Las ciudades latinoamericanas enfrentan un dilema: crecer bajo modelos que fragmentan la vida urbana o apostar por estructuras más compactas. En Guatemala, la discusión cobró fuerza durante la Cátedra Jorge Montes 2025: Paradigma. Desarrolladores y arquitectos coincidieron en que el futuro depende de romper paradigmas, equilibrar tradición y modernidad, y devolver identidad a las comunidades.
Por qué importa. La crítica a los edificios de un solo uso abrió el debate. Carlos Pérez-Gavilán, codirector de Gensler México, advirtió que inmuebles destinados únicamente a oficinas u hoteles crean desiertos urbanos, incrementan el tráfico y expanden innecesariamente las ciudades. La alternativa: usos mixtos y flexibles.
-
Pérez-Gavilán aseguró: “Los edificios de un solo uso están matando a las ciudades”. Propuso espacios que muten entre residencia, oficina y hotel, generando vitalidad urbana constante.
SUSCRÍBASE A NUESTRO NEWSLETTER DE INMOBILIARIA -
La monofuncionalidad, según el panel, crea “pueblos fantasmas” en horarios específicos. Por la noche o fines de semana, áreas enteras se vacían, aumentando inseguridad y desperdiciando infraestructura.
-
Edificios con múltiples usos integran vivienda, comercio y servicios y reducen tiempos de traslado. Además, favorecen una vida comunitaria más cercana, con impacto positivo en seguridad y competitividad.
Punto de fricción. Carmen Batres, directora de operaciones de Calidad Inmobiliaria, contrastó el modelo urbano estadounidense con el europeo. Mientras el primero puede fragmentar la ciudad, el segundo privilegia urbes compactas, caminables y con mezcla de usos que dinamizan la vida urbana.
-
“Lo común en Guatemala ya no es funcional”, señaló Batres. El esquema copiado de EE. UU. genera expansión horizontal, horas de tráfico y dependencia absoluta del vehículo particular.
-
El modelo europeo, en cambio, prioriza densidad controlada y servicios cercanos. Esa proximidad reduce costos de transporte y fortalece la vida de barrio, al generar comunidades vivas y diversas.
-
Según los ponentes, los jóvenes ya demandan entornos compactos, con vivienda integrada a oficinas y espacios culturales. Esto presiona al mercado para ofrecer proyectos más eficientes y urbanos.
Entre líneas. El debate giró hacia la identidad arquitectónica. La globalización trae oportunidades, pero también riesgos de homogeneización. Replicar modelos foráneos sin adaptación puede diluir lo vernáculo y desconectar a la arquitectura del contexto local.
-
“Debemos perder el miedo a ser nosotros”, dijo Benjamin Peniche, director creativo de Arkham Projects. Agregó que, la arquitectura debe equilibrar lo cosmopolita con lo regional, incorporando materiales, clima y tradiciones.
-
La identidad no implica nostalgia, sino reinterpretar lo local con innovación, según José Fernando Gómez, fundador de Natura Futura. Esa síntesis puede diferenciar a las ciudades latinoamericanas frente a proyectos globalizados sin alma.
-
Los expertos alertaron sobre la pérdida de autenticidad: fachadas clonadas y estilos importados que no responden a clima, cultura ni necesidades reales de las comunidades.
Lo que sigue. La conclusión apuntó a la ciudad compacta y flexible. Más allá de la tecnología o la moda, se trata de repensar el modelo urbano: urbes densas, con vivienda colectiva, movilidad sostenible e integración cultural.
-
El panel coincidió en que la vivienda colectiva será determinante para que las ciudades sean más habitables.
-
Proyectos de usos mixtos ofrecen eficiencia económica y calidad de vida, reduciendo desplazamientos y optimizando infraestructura. Un modelo más cercano al ciudadano y a la libertad de elegir.
-
La visión: ciudades compactas que privilegien el encuentro humano, reduzcan costos sociales del tráfico y fortalezcan la seguridad y prosperidad mediante el respeto a la propiedad privada.
Las ciudades latinoamericanas enfrentan un dilema: crecer bajo modelos que fragmentan la vida urbana o apostar por estructuras más compactas. En Guatemala, la discusión cobró fuerza durante la Cátedra Jorge Montes 2025: Paradigma. Desarrolladores y arquitectos coincidieron en que el futuro depende de romper paradigmas, equilibrar tradición y modernidad, y devolver identidad a las comunidades.
Por qué importa. La crítica a los edificios de un solo uso abrió el debate. Carlos Pérez-Gavilán, codirector de Gensler México, advirtió que inmuebles destinados únicamente a oficinas u hoteles crean desiertos urbanos, incrementan el tráfico y expanden innecesariamente las ciudades. La alternativa: usos mixtos y flexibles.
-
Pérez-Gavilán aseguró: “Los edificios de un solo uso están matando a las ciudades”. Propuso espacios que muten entre residencia, oficina y hotel, generando vitalidad urbana constante.
SUSCRÍBASE A NUESTRO NEWSLETTER DE INMOBILIARIA -
La monofuncionalidad, según el panel, crea “pueblos fantasmas” en horarios específicos. Por la noche o fines de semana, áreas enteras se vacían, aumentando inseguridad y desperdiciando infraestructura.
-
Edificios con múltiples usos integran vivienda, comercio y servicios y reducen tiempos de traslado. Además, favorecen una vida comunitaria más cercana, con impacto positivo en seguridad y competitividad.
Punto de fricción. Carmen Batres, directora de operaciones de Calidad Inmobiliaria, contrastó el modelo urbano estadounidense con el europeo. Mientras el primero puede fragmentar la ciudad, el segundo privilegia urbes compactas, caminables y con mezcla de usos que dinamizan la vida urbana.
-
“Lo común en Guatemala ya no es funcional”, señaló Batres. El esquema copiado de EE. UU. genera expansión horizontal, horas de tráfico y dependencia absoluta del vehículo particular.
-
El modelo europeo, en cambio, prioriza densidad controlada y servicios cercanos. Esa proximidad reduce costos de transporte y fortalece la vida de barrio, al generar comunidades vivas y diversas.
-
Según los ponentes, los jóvenes ya demandan entornos compactos, con vivienda integrada a oficinas y espacios culturales. Esto presiona al mercado para ofrecer proyectos más eficientes y urbanos.
Entre líneas. El debate giró hacia la identidad arquitectónica. La globalización trae oportunidades, pero también riesgos de homogeneización. Replicar modelos foráneos sin adaptación puede diluir lo vernáculo y desconectar a la arquitectura del contexto local.
-
“Debemos perder el miedo a ser nosotros”, dijo Benjamin Peniche, director creativo de Arkham Projects. Agregó que, la arquitectura debe equilibrar lo cosmopolita con lo regional, incorporando materiales, clima y tradiciones.
-
La identidad no implica nostalgia, sino reinterpretar lo local con innovación, según José Fernando Gómez, fundador de Natura Futura. Esa síntesis puede diferenciar a las ciudades latinoamericanas frente a proyectos globalizados sin alma.
-
Los expertos alertaron sobre la pérdida de autenticidad: fachadas clonadas y estilos importados que no responden a clima, cultura ni necesidades reales de las comunidades.
Lo que sigue. La conclusión apuntó a la ciudad compacta y flexible. Más allá de la tecnología o la moda, se trata de repensar el modelo urbano: urbes densas, con vivienda colectiva, movilidad sostenible e integración cultural.
-
El panel coincidió en que la vivienda colectiva será determinante para que las ciudades sean más habitables.
-
Proyectos de usos mixtos ofrecen eficiencia económica y calidad de vida, reduciendo desplazamientos y optimizando infraestructura. Un modelo más cercano al ciudadano y a la libertad de elegir.
-
La visión: ciudades compactas que privilegien el encuentro humano, reduzcan costos sociales del tráfico y fortalezcan la seguridad y prosperidad mediante el respeto a la propiedad privada.