El asesinato de Melisa Palacios evidenció, una vez más, las falencias del sistema judicial del país. Reveló una estructura en la que la justicia opera condicionada por intereses particulares, sobre todo, en el interior del país. En Zacapa y Chiquimula no se lograron avances judiciales en contra de María Fernanda Bonilla y su guardaespaldas, los sindicados del crimen.
Por qué importa. En la capital, los vínculos de los primeros abogados de Bonilla y las reuniones inusuales entre jueces y magistrados evidencian cómo opera el poder en las cortes. Sin dejar, por un lado, las conexiones de estos actores con el operador político, Gustavo Alejos.
- La aparición del abogado Brian Mauricio Corado Cerón, hijo del magistrado de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) Mauricio Corado Campos, generó polémica.
- Él fue uno de los tres primeros abogados que ejerció la defensa de los sindicados. Participó en la audiencia donde se tipificó el delito, de asesinato, a homicidio en emoción violenta.
- La defensa obtuvo ventaja en la posibilidad de menos años de pena para Bonilla, gracias a ese cambio, debilitando la acusación del Ministerio Público (MP).
Visto y no visto. La influencia del magistrado Corado se extendió más allá de su hijo. Intervino e influyó en traslados de jueces claves, como José Maximino Morales González, quien avaló el cambio de delitos de Bonilla en Zacapa. El juzgador fue trasladado del juzgado de ese departamento al Juzgado Segundo Penal de la ciudad de Guatemala.
- Es decir, el juez que redujo los cargos contra Bonilla ascendió con el respaldo de Corado. El cambio se aprobó, juntamente, con el de otros 33 togados, en una sesión extraordinaria celebrada en abril.
- Corado Campos fue señalado en el caso “Comisiones Paralelas 2020” por haberse reunido, precisamente, con Gustavo Alejos.
- La razón de la reunión era asegurar su inclusión en la nómina final de aspirantes a las magistraturas. Otro de los abogados iniciales de Bonilla fue Armando Ismael Ajín Pérez.
Sí, pero. Él, según las investigaciones Corado mantenía una estrecha relación con Alejos, aparte de ser uno de sus defensores. Ambos se reunieron con otros comisionados y operadores de justicia —políticos, también— para pactar los votos a favor de ciertos candidatos a cortes.
- Luis Ranferí Díaz Menchú es el último de los primeros tres abogados que defendieron a Bonilla. A diferencia de los otros dos, Corado —hijo— y Ajín, su perfil ha pasado desapercibido.
- No obstante, figuró como abogado defensor de Alejos en varios procesos penales. Según varias fuentes, al magistrado Corado Campos le fue revocada su visa americana.
- Actualmente, no hay un anuncio público que confirme dicho retiro; la sanción pudo surgir por su actuar en la CSJ, aunado a sus vínculos con Alejos.
En conclusión. El caso Palacios expuso un crimen de alto impacto y las conexiones que atraviesan el sistema judicial. La participación de abogados con lazos familiares y políticos, las decisiones sobre traslados de jueces y la sombra de Gustavo Alejos muestran cómo los intereses particulares condicionan los procesos.
- La defensa inicial de Bonilla estuvo integrada por abogados cercanos al magistrado Corado y al propio Alejos, lo que pone en duda la imparcialidad de la justicia.
- En vísperas de los cambios en el sector justicia, que tendrá el país en 2026, la influencia de Alejos se mantiene. Además, de la de otros operadores políticos.
El asesinato de Melisa Palacios evidenció, una vez más, las falencias del sistema judicial del país. Reveló una estructura en la que la justicia opera condicionada por intereses particulares, sobre todo, en el interior del país. En Zacapa y Chiquimula no se lograron avances judiciales en contra de María Fernanda Bonilla y su guardaespaldas, los sindicados del crimen.
Por qué importa. En la capital, los vínculos de los primeros abogados de Bonilla y las reuniones inusuales entre jueces y magistrados evidencian cómo opera el poder en las cortes. Sin dejar, por un lado, las conexiones de estos actores con el operador político, Gustavo Alejos.
- La aparición del abogado Brian Mauricio Corado Cerón, hijo del magistrado de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) Mauricio Corado Campos, generó polémica.
- Él fue uno de los tres primeros abogados que ejerció la defensa de los sindicados. Participó en la audiencia donde se tipificó el delito, de asesinato, a homicidio en emoción violenta.
- La defensa obtuvo ventaja en la posibilidad de menos años de pena para Bonilla, gracias a ese cambio, debilitando la acusación del Ministerio Público (MP).
Visto y no visto. La influencia del magistrado Corado se extendió más allá de su hijo. Intervino e influyó en traslados de jueces claves, como José Maximino Morales González, quien avaló el cambio de delitos de Bonilla en Zacapa. El juzgador fue trasladado del juzgado de ese departamento al Juzgado Segundo Penal de la ciudad de Guatemala.
- Es decir, el juez que redujo los cargos contra Bonilla ascendió con el respaldo de Corado. El cambio se aprobó, juntamente, con el de otros 33 togados, en una sesión extraordinaria celebrada en abril.
- Corado Campos fue señalado en el caso “Comisiones Paralelas 2020” por haberse reunido, precisamente, con Gustavo Alejos.
- La razón de la reunión era asegurar su inclusión en la nómina final de aspirantes a las magistraturas. Otro de los abogados iniciales de Bonilla fue Armando Ismael Ajín Pérez.
Sí, pero. Él, según las investigaciones Corado mantenía una estrecha relación con Alejos, aparte de ser uno de sus defensores. Ambos se reunieron con otros comisionados y operadores de justicia —políticos, también— para pactar los votos a favor de ciertos candidatos a cortes.
- Luis Ranferí Díaz Menchú es el último de los primeros tres abogados que defendieron a Bonilla. A diferencia de los otros dos, Corado —hijo— y Ajín, su perfil ha pasado desapercibido.
- No obstante, figuró como abogado defensor de Alejos en varios procesos penales. Según varias fuentes, al magistrado Corado Campos le fue revocada su visa americana.
- Actualmente, no hay un anuncio público que confirme dicho retiro; la sanción pudo surgir por su actuar en la CSJ, aunado a sus vínculos con Alejos.
En conclusión. El caso Palacios expuso un crimen de alto impacto y las conexiones que atraviesan el sistema judicial. La participación de abogados con lazos familiares y políticos, las decisiones sobre traslados de jueces y la sombra de Gustavo Alejos muestran cómo los intereses particulares condicionan los procesos.
- La defensa inicial de Bonilla estuvo integrada por abogados cercanos al magistrado Corado y al propio Alejos, lo que pone en duda la imparcialidad de la justicia.
- En vísperas de los cambios en el sector justicia, que tendrá el país en 2026, la influencia de Alejos se mantiene. Además, de la de otros operadores políticos.