Perenco se va y el Estado improvisa. El cierre del campo Xan evidencia decisiones sin planificación técnica, con consecuencias económicas, sociales y logísticas que el gobierno no logra anticipar.
Qué destacar. El 12 de agosto vence el Contrato de Operaciones Petroleras de Explotación 2-85, el cual permitía las operaciones de la empresa Perenco en el campo petrolero Xan, San Andrés, Petén.
- Este contrato fue firmado el 5 de agosto de 1985 entre las empresas Hispanoil y Basic Petroleum International Limited con el Ministerio de Energía y Minas (MEM). Sin embargo, en 1986 la empresa de capital franco-británico, Perenco, tomó el contrato e inició la operación de explotación petrolera.
- Posteriormente, en 2010, mediante el Acuerdo Gubernativo 214-2010, el expresidente Álvaro Colom aprobó el contrato de modificación, ampliación y prórroga por 15 años más.
- En 2022 se presentó la iniciativa 6021 que disponía aprobar reformas a la Ley de Hidrocarburos; en el Art. 2, permitía aprobar prórrogas consecutivas de 25 años hasta agotar el yacimiento. Sin embargo, tanto las autoridades del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN) como el presidente de la República se opusieron a esta medida y la iniciativa se estancó en tercera lectura.
En el radar. A pesar de que las autoridades aseguraron que el cierre se haría de forma técnica y ordenada, las acciones del MEM plantean una perspectiva diferente.
- El Ministerio, mediante el Acuerdo Ministerial 207-2025/SG, estableció de carácter urgente la contratación de servicios petroleros de emergencia para ejecutar “el cierre, desmantelamiento de las instalaciones, y el abandono del campo Petrolero Xan […] y con ello evitando la pérdida de control del mismo”.
- Asimismo, indica que, por el carácter de la industria, la normativa faculta a la entidad a contratar los servicios sin necesidad de una licitación.
- Ahora bien, la modalidad de contratación se presta a discrecionalidad en la contratación de los servicios, y la declaratoria de emergencia evidencia una falta de planificación para el cierre de las operaciones, lo cual contradice el discurso oficial.
Datos clave. Perenco es una de las empresas que más aporta a Guatemala, tanto a nivel económico como social.
- Esto se debe a que actualmente no solo genera más de 4000 empleos directos, sino que, de acuerdo con su reporte de sostenibilidad, también beneficia a las comunidades cercanas al campo con capacitación técnica y subsidios.
- Adicionalmente, en términos económicos, los documentos del MEM indican que la empresa, desde 2020, ha contribuido con más de GTQ 24 millones en regalías y GTQ 63 millones por participación. Además, el Estado recibe cerca del 60 % de las ganancias de las operaciones petroleras.
- Consecuentemente, con el cierre de las operaciones, el gobierno y las comunidades aledañas sufrirán una pérdida irrecuperable.
Visto y no visto. Uno de los sectores más afectados será el de la construcción vial, dado que Perenco produce más del 90 % del asfalto que se emplea en el país, lo cual ha permitido que Guatemala sea el único país centroamericano autosostenible en la producción de asfalto.
- Ante la brecha en la oferta, el país se verá obligado a importar asfalto anualmente, lo cual representaría una carga superior a los GTQ 700M, que se traduciría en un incremento del 30 % en los costos de construcción.
- Al consultar con el Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (CIV) sobre un posible plan de contingencia, indicaron que el mercado del asfalto es libre, por lo que hay otras tres operaciones que podrían cubrir la demanda. Se limitaron a decir que no es competencia del ministerio determinar la capacidad de estas empresas.
- Tomando en cuenta el porcentaje del mercado que es cubierto por Perenco y la situación crítica en la que se encuentra la red vial en Guatemala, es necesario que las autoridades presenten soluciones concretas y viables.
En conclusión. Los datos demuestran cómo, el gran perdedor en el atropellado cierre del campo Xan son la economía, el mercado laboral y las poblaciones afectadas.
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Asimismo, la falta de preparación de las entidades gubernamentales plantea dudas sobre cómo los criterios ideológicos, antes que los técnicos, pudieron haber prevalecido en la decisión.
Perenco se va y el Estado improvisa. El cierre del campo Xan evidencia decisiones sin planificación técnica, con consecuencias económicas, sociales y logísticas que el gobierno no logra anticipar.
Qué destacar. El 12 de agosto vence el Contrato de Operaciones Petroleras de Explotación 2-85, el cual permitía las operaciones de la empresa Perenco en el campo petrolero Xan, San Andrés, Petén.
- Este contrato fue firmado el 5 de agosto de 1985 entre las empresas Hispanoil y Basic Petroleum International Limited con el Ministerio de Energía y Minas (MEM). Sin embargo, en 1986 la empresa de capital franco-británico, Perenco, tomó el contrato e inició la operación de explotación petrolera.
- Posteriormente, en 2010, mediante el Acuerdo Gubernativo 214-2010, el expresidente Álvaro Colom aprobó el contrato de modificación, ampliación y prórroga por 15 años más.
- En 2022 se presentó la iniciativa 6021 que disponía aprobar reformas a la Ley de Hidrocarburos; en el Art. 2, permitía aprobar prórrogas consecutivas de 25 años hasta agotar el yacimiento. Sin embargo, tanto las autoridades del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN) como el presidente de la República se opusieron a esta medida y la iniciativa se estancó en tercera lectura.
En el radar. A pesar de que las autoridades aseguraron que el cierre se haría de forma técnica y ordenada, las acciones del MEM plantean una perspectiva diferente.
- El Ministerio, mediante el Acuerdo Ministerial 207-2025/SG, estableció de carácter urgente la contratación de servicios petroleros de emergencia para ejecutar “el cierre, desmantelamiento de las instalaciones, y el abandono del campo Petrolero Xan […] y con ello evitando la pérdida de control del mismo”.
- Asimismo, indica que, por el carácter de la industria, la normativa faculta a la entidad a contratar los servicios sin necesidad de una licitación.
- Ahora bien, la modalidad de contratación se presta a discrecionalidad en la contratación de los servicios, y la declaratoria de emergencia evidencia una falta de planificación para el cierre de las operaciones, lo cual contradice el discurso oficial.
Datos clave. Perenco es una de las empresas que más aporta a Guatemala, tanto a nivel económico como social.
- Esto se debe a que actualmente no solo genera más de 4000 empleos directos, sino que, de acuerdo con su reporte de sostenibilidad, también beneficia a las comunidades cercanas al campo con capacitación técnica y subsidios.
- Adicionalmente, en términos económicos, los documentos del MEM indican que la empresa, desde 2020, ha contribuido con más de GTQ 24 millones en regalías y GTQ 63 millones por participación. Además, el Estado recibe cerca del 60 % de las ganancias de las operaciones petroleras.
- Consecuentemente, con el cierre de las operaciones, el gobierno y las comunidades aledañas sufrirán una pérdida irrecuperable.
Visto y no visto. Uno de los sectores más afectados será el de la construcción vial, dado que Perenco produce más del 90 % del asfalto que se emplea en el país, lo cual ha permitido que Guatemala sea el único país centroamericano autosostenible en la producción de asfalto.
- Ante la brecha en la oferta, el país se verá obligado a importar asfalto anualmente, lo cual representaría una carga superior a los GTQ 700M, que se traduciría en un incremento del 30 % en los costos de construcción.
- Al consultar con el Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (CIV) sobre un posible plan de contingencia, indicaron que el mercado del asfalto es libre, por lo que hay otras tres operaciones que podrían cubrir la demanda. Se limitaron a decir que no es competencia del ministerio determinar la capacidad de estas empresas.
- Tomando en cuenta el porcentaje del mercado que es cubierto por Perenco y la situación crítica en la que se encuentra la red vial en Guatemala, es necesario que las autoridades presenten soluciones concretas y viables.
En conclusión. Los datos demuestran cómo, el gran perdedor en el atropellado cierre del campo Xan son la economía, el mercado laboral y las poblaciones afectadas.
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Asimismo, la falta de preparación de las entidades gubernamentales plantea dudas sobre cómo los criterios ideológicos, antes que los técnicos, pudieron haber prevalecido en la decisión.