EL TIPO DE CAMBIO DE HOY ES DE: La canción pesa: I Touch Myself es un dulce homenaje al amor propio y compartido, HOY EN LA VERSÓN DELUXE, EL BLOG DE MÚSICA DE LUIS FERNANDO ALEJOS.
Junio, mes de la diversidad sexual. Sin importar la hetero-normatividad de este paisito, hay algo en lo que la comunidad LGBTQ y el resto podemos estar de acuerdo: lo rico que es el amor propio; entiéndase, la masturbación.
En 1990 llegó a nuestros oídos una canción que subrayaba la necesidad de pensar en quien nos provocaba suspiros y lujuria, I Touch Myself del grupo australiano Divinyls. La voz y sensualidad de Christina Amphlett son un afrodisiaco para mí.
Si parte de mi vida la veo reflejada en la película de Steven Soderbergh, Sex, Lies,
and Videotape, I Touch Myself es un himno parecido, no tan obvio, más allá del
aspecto confesional del título.
“I close my eyes
And see you before me
Think I would die
If you were to ignore me
A fool could see
Just how much I adore you
I get down on my knees
I'd do anything for you”
“Cuando me siento triste, te deseo encima”.
Claro, se pierde en la traducción, pero es realmente un gozo imaginar o recordar el sentimiento. La distancia física o imaginaria, real o fantasía. Nos tocamos al recordarlo, evocarlo. Pero también puede ser triste. Masturbarse ante alguien ausente,
“You're the one who makes me come running
You're the sun who makes me shine
When you're around I'm always laughing
I want to make you mine”
https://www.youtube.com/watch?v=r71xajhDFUo&feature=youtu.be
“Te quiero. No quiero a nadie más. Y cuando pienso en ti, me toco…”
En el ocaso de su vida, cuando el cáncer de seno cobraba su salud, la vocalista de Divinyls, Christina Amphlett creó la I Touch Myself Foundation. Una noble forma de darle otra connotación a la frase.
Es hora de una ducha nocturna. Pero antes de despedirme, comparto este cover de Pink es delicado, orgásmico, un homenaje a la altura de la canción original.
La canción pesa: I Touch Myself es un dulce homenaje al amor propio y compartido, HOY EN LA VERSÓN DELUXE, EL BLOG DE MÚSICA DE LUIS FERNANDO ALEJOS.
Junio, mes de la diversidad sexual. Sin importar la hetero-normatividad de este paisito, hay algo en lo que la comunidad LGBTQ y el resto podemos estar de acuerdo: lo rico que es el amor propio; entiéndase, la masturbación.
En 1990 llegó a nuestros oídos una canción que subrayaba la necesidad de pensar en quien nos provocaba suspiros y lujuria, I Touch Myself del grupo australiano Divinyls. La voz y sensualidad de Christina Amphlett son un afrodisiaco para mí.
Si parte de mi vida la veo reflejada en la película de Steven Soderbergh, Sex, Lies,
and Videotape, I Touch Myself es un himno parecido, no tan obvio, más allá del
aspecto confesional del título.
“I close my eyes
And see you before me
Think I would die
If you were to ignore me
A fool could see
Just how much I adore you
I get down on my knees
I'd do anything for you”
“Cuando me siento triste, te deseo encima”.
Claro, se pierde en la traducción, pero es realmente un gozo imaginar o recordar el sentimiento. La distancia física o imaginaria, real o fantasía. Nos tocamos al recordarlo, evocarlo. Pero también puede ser triste. Masturbarse ante alguien ausente,
“You're the one who makes me come running
You're the sun who makes me shine
When you're around I'm always laughing
I want to make you mine”
https://www.youtube.com/watch?v=r71xajhDFUo&feature=youtu.be
“Te quiero. No quiero a nadie más. Y cuando pienso en ti, me toco…”
En el ocaso de su vida, cuando el cáncer de seno cobraba su salud, la vocalista de Divinyls, Christina Amphlett creó la I Touch Myself Foundation. Una noble forma de darle otra connotación a la frase.
Es hora de una ducha nocturna. Pero antes de despedirme, comparto este cover de Pink es delicado, orgásmico, un homenaje a la altura de la canción original.
