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Construir con residuos: la apuesta circular

.
María José Aresti
16 de septiembre, 2025

Durante el Building Latam Fest 2025, un panel de especialistas abordó la discusión: ¿cómo transformar residuos en bloques que sostengan nuevas viviendas? Entre la escasez de agregados naturales y la abundancia de desechos, la economía circular aparece no solo como innovación ambiental, sino como una estrategia competitiva para el sector.

Cómo funciona. El uso de residuos de construcción como insumo redefine las reglas de la industria. No se trata de un experimento aislado, sino de una alternativa frente a la escasez de materiales y el colapso de vertederos.

  • Menos del 10 % de las 900 000 toneladas de residuos de construcción se reciclan. Se desaprovecha un recurso que podría reducir impactos ambientales visibles en ríos y comunidades.

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  • Blocks con agregado reciclado muestran ventajas competitivas: conservan resistencia, disminuyen peso y abaratan transporte. “El block no debe pesar”, resume Luis Caná, director de Macizo.

  • No obstante, todo depende de la voluntad. “Sin normas claras, seguiremos fragmentados”, advirtió Adolfo Cruz, gerente de Supra Reciclaje.

Punto de fricción. La tecnología existe; lo que falta es cultura empresarial y confianza del consumidor. Las pruebas de resina sintética o trituración móvil son viables, pero la resistencia del mercado y falta de incentivos explican el lento avance del modelo circular.

  • Algunas empresas en el país tienen plantas móviles y resina a partir de plásticos y han probado hasta 10 % de sustitución sin afectar calidad. Con todo, las constructoras aún no priorizan este tipo de soluciones innovadoras.

  • En Guatemala, el marco voluntario limita el impacto, pues las empresas que invierten en reciclaje compiten en desventaja frente a productores informales.

  • El consumidor tampoco exige cambios: blocks reciclados pesan menos, y también pueden beneficiar la obra y mantener precio. El panel aseguró que es importante no estancarse en pilotos.

Ecos regionales. Guatemala no parte de cero: el continente ofrece ejemplos que muestran tanto aciertos como tropiezos. El reto es tropicalizar lo que funciona en sistemas constructivos afines y no repetir errores de contextos muy distintos.

  • Chile ha normado la reutilización del acero, mientras que Colombia regula el uso no estructural de materiales de demolición. Ambos casos muestran que la circularidad puede ser respaldada por ley.

  • México ha impulsado normas que integran la economía circular sin alterar la lógica de la industria. “La industria mexicana es un espejo útil: construye como nosotros”, dijo Cruz.

  • Costa Rica marca un camino en lo institucional: su ley de economía circular articula a empresas y Estado, recordando que sin certidumbre jurídica, las iniciativas privadas difícilmente trascienden más allá de buenas intenciones.

Lo que sigue. El siguiente paso es convertir los pilotos en prácticas habituales. El desafío pasa por coordinar esfuerzos entre empresas, certificadores y gremios, para demostrar que la circularidad puede ser rentable, escalable y una ventaja competitiva para todo el sector.

  • Caná aseguró que darán un salto a 15–20 % de sustitución de agregados reciclados en blocks, una meta que alinearía a Guatemala con los niveles alcanzados en Europa.

  • Enero será un punto de quiebre: un piloto de vivienda social certificada mostrará si la circularidad puede ser viable también en segmentos populares, donde la presión de costos es más alta.

  • “Debe hacerse por convicción, no obligación”, concluyó Kathya Ardón, consultora de sostenibilidad en Enviro. La convicción individual solo será sostenible si se combina con incentivos adecuados, normas claras y una comunicación efectiva hacia el consumidor final.

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Construir con residuos: la apuesta circular

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María José Aresti
16 de septiembre, 2025

Durante el Building Latam Fest 2025, un panel de especialistas abordó la discusión: ¿cómo transformar residuos en bloques que sostengan nuevas viviendas? Entre la escasez de agregados naturales y la abundancia de desechos, la economía circular aparece no solo como innovación ambiental, sino como una estrategia competitiva para el sector.

Cómo funciona. El uso de residuos de construcción como insumo redefine las reglas de la industria. No se trata de un experimento aislado, sino de una alternativa frente a la escasez de materiales y el colapso de vertederos.

  • Menos del 10 % de las 900 000 toneladas de residuos de construcción se reciclan. Se desaprovecha un recurso que podría reducir impactos ambientales visibles en ríos y comunidades.

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  • Blocks con agregado reciclado muestran ventajas competitivas: conservan resistencia, disminuyen peso y abaratan transporte. “El block no debe pesar”, resume Luis Caná, director de Macizo.

  • No obstante, todo depende de la voluntad. “Sin normas claras, seguiremos fragmentados”, advirtió Adolfo Cruz, gerente de Supra Reciclaje.

Punto de fricción. La tecnología existe; lo que falta es cultura empresarial y confianza del consumidor. Las pruebas de resina sintética o trituración móvil son viables, pero la resistencia del mercado y falta de incentivos explican el lento avance del modelo circular.

  • Algunas empresas en el país tienen plantas móviles y resina a partir de plásticos y han probado hasta 10 % de sustitución sin afectar calidad. Con todo, las constructoras aún no priorizan este tipo de soluciones innovadoras.

  • En Guatemala, el marco voluntario limita el impacto, pues las empresas que invierten en reciclaje compiten en desventaja frente a productores informales.

  • El consumidor tampoco exige cambios: blocks reciclados pesan menos, y también pueden beneficiar la obra y mantener precio. El panel aseguró que es importante no estancarse en pilotos.

Ecos regionales. Guatemala no parte de cero: el continente ofrece ejemplos que muestran tanto aciertos como tropiezos. El reto es tropicalizar lo que funciona en sistemas constructivos afines y no repetir errores de contextos muy distintos.

  • Chile ha normado la reutilización del acero, mientras que Colombia regula el uso no estructural de materiales de demolición. Ambos casos muestran que la circularidad puede ser respaldada por ley.

  • México ha impulsado normas que integran la economía circular sin alterar la lógica de la industria. “La industria mexicana es un espejo útil: construye como nosotros”, dijo Cruz.

  • Costa Rica marca un camino en lo institucional: su ley de economía circular articula a empresas y Estado, recordando que sin certidumbre jurídica, las iniciativas privadas difícilmente trascienden más allá de buenas intenciones.

Lo que sigue. El siguiente paso es convertir los pilotos en prácticas habituales. El desafío pasa por coordinar esfuerzos entre empresas, certificadores y gremios, para demostrar que la circularidad puede ser rentable, escalable y una ventaja competitiva para todo el sector.

  • Caná aseguró que darán un salto a 15–20 % de sustitución de agregados reciclados en blocks, una meta que alinearía a Guatemala con los niveles alcanzados en Europa.

  • Enero será un punto de quiebre: un piloto de vivienda social certificada mostrará si la circularidad puede ser viable también en segmentos populares, donde la presión de costos es más alta.

  • “Debe hacerse por convicción, no obligación”, concluyó Kathya Ardón, consultora de sostenibilidad en Enviro. La convicción individual solo será sostenible si se combina con incentivos adecuados, normas claras y una comunicación efectiva hacia el consumidor final.

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