Este 1 de noviembre, para celebrar el “Día de Todos los Santos”, muchas familias guatemaltecas preparan un platillo propio de la gastronomía chapina. Se trata de una comida tradicional y representativa del sincretismo de culturas que integran el arte culinario del país.
En perspectiva. Según el cronista Fernando Urquizú la costumbre de comer fiambre se origina en el periodo prehispánico. A su criterio, algo que hace único este platillo es que, al momento de degustarlo, se complementa con postres como el chilacayote, los jocotes, los nísperos en dulce, los molletes o el pastel de calabaza.
- En su momento, la mezcla de ingredientes para la elaboración de platillos formó parte de los rituales que realizaban las civilizaciones que ocuparon la región mesoamericana desde antes de la colonización de 1524. Sin embargo, se sabe que, en el caso del fiambre, surgió específicamente durante la colonia entre los siglos XVI y XVII.
- Existen varias leyendas acerca de cuándo fue la primera ocasión en la que se elaboró. Pero, para el historiador, podría ser una de las más cercanas a la realidad. Esa leyenda relata que, el fiambre se creó un primero de noviembre en el antiguo convento de Capuchinas, en lo que hoy se conoce como Antigua Guatemala.
Lo que sigue. Las personas que se encontraban en el convento se preparaban para la celebración del “Día de Todos los Santos”, pero, la monja encargada de la cocina no tenía nada en la despensa. Al encontrarse en tan difícil situación, se le ocurrió preparar un platillo que incluía carnes, vegetales, huevos y salsa, ingredientes que mezcló.
- Urquizú indicó que la relación del fiambre con el “Día de Todos los Santos” viene de la cosmovisión maya, pues, esa civilización tenía la costumbre de enterrar a sus seres queridos junto con sus objetos preferidos o bien con los alimentos que más les gustaban estando en vida.
- Para los mayas, la muerte no es sinónimo de miedo. Para esta civilización la muerte va más allá del fin de la vida. Es la llegada del cambio de estado donde lo material se vuelve energía para ubicarse en el mismo espacio, en otra dimensión, un espacio energético a donde solo podemos trasladarnos con la muerte.
En conclusión. En la actualidad, el fiambre suele degustarse en casa junto con la familia. Hay quienes lo comen en los cementerios, pero hay otros que lo que llevan a sus muertos. El fiambre es un platillo único en el mundo.
Este 1 de noviembre, para celebrar el “Día de Todos los Santos”, muchas familias guatemaltecas preparan un platillo propio de la gastronomía chapina. Se trata de una comida tradicional y representativa del sincretismo de culturas que integran el arte culinario del país.
En perspectiva. Según el cronista Fernando Urquizú la costumbre de comer fiambre se origina en el periodo prehispánico. A su criterio, algo que hace único este platillo es que, al momento de degustarlo, se complementa con postres como el chilacayote, los jocotes, los nísperos en dulce, los molletes o el pastel de calabaza.
- En su momento, la mezcla de ingredientes para la elaboración de platillos formó parte de los rituales que realizaban las civilizaciones que ocuparon la región mesoamericana desde antes de la colonización de 1524. Sin embargo, se sabe que, en el caso del fiambre, surgió específicamente durante la colonia entre los siglos XVI y XVII.
- Existen varias leyendas acerca de cuándo fue la primera ocasión en la que se elaboró. Pero, para el historiador, podría ser una de las más cercanas a la realidad. Esa leyenda relata que, el fiambre se creó un primero de noviembre en el antiguo convento de Capuchinas, en lo que hoy se conoce como Antigua Guatemala.
Lo que sigue. Las personas que se encontraban en el convento se preparaban para la celebración del “Día de Todos los Santos”, pero, la monja encargada de la cocina no tenía nada en la despensa. Al encontrarse en tan difícil situación, se le ocurrió preparar un platillo que incluía carnes, vegetales, huevos y salsa, ingredientes que mezcló.
- Urquizú indicó que la relación del fiambre con el “Día de Todos los Santos” viene de la cosmovisión maya, pues, esa civilización tenía la costumbre de enterrar a sus seres queridos junto con sus objetos preferidos o bien con los alimentos que más les gustaban estando en vida.
- Para los mayas, la muerte no es sinónimo de miedo. Para esta civilización la muerte va más allá del fin de la vida. Es la llegada del cambio de estado donde lo material se vuelve energía para ubicarse en el mismo espacio, en otra dimensión, un espacio energético a donde solo podemos trasladarnos con la muerte.
En conclusión. En la actualidad, el fiambre suele degustarse en casa junto con la familia. Hay quienes lo comen en los cementerios, pero hay otros que lo que llevan a sus muertos. El fiambre es un platillo único en el mundo.