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Temblores y adobe: la urgencia de construir seguro

.
Miguel Rodríguez
15 de julio, 2025

Los recientes sismos en Guatemala han puesto en evidencia la vulnerabilidad de miles de viviendas de adobe, especialmente en zonas rurales. Fragilidad estructural, autoconstrucción y falta de refuerzos han desencadenado en daños graves, colapsos y, más importante aún, pérdida de vidas.

Por qué importa. Este tipo de construcción sigue siendo una realidad para miles de familias. Los temblores recientes ponen de relieve su alto riesgo y generan preocupación sobre la seguridad y la necesidad de fortalecer la normativa y la capacitación en construcción resistente a estos movimientos.

  • El VII Censo de 2018 identificó a 604 600 viviendas de adobe, equivalentes al 15.3 % del total nacional. Para 2022-2023, la ENIGH estimó que la proporción bajó a 13.3 %, aunque en áreas rurales es del 19.6 %.

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  • René Muñoz, presidente de la Gremial de Bloqueros Industriales, advierte que el adobe no tiene resistencia sísmica. Advierte que la autoconstrucción sin asesoría técnica multiplica los riesgos.

  • Los daños recientes han sido más severos en este tipo de casas. Muros agrietados o derrumbes, evidencian la urgencia de revisar la normativa y promover materiales certificados.

Datos clave. Las cifras muestran una lenta transición hacia materiales más seguros; no obstante, el adobe persiste por razones económicas y culturales. El riesgo se incrementa cuando la supervisión y el cumplimiento de normas son insuficientes, especialmente en el área departamental.

  • En 1980, el 30.6 % de las viviendas eran de adobe, la proporción bajó por el auge del block y concreto, que hoy representan el 64.3 % de las paredes exteriores.

  • “El adobe no es seguro. La solución es sustituirlo por sistemas estructurales confiables como mampostería, madera o prefabricados”, señala Fernando Callejas, especialista en ingeniería estructural.

  • La falta de fiscalización efectiva por parte de municipalidades y CONRED permite que se construyan viviendas sin licencia ni control de calidad, aumentando la exposición al colapso en caso de sismos.

Punto de fricción. El dilema entre tradición, costo y seguridad persiste. Muchos propietarios optan por adobe por economía o costumbre, mientras el Estado y la iniciativa privada enfrentan el reto de comunicar y fiscalizar mejores prácticas constructivas.

  • Muñoz subraya que el block certificado es más resistente, pero reconoce que el precio y la cultura influyen. “A veces se ahorra en lo esencial, como la calidad del material”.

  • Callejas apunta que la diferencia entre la ciudad y el interior es marcada: las municipalidades rurales carecen de recursos y exigencias técnicas, lo que deja a la población en mayor riesgo.

  • La autoconstrucción y la falta de cálculo estructural son frecuentes, lo que, sumado a la informalidad, multiplica la vulnerabilidad ante eventos sísmicos de mayor magnitud.

Visto y no visto. La experiencia de los recientes temblores debe impulsar cambios urgentes en la política de vivienda y en la cultura constructiva. La vida y el patrimonio de miles de guatemaltecos dependen de decisiones informadas y supervisión efectiva.

  • Callejas insiste en que la inversión en materiales correctos es crítica y que se debe exigir que los proveedores presenten ensayos de calidad antes de construir.

  • La capacitación de albañiles y propietarios, junto con la actualización y cumplimiento de normas, son pasos fundamentales para reducir riesgos y evitar tragedias futuras.

  • De igual forma, el fortalecimiento de la fiscalización municipal y la promoción de alternativas seguras pueden marcar la diferencia entre la supervivencia y el desastre en el próximo gran sismo.

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Temblores y adobe: la urgencia de construir seguro

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Miguel Rodríguez
15 de julio, 2025

Los recientes sismos en Guatemala han puesto en evidencia la vulnerabilidad de miles de viviendas de adobe, especialmente en zonas rurales. Fragilidad estructural, autoconstrucción y falta de refuerzos han desencadenado en daños graves, colapsos y, más importante aún, pérdida de vidas.

Por qué importa. Este tipo de construcción sigue siendo una realidad para miles de familias. Los temblores recientes ponen de relieve su alto riesgo y generan preocupación sobre la seguridad y la necesidad de fortalecer la normativa y la capacitación en construcción resistente a estos movimientos.

  • El VII Censo de 2018 identificó a 604 600 viviendas de adobe, equivalentes al 15.3 % del total nacional. Para 2022-2023, la ENIGH estimó que la proporción bajó a 13.3 %, aunque en áreas rurales es del 19.6 %.

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  • René Muñoz, presidente de la Gremial de Bloqueros Industriales, advierte que el adobe no tiene resistencia sísmica. Advierte que la autoconstrucción sin asesoría técnica multiplica los riesgos.

  • Los daños recientes han sido más severos en este tipo de casas. Muros agrietados o derrumbes, evidencian la urgencia de revisar la normativa y promover materiales certificados.

Datos clave. Las cifras muestran una lenta transición hacia materiales más seguros; no obstante, el adobe persiste por razones económicas y culturales. El riesgo se incrementa cuando la supervisión y el cumplimiento de normas son insuficientes, especialmente en el área departamental.

  • En 1980, el 30.6 % de las viviendas eran de adobe, la proporción bajó por el auge del block y concreto, que hoy representan el 64.3 % de las paredes exteriores.

  • “El adobe no es seguro. La solución es sustituirlo por sistemas estructurales confiables como mampostería, madera o prefabricados”, señala Fernando Callejas, especialista en ingeniería estructural.

  • La falta de fiscalización efectiva por parte de municipalidades y CONRED permite que se construyan viviendas sin licencia ni control de calidad, aumentando la exposición al colapso en caso de sismos.

Punto de fricción. El dilema entre tradición, costo y seguridad persiste. Muchos propietarios optan por adobe por economía o costumbre, mientras el Estado y la iniciativa privada enfrentan el reto de comunicar y fiscalizar mejores prácticas constructivas.

  • Muñoz subraya que el block certificado es más resistente, pero reconoce que el precio y la cultura influyen. “A veces se ahorra en lo esencial, como la calidad del material”.

  • Callejas apunta que la diferencia entre la ciudad y el interior es marcada: las municipalidades rurales carecen de recursos y exigencias técnicas, lo que deja a la población en mayor riesgo.

  • La autoconstrucción y la falta de cálculo estructural son frecuentes, lo que, sumado a la informalidad, multiplica la vulnerabilidad ante eventos sísmicos de mayor magnitud.

Visto y no visto. La experiencia de los recientes temblores debe impulsar cambios urgentes en la política de vivienda y en la cultura constructiva. La vida y el patrimonio de miles de guatemaltecos dependen de decisiones informadas y supervisión efectiva.

  • Callejas insiste en que la inversión en materiales correctos es crítica y que se debe exigir que los proveedores presenten ensayos de calidad antes de construir.

  • La capacitación de albañiles y propietarios, junto con la actualización y cumplimiento de normas, son pasos fundamentales para reducir riesgos y evitar tragedias futuras.

  • De igual forma, el fortalecimiento de la fiscalización municipal y la promoción de alternativas seguras pueden marcar la diferencia entre la supervivencia y el desastre en el próximo gran sismo.

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