Durante el gobierno de Biden, la AFL-CIO, a través de su ONG Solidarity Center, impulsó la formación de sindicatos en Centroamérica, con un financiamiento superior a los USD 5M. Sobra decir que, la iniciativa ha generado conflictos laborales, aumentado la migración irregular y planteado dudas sobre su eficacia y transparencia.
En perspectiva. Durante la administración demócrata, la organización AFL-CIO, promovió la formación de sindicatos en el sector agrícola y en las maquilas de Guatemala, El Salvador y Honduras.
- El proyecto contó con más de USD 5M para “informar” a los trabajadores sobre el activismo laboral.
- No obstante, más que contribuir a la actividad sindical, esta iniciativa ha tenido un impacto patente en la migración irregular, agravando la crisis migratoria en la región.
Lo indispensable. Más del 56 % de los fondos se han destinado a salarios y viáticos del personal y ONG locales; preocupantemente, tienen vínculos con la ex militancia comunista del enfrentamiento armado interno, como el Consejo Nacional de Desplazados (CONDEG).
- Se tiene conocimiento de que muchas de las actividades se realizaron sin la debida autorización de las organizaciones locales.
- Asimismo, el proyecto utilizó a supuestos estudiantes universitarios infiltrados en las comunidades, quienes pagaron a trabajadores agrícolas para la formación de sindicatos sin la base o el conocimiento necesario.
- La preocupación por los conflictos y el posible desvío de fondos para intereses ajenos a la promoción de los derechos laborales es algo a lo que el gobierno de Donald Trump debe poner fin.
Visto y no visto. Debido a los conflictos laborales, muchas industrias han tenido que cerrar puestos de trabajo, nada favorable para los intereses estadounidenses con miras a frenar la crisis económica regional y la consecuente migración irregular.
- En el caso de Honduras, la formación de sindicatos —sin una base sólida— condujo a las maquilas a cerrar más de 40 000 empleos.
- El desempleo ha empujado a los ciudadanos centroamericanos a migrar, particularmente a EE. UU., en busca de mejores oportunidades.
- Así pues, esa iniciativa ha contribuido directamente la migración que, paradójicamente, pretenden frenar.
Entre líneas. Cerca del 95 % del financiamiento de Solidarity Center proviene de fondos federales del gobierno de EE. UU. y es una de las cuatro entidades asociadas a National Endowment for Democracy, por lo que la designación de uno de los ocho agregados laborales de EE. UU. a Guatemala en 2023, señalaba el cambio de política laboral bajo la administración de Biden.
- A dicho cambio, se le sumó un aumento del 550 % al presupuesto de ILAB, el brazo internacional de Departamento de Trabajo (USDOL, por sus siglas en inglés), y la duplicación del personal.
- Por lo tanto, estas medidas reflejaban el compromiso que el gobierno demócrata mantuvo con organizaciones como AFL-CIO.
- No obstante, la falta de claridad en los objetivos del proyecto, difuminan los intereses promotores de la iniciativa.
Hemeroteca. Anteriormente, AFL-CIO ha sido señalada de sabotear los movimientos sindicales en países latinoamericanos.
- Inicialmente, la presencia de esta organización en la región fue promovida por John F. Kennedy, quien veía a la entidad como una oportunidad para incentivar la “revolución de las clases medias”, la cual, según varios comunicados de su administración, se vinculaba con la promoción de golpes de Estado y el establecimiento de dictaduras en Latinoamérica.
- En los años 60, el predecesor de AFL-CIO, el American Institute for Free Labor Development (AIFLD) patrocinó sindicatos en la región para instigar revueltas sociales y desestabilizar los regímenes.
- Esto demuestra cómo, desde su fundación, esa organización —y sus entidades vinculadas— funcionan como instrumentos de política exterior socialista.
Durante el gobierno de Biden, la AFL-CIO, a través de su ONG Solidarity Center, impulsó la formación de sindicatos en Centroamérica, con un financiamiento superior a los USD 5M. Sobra decir que, la iniciativa ha generado conflictos laborales, aumentado la migración irregular y planteado dudas sobre su eficacia y transparencia.
En perspectiva. Durante la administración demócrata, la organización AFL-CIO, promovió la formación de sindicatos en el sector agrícola y en las maquilas de Guatemala, El Salvador y Honduras.
- El proyecto contó con más de USD 5M para “informar” a los trabajadores sobre el activismo laboral.
- No obstante, más que contribuir a la actividad sindical, esta iniciativa ha tenido un impacto patente en la migración irregular, agravando la crisis migratoria en la región.
Lo indispensable. Más del 56 % de los fondos se han destinado a salarios y viáticos del personal y ONG locales; preocupantemente, tienen vínculos con la ex militancia comunista del enfrentamiento armado interno, como el Consejo Nacional de Desplazados (CONDEG).
- Se tiene conocimiento de que muchas de las actividades se realizaron sin la debida autorización de las organizaciones locales.
- Asimismo, el proyecto utilizó a supuestos estudiantes universitarios infiltrados en las comunidades, quienes pagaron a trabajadores agrícolas para la formación de sindicatos sin la base o el conocimiento necesario.
- La preocupación por los conflictos y el posible desvío de fondos para intereses ajenos a la promoción de los derechos laborales es algo a lo que el gobierno de Donald Trump debe poner fin.
Visto y no visto. Debido a los conflictos laborales, muchas industrias han tenido que cerrar puestos de trabajo, nada favorable para los intereses estadounidenses con miras a frenar la crisis económica regional y la consecuente migración irregular.
- En el caso de Honduras, la formación de sindicatos —sin una base sólida— condujo a las maquilas a cerrar más de 40 000 empleos.
- El desempleo ha empujado a los ciudadanos centroamericanos a migrar, particularmente a EE. UU., en busca de mejores oportunidades.
- Así pues, esa iniciativa ha contribuido directamente la migración que, paradójicamente, pretenden frenar.
Entre líneas. Cerca del 95 % del financiamiento de Solidarity Center proviene de fondos federales del gobierno de EE. UU. y es una de las cuatro entidades asociadas a National Endowment for Democracy, por lo que la designación de uno de los ocho agregados laborales de EE. UU. a Guatemala en 2023, señalaba el cambio de política laboral bajo la administración de Biden.
- A dicho cambio, se le sumó un aumento del 550 % al presupuesto de ILAB, el brazo internacional de Departamento de Trabajo (USDOL, por sus siglas en inglés), y la duplicación del personal.
- Por lo tanto, estas medidas reflejaban el compromiso que el gobierno demócrata mantuvo con organizaciones como AFL-CIO.
- No obstante, la falta de claridad en los objetivos del proyecto, difuminan los intereses promotores de la iniciativa.
Hemeroteca. Anteriormente, AFL-CIO ha sido señalada de sabotear los movimientos sindicales en países latinoamericanos.
- Inicialmente, la presencia de esta organización en la región fue promovida por John F. Kennedy, quien veía a la entidad como una oportunidad para incentivar la “revolución de las clases medias”, la cual, según varios comunicados de su administración, se vinculaba con la promoción de golpes de Estado y el establecimiento de dictaduras en Latinoamérica.
- En los años 60, el predecesor de AFL-CIO, el American Institute for Free Labor Development (AIFLD) patrocinó sindicatos en la región para instigar revueltas sociales y desestabilizar los regímenes.
- Esto demuestra cómo, desde su fundación, esa organización —y sus entidades vinculadas— funcionan como instrumentos de política exterior socialista.