EL TIPO DE CAMBIO DE HOY ES DE: Este martes falleció a la edad de 96 años Jean-Marie Le Pen. Denominado “padre” de la extrema derecha europea, fue la figura más controvertida de la política francesa durante décadas.
Le Pen, condenado varias veces por antisemitismo, discriminación e incitación a la violencia racial, polarizó la vida pública gala. Muestra de ello es que miles de personas celebraron su muerte en París y otras ciudades. Incluso se lanzaron fuegos artificiales.
Altos funcionarios franceses criticaron estas “vergonzosas” manifestaciones de júbilo. En palabras del titular de Interior, Bruno Retailleau “nada, absolutamente nada justifica bailar sobre un cadáver”. Según el ministro la muerte de un hombre, aunque haya sido un adversario político, solo debería inspirar compostura y dignidad.
No obstante, desde la izquierda radical – así miembros de La Francia Insumisa – sí se justificaron.
Le Pen formó el Frente Nacional en 1972 y lo lideró durante 40 años. Su hija Marine Le Pen tomó el relevo en 2011. El fundador fue expulsado en 2015. Tres años después el partido fue rebautizado como Agrupación Nacional. Aunque definido por especialistas como extrema derecha, la propia formación se autodefine de derecha moderada.
El veterano político también fue eurodiputado. Siempre provocador, sus 35 años de presencia en el Parlamento Europeo dejaron huella. Se recuerda su frase “¡Aquí me siento como entre bolcheviques!”. Y cómo defendió con firmeza su postura de que “las cámaras de gas fueron solo un detalle de la II Guerra Mundial”.
Fue tan polémico entre sus colegas de la Eurocámara que llegaron a cambiar el reglamento para impedirle presidir las sesiones.
En otra ocasión, en 2002, canceló en el último momento una rueda de prensa, alegando el temor a ser interrumpido por colegas hostiles. El ambiente fue tan desagradable que su ausencia provocó una refriega entre los periodistas a los que dejó plantados y los eurodiputados presentes en la sala.
Tuvo que comparecer repetidamente ante los tribunales por enaltecimiento de crímenes de guerra, negación del Holocausto, incitación al odio o insultos públicos. Sin embargo, fue una condena por agresión la que le costó su escaño durante un año.
Tras 35 años en el hemiciclo, en su discurso de despedida Le Pen lamentó la supuesta “inutilidad” del Parlamento Europeo ante la “invasión migratoria”.
Le Pen y su partido fueron acusados de malversación de fondos europeos entre 2004 y 2016. En septiembre pasado comenzó el juicio al que no asistió Le Pen por su frágil estado de salud. El veredicto se espera para el próximo 31 de marzo.
Su hija Marine afirma que mucha gente lo está llorando. En una primera reacción califica a su padre de “guerrero”.
El funeral familiar se celebrará el sábado en La Trinité-sur-Mer, su ciudad natal, en Bretaña.
Este martes falleció a la edad de 96 años Jean-Marie Le Pen. Denominado “padre” de la extrema derecha europea, fue la figura más controvertida de la política francesa durante décadas.
Le Pen, condenado varias veces por antisemitismo, discriminación e incitación a la violencia racial, polarizó la vida pública gala. Muestra de ello es que miles de personas celebraron su muerte en París y otras ciudades. Incluso se lanzaron fuegos artificiales.
Altos funcionarios franceses criticaron estas “vergonzosas” manifestaciones de júbilo. En palabras del titular de Interior, Bruno Retailleau “nada, absolutamente nada justifica bailar sobre un cadáver”. Según el ministro la muerte de un hombre, aunque haya sido un adversario político, solo debería inspirar compostura y dignidad.
No obstante, desde la izquierda radical – así miembros de La Francia Insumisa – sí se justificaron.
Le Pen formó el Frente Nacional en 1972 y lo lideró durante 40 años. Su hija Marine Le Pen tomó el relevo en 2011. El fundador fue expulsado en 2015. Tres años después el partido fue rebautizado como Agrupación Nacional. Aunque definido por especialistas como extrema derecha, la propia formación se autodefine de derecha moderada.
El veterano político también fue eurodiputado. Siempre provocador, sus 35 años de presencia en el Parlamento Europeo dejaron huella. Se recuerda su frase “¡Aquí me siento como entre bolcheviques!”. Y cómo defendió con firmeza su postura de que “las cámaras de gas fueron solo un detalle de la II Guerra Mundial”.
Fue tan polémico entre sus colegas de la Eurocámara que llegaron a cambiar el reglamento para impedirle presidir las sesiones.
En otra ocasión, en 2002, canceló en el último momento una rueda de prensa, alegando el temor a ser interrumpido por colegas hostiles. El ambiente fue tan desagradable que su ausencia provocó una refriega entre los periodistas a los que dejó plantados y los eurodiputados presentes en la sala.
Tuvo que comparecer repetidamente ante los tribunales por enaltecimiento de crímenes de guerra, negación del Holocausto, incitación al odio o insultos públicos. Sin embargo, fue una condena por agresión la que le costó su escaño durante un año.
Tras 35 años en el hemiciclo, en su discurso de despedida Le Pen lamentó la supuesta “inutilidad” del Parlamento Europeo ante la “invasión migratoria”.
Le Pen y su partido fueron acusados de malversación de fondos europeos entre 2004 y 2016. En septiembre pasado comenzó el juicio al que no asistió Le Pen por su frágil estado de salud. El veredicto se espera para el próximo 31 de marzo.
Su hija Marine afirma que mucha gente lo está llorando. En una primera reacción califica a su padre de “guerrero”.
El funeral familiar se celebrará el sábado en La Trinité-sur-Mer, su ciudad natal, en Bretaña.
