Las inversiones en inteligencia artificial crecen a ritmo acelerado. Miles de millones de dólares se destinan a centros de datos y a tecnologías que prometen revolucionar los negocios. Sin embargo, los resultados reales no aparecen con la misma rapidez. El debate se centra en cómo integrar nube, datos e IA para lograr beneficios tangibles.
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Christian Klein, CEO global de SAP, responde: ¿por qué tantas empresas aún no ven resultados reales de sus inversiones?
Por qué importa. La IA promete productividad y nuevas oportunidades, pero muchas empresas no ven resultados. El problema radica en depender de sistemas antiguos que frenan su adopción y limitan la capacidad para aprovechar las innovaciones digitales.
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La mayoría de las organizaciones no logra traducir la inversión en IA en ganancias claras, según una encuesta de McKinsey.
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Las empresas que siguen con software heredado enfrentan altos costos, lentitud y procesos fragmentados.
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La IA no funciona de forma aislada: necesita datos organizados y sistemas integrados en la nube para desplegar todo su potencial.
Lo indispensable. La modernización tecnológica exige tres pasos clave. Sin estas fases, las inversiones se diluyen y se convierten en proyectos costosos sin impacto en la operación ni en la competitividad global.
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Migrar los sistemas internos a plataformas modernas en la nube permite integrar áreas y agilizar la respuesta ante desafíos.
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La gestión avanzada de datos organiza, depura y facilita el acceso a información relevante en tiempo real.
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La combinación de nube y datos abre la puerta a que la inteligencia artificial ejecute tareas y genere análisis útiles para decisiones empresariales.
Entre líneas. El cambio va más allá de la tecnología. Implica modificar la forma en que se conciben los negocios. La nube y la IA transforman procesos completos y otorgan ventaja competitiva a quienes adoptan un enfoque proactivo.
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Los nuevos sistemas integrados eliminan duplicidad, corrigen errores y optimizan tiempos de producción.
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Las empresas que ya operan con esta arquitectura logran reducir costos y ofrecer productos o servicios más rápido.
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La innovación tecnológica deja de ser solo un asunto de TI: se convierte en el centro de la estrategia empresarial.
Ahora qué. Los próximos años serán decisivos. Quienes actúen pronto aprovecharán las ventajas de la IA como motor de eficiencia y crecimiento. Los que se rezaguen enfrentarán mayores barreras para competir.
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La evolución natural lleva de sistemas locales a la nube, de ahí a datos organizados y finalmente, a agentes de IA autónomos.
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Estos agentes ya realizan tareas complejas: detectan fallas, resuelven problemas y optimizan pagos sin intervención humana.
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La modernización tecnológica es una apuesta de supervivencia empresarial en mercados globales cada vez más exigentes.
Las inversiones en inteligencia artificial crecen a ritmo acelerado. Miles de millones de dólares se destinan a centros de datos y a tecnologías que prometen revolucionar los negocios. Sin embargo, los resultados reales no aparecen con la misma rapidez. El debate se centra en cómo integrar nube, datos e IA para lograr beneficios tangibles.
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Christian Klein, CEO global de SAP, responde: ¿por qué tantas empresas aún no ven resultados reales de sus inversiones?
Por qué importa. La IA promete productividad y nuevas oportunidades, pero muchas empresas no ven resultados. El problema radica en depender de sistemas antiguos que frenan su adopción y limitan la capacidad para aprovechar las innovaciones digitales.
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La mayoría de las organizaciones no logra traducir la inversión en IA en ganancias claras, según una encuesta de McKinsey.
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La IA no funciona de forma aislada: necesita datos organizados y sistemas integrados en la nube para desplegar todo su potencial.
Lo indispensable. La modernización tecnológica exige tres pasos clave. Sin estas fases, las inversiones se diluyen y se convierten en proyectos costosos sin impacto en la operación ni en la competitividad global.
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Migrar los sistemas internos a plataformas modernas en la nube permite integrar áreas y agilizar la respuesta ante desafíos.
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La gestión avanzada de datos organiza, depura y facilita el acceso a información relevante en tiempo real.
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La combinación de nube y datos abre la puerta a que la inteligencia artificial ejecute tareas y genere análisis útiles para decisiones empresariales.
Entre líneas. El cambio va más allá de la tecnología. Implica modificar la forma en que se conciben los negocios. La nube y la IA transforman procesos completos y otorgan ventaja competitiva a quienes adoptan un enfoque proactivo.
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Los nuevos sistemas integrados eliminan duplicidad, corrigen errores y optimizan tiempos de producción.
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Las empresas que ya operan con esta arquitectura logran reducir costos y ofrecer productos o servicios más rápido.
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La innovación tecnológica deja de ser solo un asunto de TI: se convierte en el centro de la estrategia empresarial.
Ahora qué. Los próximos años serán decisivos. Quienes actúen pronto aprovecharán las ventajas de la IA como motor de eficiencia y crecimiento. Los que se rezaguen enfrentarán mayores barreras para competir.
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La evolución natural lleva de sistemas locales a la nube, de ahí a datos organizados y finalmente, a agentes de IA autónomos.
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Estos agentes ya realizan tareas complejas: detectan fallas, resuelven problemas y optimizan pagos sin intervención humana.
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La modernización tecnológica es una apuesta de supervivencia empresarial en mercados globales cada vez más exigentes.