Uruguay se ha convertido en el país más caro para comprar un apartamento en Latinoamérica, superando a México, según el Relevamiento Inmobiliario de América Latina (RIAL). Este fenómeno no solo refleja precios altos, sino una realidad más profunda: la vivienda sigue siendo un refugio económico para las clases medias en la región.
Por qué importa. El precio de las propiedades revela más que cifras. Refleja prioridades familiares, ahorro e inclusión económica.
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En Montevideo, el metro cuadrado alcanza los USD 3330, encabezando el ranking regional y desplazando a Ciudad de México.
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Para las clases medias, la propiedad es una forma de ahorro duradero ante sistemas financieros inestables.
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El acceso a vivienda se convierte en un marcador de desigualdad creciente, especialmente en zonas urbanas donde están las mejores oportunidades laborales.
Datos Clave. El informe semestral del RIAL compara precios en ciudades con perfiles similares para medir con precisión la evolución del mercado.
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El estudio se basa en datos de portales como Zonaprop e Inmuebles24, recopilando precios publicados por vendedores en 10 países.
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La comparación se centra en barrios de clase media y media-alta, con condiciones homogéneas para que los precios sean representativos.
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Montevideo lidera por precio, pero ciudades mexicanas como CDMX, Monterrey y Guadalajara dominan por cantidad en el ranking.
Qué destacar. Aunque Uruguay lidera en precios, el encarecimiento de departamentos es un fenómeno extendido en Latinoamérica.
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En Ciudad de México el metro cuadrado cuesta USD 2666, en Monterrey USD 2592 y en Guadalajara USD 2369, según el informe.
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La demanda supera la oferta en zonas estratégicas, elevando los precios y tensionando el acceso para nuevos compradores.
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El encarecimiento refleja un patrón estructural: más personas ven en la propiedad una herramienta de resguardo patrimonial.
En conclusión. El crecimiento sostenido de precios desafía a gobiernos, desarrolladores y familias en busca de soluciones habitacionales.
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Las ciudades analizadas muestran que el alza de precios no es coyuntural, sino parte de una tendencia estructural de largo plazo.
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Juan Manuel Carpio, director del CIF de la Universidad Di Tella, advierte que la vivienda ya no solo es hogar, es inversión.
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Se espera que próximas mediciones del RIAL sigan revelando aumentos, lo que podría profundizar la brecha entre oferta y demanda.
Uruguay se ha convertido en el país más caro para comprar un apartamento en Latinoamérica, superando a México, según el Relevamiento Inmobiliario de América Latina (RIAL). Este fenómeno no solo refleja precios altos, sino una realidad más profunda: la vivienda sigue siendo un refugio económico para las clases medias en la región.
Por qué importa. El precio de las propiedades revela más que cifras. Refleja prioridades familiares, ahorro e inclusión económica.
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En Montevideo, el metro cuadrado alcanza los USD 3330, encabezando el ranking regional y desplazando a Ciudad de México.
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Para las clases medias, la propiedad es una forma de ahorro duradero ante sistemas financieros inestables.
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El acceso a vivienda se convierte en un marcador de desigualdad creciente, especialmente en zonas urbanas donde están las mejores oportunidades laborales.
Datos Clave. El informe semestral del RIAL compara precios en ciudades con perfiles similares para medir con precisión la evolución del mercado.
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El estudio se basa en datos de portales como Zonaprop e Inmuebles24, recopilando precios publicados por vendedores en 10 países.
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La comparación se centra en barrios de clase media y media-alta, con condiciones homogéneas para que los precios sean representativos.
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Montevideo lidera por precio, pero ciudades mexicanas como CDMX, Monterrey y Guadalajara dominan por cantidad en el ranking.
Qué destacar. Aunque Uruguay lidera en precios, el encarecimiento de departamentos es un fenómeno extendido en Latinoamérica.
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En Ciudad de México el metro cuadrado cuesta USD 2666, en Monterrey USD 2592 y en Guadalajara USD 2369, según el informe.
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La demanda supera la oferta en zonas estratégicas, elevando los precios y tensionando el acceso para nuevos compradores.
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El encarecimiento refleja un patrón estructural: más personas ven en la propiedad una herramienta de resguardo patrimonial.
En conclusión. El crecimiento sostenido de precios desafía a gobiernos, desarrolladores y familias en busca de soluciones habitacionales.
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Las ciudades analizadas muestran que el alza de precios no es coyuntural, sino parte de una tendencia estructural de largo plazo.
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Juan Manuel Carpio, director del CIF de la Universidad Di Tella, advierte que la vivienda ya no solo es hogar, es inversión.
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Se espera que próximas mediciones del RIAL sigan revelando aumentos, lo que podría profundizar la brecha entre oferta y demanda.