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México y Brasil: socios a medias

.
Marcos Jacobo Suárez Sipmann
04 de septiembre, 2025

Las dos mayores economías de Latinoamérica fortalecen la cooperación bilateral, aunque sin avanzar hacia un TLC integral. Es el resultado de la visita de la delegación brasileña a México encabezada por el vicepresidente Geraldo Alckmin con ministros de Agricultura, Planificación y casi 200 empresarios.

  • Uno de los principales propósitos: actualizar y ampliar los Acuerdos de Complementación Económica vigentes. Son los de comercio exterior e inversión ACE 53 y ACE 55.

Lo indispensable. La relación vive un repunte diplomático y estratégico. Se comparte el interés de diversificar relaciones comerciales para no depender en exceso de una sola potencia. México de EE. UU. y Brasil de China.  

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  • México tiene una plataforma industrial altamente integrada con Norteamérica. Brasil, un enorme mercado interno con abundancia de recursos naturales.

  • En energía, Pemex y Petrobras han encontrado espacios de cooperación técnica y de intercambio de experiencias en exploración, refinación y transición energética.

  • Si bien hay competencia en el ámbito agroalimentario, se abren oportunidades para complementariedad y acceso a productos no producidos localmente.

El otro lado. Sin embargo, México está vinculado al T-MEC, que concentra más del 80 % de su comercio exterior. Su industria está diseñada para atender cadenas de valor norteamericanas. Brasil debe ceñirse a las decisiones de Mercosur y no puede negociar de manera independiente un TLC.

  • Hay fricciones en la industria automotriz. México teme abrir demasiado su mercado a los vehículos brasileños, mientras que Brasil protege con celo a sus fabricantes frente a la competencia mexicana.

  • Lo mismo ocurre con productos agrícolas, donde cada país defiende subsidios y barreras que sostienen a sus productores. Firmar un TLC implicaría una interdependencia económica que puede chocar con ambiciones de autonomía y liderazgo regional.

  • Y recuérdese que, mientras México está negociando un acuerdo a largo plazo con Washington para evitar la imposición de gravámenes aduaneros, Brasil enfrenta aranceles del 50 % de EE. UU.

Datos clave. El intercambio bilateral llegó en 2024 a USD 13 600M. La balanza comercial favorece a Brasil, cuyas ventas a México fueron USD 7800M. México exportó por valor de 5800M.

  • Las principales ventas aztecas a Brasil fueron partes y accesorios automotrices. De Brasil llegaron productos intermedios de hierro y acero.

  • Hasta mayo de este año, México ha exportado por USD 349M. Brasil por 929M. Saldo negativo para el primero: 579M.

  • Unas 600 empresas cariocas operan en México. El stock bilateral de inversiones se estima en casi USD 30 000M en cada dirección.

Ahora qué. Se han firmado memorandos de entendimiento estratégicos en bioenergía, salud, ciencia, agroindustria y promoción de inversiones. Se fortalece la dinámica en el sector aeroespacial con la posible venta del avión C-390 de Embraer.

  • Se establece la colaboración tecnológica para el desarrollo de etanol, biocombustibles y combustible de aviación sostenible. Sobresale, asimismo, la cooperación en sanidad y ciencia.

  • En agroindustria, Brasil busca ampliar sus exportaciones de carne de res al país del norte, convirtiéndolo en su segundo mayor destino. El convenio incluye auditorías a frigoríficos e inversión en protocolos de trazabilidad.

  • Destaca un acuerdo para promover inversiones recíprocas y fortalecer capacidades institucionales a través de la agencia brasileña APEX y la Secretaría de Economía mexicana.

Balance. Ninguno está dispuesto a ceder en su autonomía económica. México no quiere arriesgar la estabilidad de su relación privilegiada con EE. UU. Brasil defiende la cohesión de Mercosur, aunque esta le pese.

  • A corto plazo, se descarta un TLC integral. Se continuará profundizando acuerdos sectoriales: automotriz, energía, agroindustria, digitalización y ciencia.

  • Por ahora seguirán siendo “socios a medias”. Negocian con prudencia, conscientes de que cualquier movimiento audaz alteraría equilibrios internos y externos. Los números confirman una relación densa y creciente, aunque asimétrica.

  • A medio plazo, la presión de la competencia internacional puede empujar a más coordinación. Si Europa logra cerrar su acuerdo con Mercosur, o EE. UU redobla su influencia en Centroamérica, los gigantes latinos podrían verse obligados a sincronizar estrategias.

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México y Brasil: socios a medias

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Marcos Jacobo Suárez Sipmann
04 de septiembre, 2025

Las dos mayores economías de Latinoamérica fortalecen la cooperación bilateral, aunque sin avanzar hacia un TLC integral. Es el resultado de la visita de la delegación brasileña a México encabezada por el vicepresidente Geraldo Alckmin con ministros de Agricultura, Planificación y casi 200 empresarios.

  • Uno de los principales propósitos: actualizar y ampliar los Acuerdos de Complementación Económica vigentes. Son los de comercio exterior e inversión ACE 53 y ACE 55.

Lo indispensable. La relación vive un repunte diplomático y estratégico. Se comparte el interés de diversificar relaciones comerciales para no depender en exceso de una sola potencia. México de EE. UU. y Brasil de China.  

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  • México tiene una plataforma industrial altamente integrada con Norteamérica. Brasil, un enorme mercado interno con abundancia de recursos naturales.

  • En energía, Pemex y Petrobras han encontrado espacios de cooperación técnica y de intercambio de experiencias en exploración, refinación y transición energética.

  • Si bien hay competencia en el ámbito agroalimentario, se abren oportunidades para complementariedad y acceso a productos no producidos localmente.

El otro lado. Sin embargo, México está vinculado al T-MEC, que concentra más del 80 % de su comercio exterior. Su industria está diseñada para atender cadenas de valor norteamericanas. Brasil debe ceñirse a las decisiones de Mercosur y no puede negociar de manera independiente un TLC.

  • Hay fricciones en la industria automotriz. México teme abrir demasiado su mercado a los vehículos brasileños, mientras que Brasil protege con celo a sus fabricantes frente a la competencia mexicana.

  • Lo mismo ocurre con productos agrícolas, donde cada país defiende subsidios y barreras que sostienen a sus productores. Firmar un TLC implicaría una interdependencia económica que puede chocar con ambiciones de autonomía y liderazgo regional.

  • Y recuérdese que, mientras México está negociando un acuerdo a largo plazo con Washington para evitar la imposición de gravámenes aduaneros, Brasil enfrenta aranceles del 50 % de EE. UU.

Datos clave. El intercambio bilateral llegó en 2024 a USD 13 600M. La balanza comercial favorece a Brasil, cuyas ventas a México fueron USD 7800M. México exportó por valor de 5800M.

  • Las principales ventas aztecas a Brasil fueron partes y accesorios automotrices. De Brasil llegaron productos intermedios de hierro y acero.

  • Hasta mayo de este año, México ha exportado por USD 349M. Brasil por 929M. Saldo negativo para el primero: 579M.

  • Unas 600 empresas cariocas operan en México. El stock bilateral de inversiones se estima en casi USD 30 000M en cada dirección.

Ahora qué. Se han firmado memorandos de entendimiento estratégicos en bioenergía, salud, ciencia, agroindustria y promoción de inversiones. Se fortalece la dinámica en el sector aeroespacial con la posible venta del avión C-390 de Embraer.

  • Se establece la colaboración tecnológica para el desarrollo de etanol, biocombustibles y combustible de aviación sostenible. Sobresale, asimismo, la cooperación en sanidad y ciencia.

  • En agroindustria, Brasil busca ampliar sus exportaciones de carne de res al país del norte, convirtiéndolo en su segundo mayor destino. El convenio incluye auditorías a frigoríficos e inversión en protocolos de trazabilidad.

  • Destaca un acuerdo para promover inversiones recíprocas y fortalecer capacidades institucionales a través de la agencia brasileña APEX y la Secretaría de Economía mexicana.

Balance. Ninguno está dispuesto a ceder en su autonomía económica. México no quiere arriesgar la estabilidad de su relación privilegiada con EE. UU. Brasil defiende la cohesión de Mercosur, aunque esta le pese.

  • A corto plazo, se descarta un TLC integral. Se continuará profundizando acuerdos sectoriales: automotriz, energía, agroindustria, digitalización y ciencia.

  • Por ahora seguirán siendo “socios a medias”. Negocian con prudencia, conscientes de que cualquier movimiento audaz alteraría equilibrios internos y externos. Los números confirman una relación densa y creciente, aunque asimétrica.

  • A medio plazo, la presión de la competencia internacional puede empujar a más coordinación. Si Europa logra cerrar su acuerdo con Mercosur, o EE. UU redobla su influencia en Centroamérica, los gigantes latinos podrían verse obligados a sincronizar estrategias.

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