El Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (CACIF) presentó al presidente Bernardo Arévalo una propuesta para instaurar una política salarial tripartita, moderna y orientada a productividad, con el objetivo de reducir la informalidad y promover empleo formal en Guatemala.
Es noticia. El CACIF sostuvo una reunión con el mandatario en la que entregó formalmente su propuesta de política salarial.
- El plan incluye un esquema técnico y estable, que aspira a mejorar los ingresos sin sacrificar la competitividad ni la capacidad privada de generar empleos.
- Entre sus ejes clave están reducir la informalidad, expandir cobertura de seguridad social y construir un marco plurianual de salarios.
- El sector privado indica que este modelo podría favorecer la formalización laboral y estabilizar condiciones para empresas y trabajadores en conjunto.
Qué destacar. El salario mínimo fue ajustado para 2025 con incrementos de entre 6 % y 10 %, dependiendo del sector.
- La negociación para 2026 sigue en proceso: las comisiones tripartitas aún no logran consenso, por lo que la decisión final recae en el Presidente.
- Algunos representantes del sector empleador, incluido el CACIF, han advertido previamente que incrementos elevados al salario mínimo podrían afectar la generación de empleo formal y competitividad.
- La propuesta actual del CACIF aparece en un contexto de debates sobre equilibrio entre salarios dignos, formalización y sostenibilidad económica del país.
Ahora qué. La respuesta del Ejecutivo a esta propuesta marcará el rumbo del clima laboral y de inversión en 2026.
- Si el Gobierno adopta un modelo salarial técnico y basado en productividad, Guatemala podría avanzar hacia una estructura más predecible, con incentivos claros para formalizar empleo, ampliar la seguridad social y fortalecer la competitividad de las empresas.
- Un rechazo mantendría el esquema actual, donde los ajustes discrecionales al salario mínimo alimentan incertidumbre, frenan la contratación formal y continúan empujando a la mayoría de trabajadores hacia la informalidad.
- El desafío central será construir reglas estables que permitan mejorar ingresos sin comprometer la capacidad productiva, la inversión ni la generación de empleo formal, aunque este equilibrio solo es posible con una política salarial sostenible y orientada a largo plazo.
El Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (CACIF) presentó al presidente Bernardo Arévalo una propuesta para instaurar una política salarial tripartita, moderna y orientada a productividad, con el objetivo de reducir la informalidad y promover empleo formal en Guatemala.
Es noticia. El CACIF sostuvo una reunión con el mandatario en la que entregó formalmente su propuesta de política salarial.
- El plan incluye un esquema técnico y estable, que aspira a mejorar los ingresos sin sacrificar la competitividad ni la capacidad privada de generar empleos.
- Entre sus ejes clave están reducir la informalidad, expandir cobertura de seguridad social y construir un marco plurianual de salarios.
- El sector privado indica que este modelo podría favorecer la formalización laboral y estabilizar condiciones para empresas y trabajadores en conjunto.
Qué destacar. El salario mínimo fue ajustado para 2025 con incrementos de entre 6 % y 10 %, dependiendo del sector.
- La negociación para 2026 sigue en proceso: las comisiones tripartitas aún no logran consenso, por lo que la decisión final recae en el Presidente.
- Algunos representantes del sector empleador, incluido el CACIF, han advertido previamente que incrementos elevados al salario mínimo podrían afectar la generación de empleo formal y competitividad.
- La propuesta actual del CACIF aparece en un contexto de debates sobre equilibrio entre salarios dignos, formalización y sostenibilidad económica del país.
Ahora qué. La respuesta del Ejecutivo a esta propuesta marcará el rumbo del clima laboral y de inversión en 2026.
- Si el Gobierno adopta un modelo salarial técnico y basado en productividad, Guatemala podría avanzar hacia una estructura más predecible, con incentivos claros para formalizar empleo, ampliar la seguridad social y fortalecer la competitividad de las empresas.
- Un rechazo mantendría el esquema actual, donde los ajustes discrecionales al salario mínimo alimentan incertidumbre, frenan la contratación formal y continúan empujando a la mayoría de trabajadores hacia la informalidad.
- El desafío central será construir reglas estables que permitan mejorar ingresos sin comprometer la capacidad productiva, la inversión ni la generación de empleo formal, aunque este equilibrio solo es posible con una política salarial sostenible y orientada a largo plazo.
EL TIPO DE CAMBIO DE HOY ES DE: