En el gobierno de Bernardo Arévalo, el Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (CIV), ha sido uno de los más afectados por la polémica, situación que parece no acabar. La controversia aumentó en mayo de este año con la destitución de Jazmín de la Vega y el nombramiento de Félix Alvarado.
En perspectiva. El más reciente escándalo del CIV gira en torno a la relación que sostiene Alvarado con el político y fundador del colectivo “Somos”, Xavier Soria. A inicios del mes de octubre circularon en redes sociales varias publicaciones que aseguraban que el activista estaba desempeñando un cargo en el ministerio.
- Los rumores cobraron fuerza cuando, el 17 de octubre, la cartera anunció la destitución de Lizzette Benítez como directora de la Unidad Ejecutora de Conservación Vial (COVIAL). Esa decisión causó asombró, porque en agosto su nombramiento fue anunciado con bombos y platillos al ser la primera mujer en dirigir esa dependencia.
- Minutos después de que se oficializara la salida de Benítez, el CIV dio a conocer la renuncia de Adrián Zapata al cargo de viceministro Administrativo y Financiero. La decisión del abogado se reveló por medio de un escueto comunicado.
Lo que sigue. A la salida de ambos —Benítez y Zapata— se sumó la aparición de Soria en reuniones con los equipos del CIV, las directrices a funcionarios de esa cartera y su aparente participación en los chats de WhatsApp internos y externos.
- Hasta entonces todo eran especulaciones. De hecho, al ser consultado por medios de comunicación, Soria negó que estuviera trabajando para la cartera en mención y aseguró no haber dado ninguna instrucción a funcionarios del ministerio. También, rechazó su intervención en los chats de WhatsApp.
- Pero, el 24 de octubre todo cambió. Durante su asistencia al Congreso de la República, Alvarado fue abordado por los periodistas que cubren esa fuente. Al ser interrogado acerca de su vinculación con Soria, confirmó que, efectivamente, el político le está asesorando de manera personal.
Qué destacar. El ministro también mencionó que está buscando una negociación con una agencia de cooperación que sufrague el trabajo que el activista realiza referente a la asesoría de comunicación. Afirmó que Soria no tiene ningún contrato con el CIV y menos relación con algún otro funcionario de la cartera.
- Un día después, República logró entablar comunicación con Soria y dijo que, en efecto, le está brindado apoyo al ministro de manera personal y que lo está haciendo por el tiempo que tiene de conocerlo. Comentó que esta ayuda es básicamente en temas de comunicación y en análisis político.
- Reiteró no trabajar para la cartera y menos para alguna agencia del Estado. Indicó estar abierto a la posibilidad de formalizar su labor, aunque está consciente de que eso requiere de un proceso. Sostuvo que, al tratarse de una asesoría personal, no recibe ningún tipo de remuneración por parte de Alvarado.
- República, bajo garantía de anonimato, recibió información de algunos contratistas que confirman que Soria participó en reuniones en con autoridades del ministerio y ellos, lo que desmentiría la asesoría “personal” al ministro.
Por qué importa. Según expertos legales, las contrataciones públicas son necesarias, pues por medio de ellas un gobierno debería dar cumplimiento a sus obligaciones. Pero en el caso de Guatemala, el nepotismo predomina en los ministerios, instituciones y dependencias.
- La función de un asesor es clave para cualquier político. Sin embargo, en Guatemala, se ha corrompido esa figura; muchas veces el cargo es ocupado por personas sin conocimientos profesionales y técnicos, situación que influye en la toma decisiones erróneas por parte del funcionario que lo o la contrató.
En conclusión. Es indiscutible que el CIV atraviesa por una crisis. Esto se hace evidente en cada una de sus dependencias, en la situación en la que se encuentra la red vial, en las constantes remociones y nombramientos, y ahora también en la falta de certeza sobre la contratación de su personal.
- La deplorable situación actual de la red vial no es culpa de esta administración, pero sí es su responsabilidad atenderla de manera diligente, lo que implica impedir actos de corrupción, pero sin dejar de ejecutar el presupuesto.
En el gobierno de Bernardo Arévalo, el Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (CIV), ha sido uno de los más afectados por la polémica, situación que parece no acabar. La controversia aumentó en mayo de este año con la destitución de Jazmín de la Vega y el nombramiento de Félix Alvarado.
En perspectiva. El más reciente escándalo del CIV gira en torno a la relación que sostiene Alvarado con el político y fundador del colectivo “Somos”, Xavier Soria. A inicios del mes de octubre circularon en redes sociales varias publicaciones que aseguraban que el activista estaba desempeñando un cargo en el ministerio.
- Los rumores cobraron fuerza cuando, el 17 de octubre, la cartera anunció la destitución de Lizzette Benítez como directora de la Unidad Ejecutora de Conservación Vial (COVIAL). Esa decisión causó asombró, porque en agosto su nombramiento fue anunciado con bombos y platillos al ser la primera mujer en dirigir esa dependencia.
- Minutos después de que se oficializara la salida de Benítez, el CIV dio a conocer la renuncia de Adrián Zapata al cargo de viceministro Administrativo y Financiero. La decisión del abogado se reveló por medio de un escueto comunicado.
Lo que sigue. A la salida de ambos —Benítez y Zapata— se sumó la aparición de Soria en reuniones con los equipos del CIV, las directrices a funcionarios de esa cartera y su aparente participación en los chats de WhatsApp internos y externos.
- Hasta entonces todo eran especulaciones. De hecho, al ser consultado por medios de comunicación, Soria negó que estuviera trabajando para la cartera en mención y aseguró no haber dado ninguna instrucción a funcionarios del ministerio. También, rechazó su intervención en los chats de WhatsApp.
- Pero, el 24 de octubre todo cambió. Durante su asistencia al Congreso de la República, Alvarado fue abordado por los periodistas que cubren esa fuente. Al ser interrogado acerca de su vinculación con Soria, confirmó que, efectivamente, el político le está asesorando de manera personal.
Qué destacar. El ministro también mencionó que está buscando una negociación con una agencia de cooperación que sufrague el trabajo que el activista realiza referente a la asesoría de comunicación. Afirmó que Soria no tiene ningún contrato con el CIV y menos relación con algún otro funcionario de la cartera.
- Un día después, República logró entablar comunicación con Soria y dijo que, en efecto, le está brindado apoyo al ministro de manera personal y que lo está haciendo por el tiempo que tiene de conocerlo. Comentó que esta ayuda es básicamente en temas de comunicación y en análisis político.
- Reiteró no trabajar para la cartera y menos para alguna agencia del Estado. Indicó estar abierto a la posibilidad de formalizar su labor, aunque está consciente de que eso requiere de un proceso. Sostuvo que, al tratarse de una asesoría personal, no recibe ningún tipo de remuneración por parte de Alvarado.
- República, bajo garantía de anonimato, recibió información de algunos contratistas que confirman que Soria participó en reuniones en con autoridades del ministerio y ellos, lo que desmentiría la asesoría “personal” al ministro.
Por qué importa. Según expertos legales, las contrataciones públicas son necesarias, pues por medio de ellas un gobierno debería dar cumplimiento a sus obligaciones. Pero en el caso de Guatemala, el nepotismo predomina en los ministerios, instituciones y dependencias.
- La función de un asesor es clave para cualquier político. Sin embargo, en Guatemala, se ha corrompido esa figura; muchas veces el cargo es ocupado por personas sin conocimientos profesionales y técnicos, situación que influye en la toma decisiones erróneas por parte del funcionario que lo o la contrató.
En conclusión. Es indiscutible que el CIV atraviesa por una crisis. Esto se hace evidente en cada una de sus dependencias, en la situación en la que se encuentra la red vial, en las constantes remociones y nombramientos, y ahora también en la falta de certeza sobre la contratación de su personal.
- La deplorable situación actual de la red vial no es culpa de esta administración, pero sí es su responsabilidad atenderla de manera diligente, lo que implica impedir actos de corrupción, pero sin dejar de ejecutar el presupuesto.