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Latinoamérica se adapta al nuevo tablero global

Arte: Arath
Alicia Utrera
17 de junio, 2025

Con un comercio mundial sujeto a tensiones entre potencias y un crecimiento estancado, las firmas latinoamericanas enfrentan el desafío de mantenerse a flote. Adaptarse al nuevo orden económico implica anticipar riesgos externos y fortalecer su entorno competitivo para preservar su resiliencia.

 

Por qué importa. La tensión entre China y EE. UU. no es un asunto lejano. Sus decisiones arancelarias pueden redefinir el mapa comercial global e impactar industrias clave en la región.

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  • Las animosidades reconfiguran los flujos económicos. “El contexto internacional está muy difuso”, advierte Alejandro Trappé, director del Instituto de Competitividad de ADEN.

  • Aunque las negociaciones avanzan, se prevé que algunos aranceles se mantendrán. Ello afectaría directamente a exportaciones e importaciones.

  • El FMI estima un crecimiento global de apenas 2.8 % para 2025. En Latinoamérica, la cifra baja a 2 %, limitando el dinamismo empresarial.

 

En el radar. Una compañía sólida necesita mirar hacia adentro y hacia afuera al mismo tiempo. Descuidar uno de esos frentes puede ser fatal en un entorno volátil.

  • Trappé compara a la empresa con un barco: “Debe tener un ojo en su motor y otro en las tormentas externas”.

  • El contexto interno incluye procesos, finanzas, talento humano y proveedores. Sin eso, el barco no zarpa.

  • El externo —el mar— es aun más incierto: política fiscal, inflación mundial, conflictos comerciales y volatilidad financiera. Todos influyen en la estabilidad.

 

Datos clave. No todos los países están igual de preparados para resistir una crisis. Algunos tienen más infraestructura, gobernanza o capital humano para afrontar el nuevo orden.

  • Según el índice regional de ADEN (abril 2025), Chile lidera con 81 puntos de competitividad, seguido por Uruguay (77) y Costa Rica (75.7). Guatemala figura en la parte baja del listado.

  • El índice considera 120 variables agrupadas en 10 áreas, como salud, educación, infraestructura, estabilidad macroeconómica y acceso a tecnología.

  • “La idea no es castigar, sino identificar fortalezas replicables”, explica. Por ejemplo, Guatemala puede aprender del sistema de salud chileno, que obtuvo 11.6 de 12 puntos posibles.

 

Entre líneas. Centroamérica muestra contrastes internos en su capacidad de respuesta. Mientras Costa Rica y Panamá avanzan, Guatemala enfrenta desafíos estructurales que limitan su competitividad.

  • Pese a su tamaño, Costa Rica y Panamá aparecen entre los mejores del ranking, mientras que México y Brasil quedan relegados.

  • Guatemala muestra buen desempeño institucional (7.8 puntos). No obstante, queda por debajo del promedio en cobertura de necesidades básicas y salud.

  • La región podría beneficiarse si China relocaliza producción en respuesta a los aranceles de estadounidenses. Sin embargo, eso dependerá de mejoras en su clima de negocios y estabilidad regulatoria.

 

Lo que sigue. El mapa comercial aún no está definido, y los próximos meses serán cruciales. Las empresas deben anticiparse a los cambios con información, agilidad y estrategia.

  • Han de fortalecer su capacidad de adaptación ante un entorno de cambios súbitos. “Todavía no sabemos qué productos serán ganadores o perdedores”.

  • A nivel país, urge invertir estratégicamente en las áreas más débiles, donde el impacto sea más alto.

  • En el corto plazo, habrá que leer con agudeza la letra pequeña del nuevo acuerdo. En el largo, como antídoto contra la incertidumbre será clave diversificar mercados, robustecer operaciones y apostar por la innovación.

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17 de junio, 2025

Con un comercio mundial sujeto a tensiones entre potencias y un crecimiento estancado, las firmas latinoamericanas enfrentan el desafío de mantenerse a flote. Adaptarse al nuevo orden económico implica anticipar riesgos externos y fortalecer su entorno competitivo para preservar su resiliencia.

 

Por qué importa. La tensión entre China y EE. UU. no es un asunto lejano. Sus decisiones arancelarias pueden redefinir el mapa comercial global e impactar industrias clave en la región.

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  • Las animosidades reconfiguran los flujos económicos. “El contexto internacional está muy difuso”, advierte Alejandro Trappé, director del Instituto de Competitividad de ADEN.

  • Aunque las negociaciones avanzan, se prevé que algunos aranceles se mantendrán. Ello afectaría directamente a exportaciones e importaciones.

  • El FMI estima un crecimiento global de apenas 2.8 % para 2025. En Latinoamérica, la cifra baja a 2 %, limitando el dinamismo empresarial.

 

En el radar. Una compañía sólida necesita mirar hacia adentro y hacia afuera al mismo tiempo. Descuidar uno de esos frentes puede ser fatal en un entorno volátil.

  • Trappé compara a la empresa con un barco: “Debe tener un ojo en su motor y otro en las tormentas externas”.

  • El contexto interno incluye procesos, finanzas, talento humano y proveedores. Sin eso, el barco no zarpa.

  • El externo —el mar— es aun más incierto: política fiscal, inflación mundial, conflictos comerciales y volatilidad financiera. Todos influyen en la estabilidad.

 

Datos clave. No todos los países están igual de preparados para resistir una crisis. Algunos tienen más infraestructura, gobernanza o capital humano para afrontar el nuevo orden.

  • Según el índice regional de ADEN (abril 2025), Chile lidera con 81 puntos de competitividad, seguido por Uruguay (77) y Costa Rica (75.7). Guatemala figura en la parte baja del listado.

  • El índice considera 120 variables agrupadas en 10 áreas, como salud, educación, infraestructura, estabilidad macroeconómica y acceso a tecnología.

  • “La idea no es castigar, sino identificar fortalezas replicables”, explica. Por ejemplo, Guatemala puede aprender del sistema de salud chileno, que obtuvo 11.6 de 12 puntos posibles.

 

Entre líneas. Centroamérica muestra contrastes internos en su capacidad de respuesta. Mientras Costa Rica y Panamá avanzan, Guatemala enfrenta desafíos estructurales que limitan su competitividad.

  • Pese a su tamaño, Costa Rica y Panamá aparecen entre los mejores del ranking, mientras que México y Brasil quedan relegados.

  • Guatemala muestra buen desempeño institucional (7.8 puntos). No obstante, queda por debajo del promedio en cobertura de necesidades básicas y salud.

  • La región podría beneficiarse si China relocaliza producción en respuesta a los aranceles de estadounidenses. Sin embargo, eso dependerá de mejoras en su clima de negocios y estabilidad regulatoria.

 

Lo que sigue. El mapa comercial aún no está definido, y los próximos meses serán cruciales. Las empresas deben anticiparse a los cambios con información, agilidad y estrategia.

  • Han de fortalecer su capacidad de adaptación ante un entorno de cambios súbitos. “Todavía no sabemos qué productos serán ganadores o perdedores”.

  • A nivel país, urge invertir estratégicamente en las áreas más débiles, donde el impacto sea más alto.

  • En el corto plazo, habrá que leer con agudeza la letra pequeña del nuevo acuerdo. En el largo, como antídoto contra la incertidumbre será clave diversificar mercados, robustecer operaciones y apostar por la innovación.

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