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Gustavo Petro y la gran mentira de la “Paz Total”

Ilustración por Gabo®
Rafael P. Palomo
26 de junio, 2024

A casi dos años de gobierno de Petro, la promesa de una Colombia pacífica parece haber sido un embuste o bien, el resultado de expectativas ilusas.  

Panorama general. Durante su campaña, Gustavo Petro prometió la Paz Total, misma que buscaba el cese al fuego definitivo; el proceso inició en 2016 con la firma de un Acuerdo de Paz entre el Estado colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y el Ejército del Pueblo (FARC-EP).  

  • Casi ocho años después de ello, el conflicto que inició en 1960 sigue vigente y en un proceso de transformación. 

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Por qué importa. La violencia en Colombia ha despuntado desde la llegada de Petro al poder. Su política de cese al fuego —similar a la de “abrazos, no balazos” de AMLO en México— ha permitido el resurgimiento de grupos guerrilleros disidentes de las FARC-EP. Si bien el presidente pretendía esa posibilidad, la expectativa de haber llegado a un acuerdo de cese de hostilidades con la guerrilla fracasó.  

  • Entre enero y mayo de 2024 se registró un 36 % de aumento de personas afectadas por desplazamientos, 171 % en personas afectadas por confinamientos y un 13.8 % en acciones armadas, con respecto al 2023. 

  • De acuerdo con datos de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU, hasta 80 000 personas se han visto afectadas por confinamientos y desplazamientos relacionados al conflicto en lo que va del año.  

  • La región del Pacífico ha sido la más afectada, principalmente por las disputas entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), que disputan esta zona clave para el control del narcotráfico.  

Entre líneas. Mientras que Petro aboga por un enfoque desmilitarizado para el conflicto, las negociaciones de paz han probado ser, como mínimo, poco realistas. En febrero de este año se estancaron las mesas de diálogo con el ELN y el Estado Mayor Central (EMC) de las ex-FARC mafia, los dos grupos guerrilleros más grandes que todavía operan en Colombia. El cese del diálogo se dio cuando el gobierno anunció una negociación con el Frente Comuneros del Sur en Nariño.  

  • Dicho grupo se declaró en rebeldía con el Comando Central del ELN. Petro busca negociar en todos los frentes con distintas facciones en conflicto entre ellas.  

  • Por otro lado, la negociación con el EMC fracasó cuando Petro terminó con el cese de fuego en Cauca, Nariño y el Valle del Cauca, regiones donde se concentra la mayor cantidad de accidentes humanitarios. 

  • Con pasado guerrillero, Petro falló en su diagnóstico de estas organizaciones beligerantes.  

El balance. A pesar de su conocimiento de las estructuras, Petro ha sido incapaz de entender la complejidad de las disidencias de la propia guerrilla. El nuevo enemigo para el Estado colombiano nació con el fraccionamiento derivado de los acuerdos con las FARC-EP. Actualmente, en Colombia operan distintos grupos, que forman parte de una misma estructura, pero con mandos descentralizados y enemistados entre sí.  

  • El financiamiento casi ilimitado que les brinda la actividad del narcotráfico les hace virtualmente invencibles por la vía diplomática.  

  • Mientras que el Estado es incapaz de contener la violencia, las disidencias de las FARC han incrementado su control social, llegando incluso a carnetizar a los habitantes del territorio que dominan.  

  • La Paz Total ha sido una ilusión, desplazada por una cruda y violenta realidad de un Estado incapaz de vencer a la guerrilla, tanto por la vía diplomática como por la armada. 

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Gustavo Petro y la gran mentira de la “Paz Total”

Ilustración por Gabo®
Rafael P. Palomo
26 de junio, 2024

A casi dos años de gobierno de Petro, la promesa de una Colombia pacífica parece haber sido un embuste o bien, el resultado de expectativas ilusas.  

Panorama general. Durante su campaña, Gustavo Petro prometió la Paz Total, misma que buscaba el cese al fuego definitivo; el proceso inició en 2016 con la firma de un Acuerdo de Paz entre el Estado colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y el Ejército del Pueblo (FARC-EP).  

  • Casi ocho años después de ello, el conflicto que inició en 1960 sigue vigente y en un proceso de transformación. 

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Por qué importa. La violencia en Colombia ha despuntado desde la llegada de Petro al poder. Su política de cese al fuego —similar a la de “abrazos, no balazos” de AMLO en México— ha permitido el resurgimiento de grupos guerrilleros disidentes de las FARC-EP. Si bien el presidente pretendía esa posibilidad, la expectativa de haber llegado a un acuerdo de cese de hostilidades con la guerrilla fracasó.  

  • Entre enero y mayo de 2024 se registró un 36 % de aumento de personas afectadas por desplazamientos, 171 % en personas afectadas por confinamientos y un 13.8 % en acciones armadas, con respecto al 2023. 

  • De acuerdo con datos de la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU, hasta 80 000 personas se han visto afectadas por confinamientos y desplazamientos relacionados al conflicto en lo que va del año.  

  • La región del Pacífico ha sido la más afectada, principalmente por las disputas entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), que disputan esta zona clave para el control del narcotráfico.  

Entre líneas. Mientras que Petro aboga por un enfoque desmilitarizado para el conflicto, las negociaciones de paz han probado ser, como mínimo, poco realistas. En febrero de este año se estancaron las mesas de diálogo con el ELN y el Estado Mayor Central (EMC) de las ex-FARC mafia, los dos grupos guerrilleros más grandes que todavía operan en Colombia. El cese del diálogo se dio cuando el gobierno anunció una negociación con el Frente Comuneros del Sur en Nariño.  

  • Dicho grupo se declaró en rebeldía con el Comando Central del ELN. Petro busca negociar en todos los frentes con distintas facciones en conflicto entre ellas.  

  • Por otro lado, la negociación con el EMC fracasó cuando Petro terminó con el cese de fuego en Cauca, Nariño y el Valle del Cauca, regiones donde se concentra la mayor cantidad de accidentes humanitarios. 

  • Con pasado guerrillero, Petro falló en su diagnóstico de estas organizaciones beligerantes.  

El balance. A pesar de su conocimiento de las estructuras, Petro ha sido incapaz de entender la complejidad de las disidencias de la propia guerrilla. El nuevo enemigo para el Estado colombiano nació con el fraccionamiento derivado de los acuerdos con las FARC-EP. Actualmente, en Colombia operan distintos grupos, que forman parte de una misma estructura, pero con mandos descentralizados y enemistados entre sí.  

  • El financiamiento casi ilimitado que les brinda la actividad del narcotráfico les hace virtualmente invencibles por la vía diplomática.  

  • Mientras que el Estado es incapaz de contener la violencia, las disidencias de las FARC han incrementado su control social, llegando incluso a carnetizar a los habitantes del territorio que dominan.  

  • La Paz Total ha sido una ilusión, desplazada por una cruda y violenta realidad de un Estado incapaz de vencer a la guerrilla, tanto por la vía diplomática como por la armada. 

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