hacer algo con ellos, principalmente hacer lo que se hace negándonos la posibilidad de ser mediocres.
Estos son los únicos días que tendremos, estimado lector, el pasado es inalterable y el futuro nadie lo tiene asegurado. Por lo que, apropiarnos de nuestro hoy es más que aprovechar la oportunidad, es darle respuesta a la realidad; es más que estar agradecido, es hacer algo útil con ello.
Lo mejor que debemos hacer es animarnos y no dejarnos ser mediocres, es decir, no dejarnos ir hacia el mal, en ninguna de todas sus formas. La realidad nos exiges más y si no la atendemos no tendremos otros días para hacer algo que nos haga sentir, que nos afirme, que hemos sido de bien para nosotros mismos y para otros.
Apropiarnos de nuestro hoy es más que aprovechar la oportunidad, es darle respuesta a la realidad; es más que estar agradecido, es hacer algo útil con ello.
Charlie Munger, famoso inversor estadounidense, decía que la forma más fácil de obtener lo que queremos es merecerlo. Es una simple pero muy fuerte idea, la cual hace pensar que cuando pensamos en lo que queremos ser como individuo, como familia, como grupo de amigos, como comunidad o como país, debemos reconocer que la forma más fácil de serlo es merecerlo.
Debemos reflexionar, estimado lector, que merecerlo es la forma más fácil. La probabilidad de que las cosas que advertimos queremos que sucedan, sucedan por azar, por suerte, por bondad o maldad de otros, que espontáneamente terminemos en donde queremos estar es, francamente, cero. La realidad sin duda nos condiciona, pero también nos permite trabajar en lo que anhelamos. Merecer aquello que queremos es cansado, arduo y sin duda desafiante, pero ¿cuál es la otra opción? ¿conformarnos, acomodarnos, acostumbrarnos al mal sabor y ser mediocres?
Dar gracias por los tiempos que tenemos
Hace algunos días, un amigo me hacía reflexionar sobre la necesidad de sentirnos más agradecidos por los tiempos en lo que vivimos, porque son los únicos que nos pertenecerán. Escuchaba con interés sobre esta reflexión hecha hace casi cien años por quien luego sería Papa, sobre la necesidad de dar gracias porque Dios nos ha dado estos tiempos y a estos tiempos nos ha dado, lo cual exige hacer algo con ellos, principalmente hacer lo que se hace negándonos la posibilidad de ser mediocres.
Estos son los únicos días que tendremos, estimado lector, el pasado es inalterable y el futuro nadie lo tiene asegurado. Por lo que, apropiarnos de nuestro hoy es más que aprovechar la oportunidad, es darle respuesta a la realidad; es más que estar agradecido, es hacer algo útil con ello.
Lo mejor que debemos hacer es animarnos y no dejarnos ser mediocres, es decir, no dejarnos ir hacia el mal, en ninguna de todas sus formas. La realidad nos exiges más y si no la atendemos no tendremos otros días para hacer algo que nos haga sentir, que nos afirme, que hemos sido de bien para nosotros mismos y para otros.
Apropiarnos de nuestro hoy es más que aprovechar la oportunidad, es darle respuesta a la realidad; es más que estar agradecido, es hacer algo útil con ello.
Charlie Munger, famoso inversor estadounidense, decía que la forma más fácil de obtener lo que queremos es merecerlo. Es una simple pero muy fuerte idea, la cual hace pensar que cuando pensamos en lo que queremos ser como individuo, como familia, como grupo de amigos, como comunidad o como país, debemos reconocer que la forma más fácil de serlo es merecerlo.
Debemos reflexionar, estimado lector, que merecerlo es la forma más fácil. La probabilidad de que las cosas que advertimos queremos que sucedan, sucedan por azar, por suerte, por bondad o maldad de otros, que espontáneamente terminemos en donde queremos estar es, francamente, cero. La realidad sin duda nos condiciona, pero también nos permite trabajar en lo que anhelamos. Merecer aquello que queremos es cansado, arduo y sin duda desafiante, pero ¿cuál es la otra opción? ¿conformarnos, acomodarnos, acostumbrarnos al mal sabor y ser mediocres?
