Actualidad
Actualidad
Política
Política
Empresa
Empresa
Opinión
Opinión
Inmobiliaria
Inmobiliaria
Agenda Empresarial
Agenda Empresarial
Videos
Videos

El ambiente electoral colombiano: fragmentación sin liderazgo

.
Luis Gonzalez
27 de agosto, 2025

Las elecciones de Colombia se fraguan entre una severa polarización política. Después del magnicidio del candidato presidencial, Miguel Uribe Turbay, la configuración electoral de la derecha quedó bajo una lucha por el liderazgo. Sin un claro favorito a la vista, ni para la izquierda ni para la derecha, el electorado se encuentra dentro de una encrucijada con institucionalidad en tensión, altos índices de violencia e inestabilidad económica.

En perspectiva. El gobierno de Gustavo Petro llega a su triste desenlace con un fuerte desgaste político, marcado por una plétora de escándalos y violencia fuera de control. 

  • Petro convocó a un plebiscito para presionar a favor de una reforma laboral. Luego de la deslegitimación de los procesos democráticos, logró aprobar finalmente la reforma laboral, después de que reapareciera en el Legislativo. A su vez, esta fue presentada como una reivindicación histórica de los trabajadores.
  • El escándalo de corrupción ligado a su hijo, Nicolás Petro, acusado de recibir dineros ilícitos durante la campaña, borró la narrativa anticorrupción y cualquier credibilidad de su proyecto político.

Lo indispensable. La política colombiana de cara a las elecciones de 2026 se encuentra en un escenario de fragmentación, sin liderazgos claros en ninguno de los dos bandos tradicionales. 

SUSCRÍBASE A NUESTRO NEWSLETTER DE POLÍTICA
  • La postulación de Iván Cepeda arrastra apoyos de las alas más radicales del petrismo, pero se encuentra demasiado lejos del centro político como para articular a un electorado y liderar a la izquierda.
  • El magnicidio de Miguel Uribe ha magnificado la percepción de inseguridad y reforzado la narrativa de la necesidad de un cambio que reduzca la violencia política. Sin embargo, su padre, Miguel Uribe Londoño, no ha heredado el carisma electoral de su hijo.
  • La izquierda también cuenta con Gustavo Bolívar, candidato más cercano a Petro, y María José Pizarro, quien recibe el legado guerrillero del M-19. En la derecha, se ubican María Fernanda Cabal, voz prominente del uribismo ortodoxo, y Paloma Valencia, senadora con una herencia política prominente, quienes, a pesar de las tensiones internas, buscan proyectarse como los candidatos más sólidos de sus bloques políticos.

Lo que sigue. Las condiciones electorales que deberán enfrentar tanto la izquierda como la derecha en 2026 se resumen en tres desafíos principales. 

  • El oficialismo tendrá que lidiar con el desgaste de la inflación y las promesas económicas incumplidas, lo que limita su capacidad de convencer a un electorado escéptico frente a nuevas promesas sociales.
  • La derecha tendrá el reto de articular un discurso sólido sobre seguridad, suficientemente convincente frente al dilema persistente de las FARC y otros grupos armados: la victoria se encuentra en la idea de una mano firme sin volver al autoritarismo del pasado.
  • Aunque la anticorrupción no será un eje principal — superada en relevancia por la violencia y la economía—, se convertirá en un punto fuerte de la derecha, que debería ser usado como narrativa a favor de un cambio.

En conclusión. Las elecciones de 2026 se jugarán en un terreno marcado por el desgaste económico y social del gobierno de Petro y la incapacidad de la izquierda para proyectar un liderazgo renovado.

  • La derecha colombiana tiene la oportunidad de capitalizar la zozobra ciudadana mediante un discurso claro en materia de seguridad y orden, complementado con una narrativa anticorrupción.
  • El voto de castigo regresa a ser clave en contra de la izquierda colombiana. El régimen sudamericano de la marea rosa está dando sus últimos respiros.  
SUSCRÍBASE A NUESTRO NEWSLETTER DE POLÍTICA

El ambiente electoral colombiano: fragmentación sin liderazgo

.
Luis Gonzalez
27 de agosto, 2025

Las elecciones de Colombia se fraguan entre una severa polarización política. Después del magnicidio del candidato presidencial, Miguel Uribe Turbay, la configuración electoral de la derecha quedó bajo una lucha por el liderazgo. Sin un claro favorito a la vista, ni para la izquierda ni para la derecha, el electorado se encuentra dentro de una encrucijada con institucionalidad en tensión, altos índices de violencia e inestabilidad económica.

En perspectiva. El gobierno de Gustavo Petro llega a su triste desenlace con un fuerte desgaste político, marcado por una plétora de escándalos y violencia fuera de control. 

  • Petro convocó a un plebiscito para presionar a favor de una reforma laboral. Luego de la deslegitimación de los procesos democráticos, logró aprobar finalmente la reforma laboral, después de que reapareciera en el Legislativo. A su vez, esta fue presentada como una reivindicación histórica de los trabajadores.
  • El escándalo de corrupción ligado a su hijo, Nicolás Petro, acusado de recibir dineros ilícitos durante la campaña, borró la narrativa anticorrupción y cualquier credibilidad de su proyecto político.

Lo indispensable. La política colombiana de cara a las elecciones de 2026 se encuentra en un escenario de fragmentación, sin liderazgos claros en ninguno de los dos bandos tradicionales. 

SUSCRÍBASE A NUESTRO NEWSLETTER DE POLÍTICA
  • La postulación de Iván Cepeda arrastra apoyos de las alas más radicales del petrismo, pero se encuentra demasiado lejos del centro político como para articular a un electorado y liderar a la izquierda.
  • El magnicidio de Miguel Uribe ha magnificado la percepción de inseguridad y reforzado la narrativa de la necesidad de un cambio que reduzca la violencia política. Sin embargo, su padre, Miguel Uribe Londoño, no ha heredado el carisma electoral de su hijo.
  • La izquierda también cuenta con Gustavo Bolívar, candidato más cercano a Petro, y María José Pizarro, quien recibe el legado guerrillero del M-19. En la derecha, se ubican María Fernanda Cabal, voz prominente del uribismo ortodoxo, y Paloma Valencia, senadora con una herencia política prominente, quienes, a pesar de las tensiones internas, buscan proyectarse como los candidatos más sólidos de sus bloques políticos.

Lo que sigue. Las condiciones electorales que deberán enfrentar tanto la izquierda como la derecha en 2026 se resumen en tres desafíos principales. 

  • El oficialismo tendrá que lidiar con el desgaste de la inflación y las promesas económicas incumplidas, lo que limita su capacidad de convencer a un electorado escéptico frente a nuevas promesas sociales.
  • La derecha tendrá el reto de articular un discurso sólido sobre seguridad, suficientemente convincente frente al dilema persistente de las FARC y otros grupos armados: la victoria se encuentra en la idea de una mano firme sin volver al autoritarismo del pasado.
  • Aunque la anticorrupción no será un eje principal — superada en relevancia por la violencia y la economía—, se convertirá en un punto fuerte de la derecha, que debería ser usado como narrativa a favor de un cambio.

En conclusión. Las elecciones de 2026 se jugarán en un terreno marcado por el desgaste económico y social del gobierno de Petro y la incapacidad de la izquierda para proyectar un liderazgo renovado.

  • La derecha colombiana tiene la oportunidad de capitalizar la zozobra ciudadana mediante un discurso claro en materia de seguridad y orden, complementado con una narrativa anticorrupción.
  • El voto de castigo regresa a ser clave en contra de la izquierda colombiana. El régimen sudamericano de la marea rosa está dando sus últimos respiros.  

¿Quiere recibir notificaciones de alertas?