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“Una sola China”: el bloqueo a Taiwán, peligrosamente cerca

.
Rafael P. Palomo
31 de marzo, 2025

Los avances chinos sobre Taiwán representan un riesgo inminente y el mundo todavía no sabe cómo reaccionar.

En perspectiva. De momento, los ejercicios militares de China alrededor de Taiwán son solamente simulacros, pero Xi Jinping le ha demostrado al mundo que tiene la capacidad de llevar a cabo una invasión o, cuanto menos, un bloqueo a la isla.  

  • Tras un esfuerzo de décadas, bajo el liderazgo de Xi Jinping, China se ha convertido en la mayor potencia naval.

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  • El avance chino contrasta con el estancamiento de EE. UU., evidenciado por el fiasco de su más reciente fragata —la Constellation—, que tardará el doble de lo proyectado en construirse y con un sobrecosto de unos USD 600M.

Cómo funciona. En octubre del año pasado, China llevó a cabo un ejercicio aéreo y naval con más de 125 aeronaves militares, simulando lo que sería un eventual bloqueo. La ofensiva involucraría ataques a infraestructuras clave, de tipo militar, portuaria, aeroportuaria y energética.  

  • De acuerdo con la inteligencia militar, los buques chinos rodearían la isla, a una distancia que evite los misiles costeros taiwaneses, mientras que sus portaaviones lanzarían cazas J-15 desde el sureste para disuadir a sus aliados de intervenir.

  • La guardia costera, junto con la milicia civil marítima, reforzarían el bloqueo y submarinos chinos colocarían minas en puertos para alejar barcos comerciales.

  • Finalmente, barcos de carga chinos arrastrarían sus anclas para cortar cables de fibra óptica submarinos y, así, realizar ataques cibernéticos a los sistemas financieros y militares de Taiwán.

Punto de fricción. China ha afianzado una estrategia lo suficientemente sólida como para evitar una escalada militar controlada; cualquier respuesta efectiva requeriría de una intervención directa. Su superioridad naval, además, le permite asegurar el perímetro de la isla con misiles supersónicos y sus sistemas antibuques de largo alcance.

  • Para EE. UU., sostener una guerra a miles de kilómetros sería logísticamente inviable, especialmente debido a su inferioridad naval con respecto a China.

  • Europa, que no ha estado dispuesta a movilizar tropas siquiera por su propia seguridad continental, difícilmente superaría la aplicación de sanciones económicas.

  • Japón y Australia serían las dos principales potencias con mayor incentivo para intervenir —ya que su estabilidad depende de la seguridad de Taiwán—, pero, sin el involucramiento de EE. UU. sería una causa perdida.

Ahora qué. EE. UU. ha desarrollado dos cadenas de islas que sirven como contención para China. Su primera línea de defensa consta de Japón-Okinawa, Filipinas, Borneo, Indonesia y Taiwán. La segunda está conformada por Guam, las islas Marianas y Palau.  

  • Una expansión china a gran escala es casi inconcebible; empero, sostener la soberanía e independencia de Taiwán a largo plazo parece militarmente imposible.

  • El sistema de alianzas diplomáticas de Taiwán ha fallado, ya que ninguno de los 15 países que le reconocen tiene capacidad militar para apoyarles en un potencial enfrentamiento.

  • EE. UU. y sus aliados solamente pueden mantener una estrategia disuasiva contra China que, ante la guerra comercial de Trump, cada vez tiene más que ganar y menos que perder en caso de atacar a Taiwán. 

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Rafael P. Palomo
31 de marzo, 2025

Los avances chinos sobre Taiwán representan un riesgo inminente y el mundo todavía no sabe cómo reaccionar.

En perspectiva. De momento, los ejercicios militares de China alrededor de Taiwán son solamente simulacros, pero Xi Jinping le ha demostrado al mundo que tiene la capacidad de llevar a cabo una invasión o, cuanto menos, un bloqueo a la isla.  

  • Tras un esfuerzo de décadas, bajo el liderazgo de Xi Jinping, China se ha convertido en la mayor potencia naval.

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  • El avance chino contrasta con el estancamiento de EE. UU., evidenciado por el fiasco de su más reciente fragata —la Constellation—, que tardará el doble de lo proyectado en construirse y con un sobrecosto de unos USD 600M.

Cómo funciona. En octubre del año pasado, China llevó a cabo un ejercicio aéreo y naval con más de 125 aeronaves militares, simulando lo que sería un eventual bloqueo. La ofensiva involucraría ataques a infraestructuras clave, de tipo militar, portuaria, aeroportuaria y energética.  

  • De acuerdo con la inteligencia militar, los buques chinos rodearían la isla, a una distancia que evite los misiles costeros taiwaneses, mientras que sus portaaviones lanzarían cazas J-15 desde el sureste para disuadir a sus aliados de intervenir.

  • La guardia costera, junto con la milicia civil marítima, reforzarían el bloqueo y submarinos chinos colocarían minas en puertos para alejar barcos comerciales.

  • Finalmente, barcos de carga chinos arrastrarían sus anclas para cortar cables de fibra óptica submarinos y, así, realizar ataques cibernéticos a los sistemas financieros y militares de Taiwán.

Punto de fricción. China ha afianzado una estrategia lo suficientemente sólida como para evitar una escalada militar controlada; cualquier respuesta efectiva requeriría de una intervención directa. Su superioridad naval, además, le permite asegurar el perímetro de la isla con misiles supersónicos y sus sistemas antibuques de largo alcance.

  • Para EE. UU., sostener una guerra a miles de kilómetros sería logísticamente inviable, especialmente debido a su inferioridad naval con respecto a China.

  • Europa, que no ha estado dispuesta a movilizar tropas siquiera por su propia seguridad continental, difícilmente superaría la aplicación de sanciones económicas.

  • Japón y Australia serían las dos principales potencias con mayor incentivo para intervenir —ya que su estabilidad depende de la seguridad de Taiwán—, pero, sin el involucramiento de EE. UU. sería una causa perdida.

Ahora qué. EE. UU. ha desarrollado dos cadenas de islas que sirven como contención para China. Su primera línea de defensa consta de Japón-Okinawa, Filipinas, Borneo, Indonesia y Taiwán. La segunda está conformada por Guam, las islas Marianas y Palau.  

  • Una expansión china a gran escala es casi inconcebible; empero, sostener la soberanía e independencia de Taiwán a largo plazo parece militarmente imposible.

  • El sistema de alianzas diplomáticas de Taiwán ha fallado, ya que ninguno de los 15 países que le reconocen tiene capacidad militar para apoyarles en un potencial enfrentamiento.

  • EE. UU. y sus aliados solamente pueden mantener una estrategia disuasiva contra China que, ante la guerra comercial de Trump, cada vez tiene más que ganar y menos que perder en caso de atacar a Taiwán. 

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