Es noticia. Después de que la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro anunciara nuevas sanciones contra el expresidente de Paraguay, Horacio Cartes, las autoridades paraguayas ordenaron al embajador estadounidense Marc Ostfield abandonar el país, declarándolo efectivamente persona non grata, elevando así las tensiones entre Washington y la nación sudamericana.
- Cartes –presidente del 2013 al 2018– sigue siendo una figura clave dentro del Partido Colorado, que actualmente tiene mayoría en ambas cámaras del Congreso. El partido también logró una victoria significativa en las elecciones de 2023 bajo el liderazgo del actual presidente, Santiago Peña, y ha dominado la política nacional durante la mayor parte de las últimas ocho décadas.
- OFAC sancionó a Cartes bajo la Ley Global Magnitsky a principios de 2023. A su vez, desde 2022 el Departamento de Estado de EE. UU. ha considerado al expresidente como un actor “significativamente corrupto”.
- Ahora, más de un año después, OFAC ha intensificado el asunto, sancionando a la compañía tabacalera paraguaya Tabacalera del Este (Tabesa), acusada de desviar ilegalmente millones de dólares para Cartes, quien solía ser su accionista mayoritario.
Panorama general. Las sanciones, tal como las define William Reinsch, exfuncionario del Departamento de Comercio, son “lo único entre la diplomacia y la guerra” en el arsenal de política exterior de EE. UU. Al utilizarlas, Washington puede ejercer una influencia inmensa en los asuntos internos de algunos países a un costo relativamente bajo.
- De 2020 a 2024, las sanciones emitidas por EE. UU. han aumentado un 57 %, con las sanciones del tipo Global Magnitsky volviéndose más comunes en todo el mundo.
- La tendencia es particularmente evidente en Latinoamérica, que, en adición con el Caribe, representa la región más sancionada desde principios de este siglo.
¿Qué sigue? Aunque el embajador Ostfield aún no ha salido de Asunción, la administración Biden ya ha elegido a su sucesor, el diplomático de carrera Gabriel Escobar.
- Sin embargo, con la confirmación del Senado aún pendiente, este tenso momento en las relaciones entre EE. UU. y Paraguay está lejos de terminar.
- Aunque las fricciones entre Washington y los gobiernos latinoamericanos no son inusuales, fue excepcional que Paraguay, un Estado alineado con EE. UU., reaccionara de manera tan brusca.
Entre líneas. Durante varios años, funcionarios y expertos en política exterior de EE. UU. han expresado preocupación por el uso excesivo de sanciones, ya que a menudo conducen a consecuencias no deseadas que agudizan la inestabilidad económica y política en Latinoamérica. El caso de Guatemala ofrece un claro ejemplo de ello.
- En noviembre de 2022, el Departamento del Tesoro de EE. UU. sancionó a dos compañías mineras de níquel –un mineral estratégico para los intereses de EE. UU– que operan en Guatemala. En enero de 2024, OFAC levantó las sanciones que habían sido impuestas "por error". A pesar de esto, las sanciones paralizaron, efectivamente, al sector minero guatemalteco.
- De manera similar, en 2023 y 2024, EE. UU. impuso sanciones a aliados en el Congreso y a algunos miembros de la administración del expresidente Alejandro Giammattei. Aunque el público guatemalteco en gran parte reconoce a estos individuos como actores corruptos, algunos argumentan que las sanciones pueden, de manera involuntaria, reforzar sus esquemas al limitar sus opciones de negociación a medida que se debilita su control sobre el poder político. Nunca mejor ejemplificado que con el régimen de Maduro en Venezuela.
Por qué importa. Washington enfrenta el gran desafío de alinear sus esfuerzos anticorrupción con la preservación de fuertes lazos diplomáticos con sus aliados latinoamericanos. Esto es especialmente urgente en Centroamérica, donde la influencia de China está creciendo rápidamente a través de acuerdos de libre comercio y la financiación de grandes proyectos de infraestructura.
- Guatemala y Paraguay son dos de los 12 países que mantienen vínculos diplomáticos con Taiwán. Su postura los posiciona como aliados cruciales para contrarrestar la creciente influencia de Pekín en el hemisferio occidental, lo que representa una amenaza notable para los intereses de seguridad nacional de EE. UU.
- Si esta tendencia persiste, es probable que los aliados de Washington en Latinoamérica se sientan cada vez más frustrados. El apoyo de EE. UU., que se ha centrado en imponer sanciones –en ocasiones ignorando sus efectos colaterales–, está alimentando una creciente indiferencia hacia Washington.
- En los círculos políticos latinoamericanos, también se cree ampliamente que China ha demostrado ser un socio más eficiente en la solución de las necesidades críticas de infraestructura e inversión de la región. Cualquier esfuerzo de acercamiento de EE. UU. debe considerar dichos proyectos.
Es noticia. Después de que la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro anunciara nuevas sanciones contra el expresidente de Paraguay, Horacio Cartes, las autoridades paraguayas ordenaron al embajador estadounidense Marc Ostfield abandonar el país, declarándolo efectivamente persona non grata, elevando así las tensiones entre Washington y la nación sudamericana.
- Cartes –presidente del 2013 al 2018– sigue siendo una figura clave dentro del Partido Colorado, que actualmente tiene mayoría en ambas cámaras del Congreso. El partido también logró una victoria significativa en las elecciones de 2023 bajo el liderazgo del actual presidente, Santiago Peña, y ha dominado la política nacional durante la mayor parte de las últimas ocho décadas.
- OFAC sancionó a Cartes bajo la Ley Global Magnitsky a principios de 2023. A su vez, desde 2022 el Departamento de Estado de EE. UU. ha considerado al expresidente como un actor “significativamente corrupto”.
- Ahora, más de un año después, OFAC ha intensificado el asunto, sancionando a la compañía tabacalera paraguaya Tabacalera del Este (Tabesa), acusada de desviar ilegalmente millones de dólares para Cartes, quien solía ser su accionista mayoritario.
Panorama general. Las sanciones, tal como las define William Reinsch, exfuncionario del Departamento de Comercio, son “lo único entre la diplomacia y la guerra” en el arsenal de política exterior de EE. UU. Al utilizarlas, Washington puede ejercer una influencia inmensa en los asuntos internos de algunos países a un costo relativamente bajo.
- De 2020 a 2024, las sanciones emitidas por EE. UU. han aumentado un 57 %, con las sanciones del tipo Global Magnitsky volviéndose más comunes en todo el mundo.
- La tendencia es particularmente evidente en Latinoamérica, que, en adición con el Caribe, representa la región más sancionada desde principios de este siglo.
¿Qué sigue? Aunque el embajador Ostfield aún no ha salido de Asunción, la administración Biden ya ha elegido a su sucesor, el diplomático de carrera Gabriel Escobar.
- Sin embargo, con la confirmación del Senado aún pendiente, este tenso momento en las relaciones entre EE. UU. y Paraguay está lejos de terminar.
- Aunque las fricciones entre Washington y los gobiernos latinoamericanos no son inusuales, fue excepcional que Paraguay, un Estado alineado con EE. UU., reaccionara de manera tan brusca.
Entre líneas. Durante varios años, funcionarios y expertos en política exterior de EE. UU. han expresado preocupación por el uso excesivo de sanciones, ya que a menudo conducen a consecuencias no deseadas que agudizan la inestabilidad económica y política en Latinoamérica. El caso de Guatemala ofrece un claro ejemplo de ello.
- En noviembre de 2022, el Departamento del Tesoro de EE. UU. sancionó a dos compañías mineras de níquel –un mineral estratégico para los intereses de EE. UU– que operan en Guatemala. En enero de 2024, OFAC levantó las sanciones que habían sido impuestas "por error". A pesar de esto, las sanciones paralizaron, efectivamente, al sector minero guatemalteco.
- De manera similar, en 2023 y 2024, EE. UU. impuso sanciones a aliados en el Congreso y a algunos miembros de la administración del expresidente Alejandro Giammattei. Aunque el público guatemalteco en gran parte reconoce a estos individuos como actores corruptos, algunos argumentan que las sanciones pueden, de manera involuntaria, reforzar sus esquemas al limitar sus opciones de negociación a medida que se debilita su control sobre el poder político. Nunca mejor ejemplificado que con el régimen de Maduro en Venezuela.
Por qué importa. Washington enfrenta el gran desafío de alinear sus esfuerzos anticorrupción con la preservación de fuertes lazos diplomáticos con sus aliados latinoamericanos. Esto es especialmente urgente en Centroamérica, donde la influencia de China está creciendo rápidamente a través de acuerdos de libre comercio y la financiación de grandes proyectos de infraestructura.
- Guatemala y Paraguay son dos de los 12 países que mantienen vínculos diplomáticos con Taiwán. Su postura los posiciona como aliados cruciales para contrarrestar la creciente influencia de Pekín en el hemisferio occidental, lo que representa una amenaza notable para los intereses de seguridad nacional de EE. UU.
- Si esta tendencia persiste, es probable que los aliados de Washington en Latinoamérica se sientan cada vez más frustrados. El apoyo de EE. UU., que se ha centrado en imponer sanciones –en ocasiones ignorando sus efectos colaterales–, está alimentando una creciente indiferencia hacia Washington.
- En los círculos políticos latinoamericanos, también se cree ampliamente que China ha demostrado ser un socio más eficiente en la solución de las necesidades críticas de infraestructura e inversión de la región. Cualquier esfuerzo de acercamiento de EE. UU. debe considerar dichos proyectos.