Dos propuestas de ley que buscan otorgar beneficios económicos para excombatientes en el conflicto armado interno han provocado manifestaciones en las calles, donde los posibles beneficiarios exigen que los diputados cumplan con su palabra.
Por qué importa. Esta semana, grupos de veteranos militares y expatrulleros de autodefensa civil (expac) realizaron plantones para exigir la aprobación de ambas iniciativas, incluso sin considerar si existen los recursos necesarios para financiarlas.
- Una de las propuestas fue presentada por la bancada Cabal y busca extender el beneficio de un pago mensual de GTQ 1000 por dos años. Además, contempla incluir a viudas, personas que residan en el extranjero, y hasta privados de libertad que no cuentan con una condena firme.
- La segunda iniciativa, impulsada por el partido Valor, plantea entregar GTQ 1000 mensuales a los expac, como compensación por labores de reforestación.
- Mientras la propuesta de Cabal ya cuenta con dictamen favorable, la iniciativa de Valor aún no ha sido remitida a ninguna comisión para su dictamen.
Visto y no visto. Los ofrecimientos a grupos de excombatientes no son nuevos. Gobiernos anteriores ya autorizaron pagos similares, lo que convierte estas promesas en una constante estrategia para ganar la simpatía, y eventualmente los votos, de este sector.
- Aunque los políticos insisten en que se trata de un acto de dignificación, la recurrencia y la presión ejercida por los beneficiarios alimentan las dudas sobre su verdadero propósito.
- Esta semana, los diputados Byron Tejada y Luis Aguirre de Cabal acompañaron las manifestaciones de veteranos. En ocasiones anteriores, también se han sumado legisladores de otras bancadas, como Elmer Palencia (Valor) y Rodrigo Pellecer, (Elefante), por mencionar algunos, quienes igualmente han expresado su respaldo a los manifestantes.
- Pocos diputados se oponen abiertamente a estos pagos. Muchos son conscientes de que, cada cuatro años, los votos de este sector pueden ser decisivos en época electoral.
Fisgón histórico. El pago a expac surgió en la administración de Alfonso Portillo; el siguiente gobierno —dirigido por Oscar Berger— institucionalizó un fideicomiso de reforestación denominado Bosques y Agua para la Concordia.
- El programa estuvo vigente hasta 2011, posteriormente se liquidó y se finiquitó años después.
- Desde entonces, varios políticos han ofrecido pagos, por lo que ha sido común que esos grupos salgan a exigir cumplimiento a las promesas cada cierto tiempo.
- El 19 de octubre de 2021, un grupo de veteranos prendió fuego a las instalaciones del Congreso de la República como medida de presión para que los diputados aprobaran una iniciativa de ley.
En conclusión. Los beneficios para excombatientes se han convertido en una herramienta de negociación política. Bajo el argumento de la “dignificación”; muchos legisladores aprovechan el tema para promover sus propios intereses.
- Lo que ocurre no es nuevo: el patrón se repite con frecuencia. Promesas sin respaldo financiero, presión en las calles y discursos en busca de respaldo en épocas preelectorales y electorales.
- Mientras tanto, la agenda de país sigue en el olvido. Pero para los diputados, todo parece justificarse si al final del mes aseguran los GTQ 66 300 que reciben por ocupar una curul.
Dos propuestas de ley que buscan otorgar beneficios económicos para excombatientes en el conflicto armado interno han provocado manifestaciones en las calles, donde los posibles beneficiarios exigen que los diputados cumplan con su palabra.
Por qué importa. Esta semana, grupos de veteranos militares y expatrulleros de autodefensa civil (expac) realizaron plantones para exigir la aprobación de ambas iniciativas, incluso sin considerar si existen los recursos necesarios para financiarlas.
- Una de las propuestas fue presentada por la bancada Cabal y busca extender el beneficio de un pago mensual de GTQ 1000 por dos años. Además, contempla incluir a viudas, personas que residan en el extranjero, y hasta privados de libertad que no cuentan con una condena firme.
- La segunda iniciativa, impulsada por el partido Valor, plantea entregar GTQ 1000 mensuales a los expac, como compensación por labores de reforestación.
- Mientras la propuesta de Cabal ya cuenta con dictamen favorable, la iniciativa de Valor aún no ha sido remitida a ninguna comisión para su dictamen.
Visto y no visto. Los ofrecimientos a grupos de excombatientes no son nuevos. Gobiernos anteriores ya autorizaron pagos similares, lo que convierte estas promesas en una constante estrategia para ganar la simpatía, y eventualmente los votos, de este sector.
- Aunque los políticos insisten en que se trata de un acto de dignificación, la recurrencia y la presión ejercida por los beneficiarios alimentan las dudas sobre su verdadero propósito.
- Esta semana, los diputados Byron Tejada y Luis Aguirre de Cabal acompañaron las manifestaciones de veteranos. En ocasiones anteriores, también se han sumado legisladores de otras bancadas, como Elmer Palencia (Valor) y Rodrigo Pellecer, (Elefante), por mencionar algunos, quienes igualmente han expresado su respaldo a los manifestantes.
- Pocos diputados se oponen abiertamente a estos pagos. Muchos son conscientes de que, cada cuatro años, los votos de este sector pueden ser decisivos en época electoral.
Fisgón histórico. El pago a expac surgió en la administración de Alfonso Portillo; el siguiente gobierno —dirigido por Oscar Berger— institucionalizó un fideicomiso de reforestación denominado Bosques y Agua para la Concordia.
- El programa estuvo vigente hasta 2011, posteriormente se liquidó y se finiquitó años después.
- Desde entonces, varios políticos han ofrecido pagos, por lo que ha sido común que esos grupos salgan a exigir cumplimiento a las promesas cada cierto tiempo.
- El 19 de octubre de 2021, un grupo de veteranos prendió fuego a las instalaciones del Congreso de la República como medida de presión para que los diputados aprobaran una iniciativa de ley.
En conclusión. Los beneficios para excombatientes se han convertido en una herramienta de negociación política. Bajo el argumento de la “dignificación”; muchos legisladores aprovechan el tema para promover sus propios intereses.
- Lo que ocurre no es nuevo: el patrón se repite con frecuencia. Promesas sin respaldo financiero, presión en las calles y discursos en busca de respaldo en épocas preelectorales y electorales.
- Mientras tanto, la agenda de país sigue en el olvido. Pero para los diputados, todo parece justificarse si al final del mes aseguran los GTQ 66 300 que reciben por ocupar una curul.