El comercio electrónico en Guatemala, lejos de ser una tendencia temporal por el Covid-19, sigue creciendo y transformando los hábitos de consumo. Según el 5° Estudio Nacional de Comercio Electrónico de la CCG, hay un avance sostenido y general; desde ropa hasta servicios de alimentos. Ello refleja un cambio en los patrones de compra.
Panorama general. De acuerdo con la CCG más allá de un aumento en la frecuencia de compras en línea, ha habido un cambio sustancial en cómo empresas y consumidores guatemaltecos perciben el comercio digital.
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“Este año hemos visto cambios importantes en los productos que se compran en línea, destacando la ropa y las medicinas”, indica Josué Vinicio López, gerente general de la CCG.
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La industria del comercio electrónico amplía su alcance más allá de los productos convencionales, incursionando en sectores antes reservados para la venta física. María Canahuí, coordinadora del Departamento de Comercio Electrónico de la CCG, señala que capacitación y recursos a empresas locales son clave para fortalecerlo.
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“No solo se trata de adaptar las empresas al mundo digital, sino de transformarlas en entidades competentes y autónomas que puedan manejar y prosperar en este complejo ecosistema”, indica.
Entre líneas. La evolución del comportamiento del consumidor también ha sido evidenciada por un aumento en la confianza y diversificación en los métodos de pago.
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Plataformas de redes sociales, como Instagram, Facebook y Marketplace, se han consolidado como canales de venta importantes. “Los consumidores buscan cada vez más la comodidad y seguridad que las compras en línea ofrecen, lo que refleja una maduración en la percepción del e-commerce”, comenta Canahuí.
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Además, se ha observado una preferencia por métodos de pago más seguros, como transferencias bancarias y tarjetas, en lugar de efectivo o pago contra entrega. Esto indica una mayor confianza y una adaptación a las normativas globales de seguridad en transacciones.
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“El declive del efectivo y el aumento de los pagos digitales constatan una confianza renovada y una mejor experiencia de usuario”, añade López.
Datos. Según el estudio, en 2022 el 87% de los guatemaltecos reportó haber utilizado internet durante los últimos siete días. Un 26 señaló que había realizado compras en línea durante los tres meses anteriores.
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En términos empresariales, el impacto de la industria se evidencia en el aumento de la capacidad y la demanda laboral en el sector.
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En 2023, 2 de cada 10 empresas reportaron ventas de entre 15 000 y 24 000 productos. Y 6 de cada 10 experimentaron un aumento en ventas de entre 30 y 50% de junio de 2022 a junio de 2023.
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La demografía de los compradores electrónicos muestra que el área metropolitana continúa siendo el principal foco de ventas. Representó el 70% del total de las transacciones digitales en 2023.
Visto y no visto. Aunque este comercio está creciendo, enfrenta desafíos como la verificación de productos antes de comprar. Las empresas responden mejorando sus plataformas digitales, optimizando imágenes y descripciones de productos.
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“La inversión en mejorar la experiencia online es crucial para superar las barreras de desconfianza relacionadas con la calidad de los productos”, explica Canahuí.
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La mayor confianza se debe también a la educación del consumidor y las políticas de transparencia de las empresas.
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Con clientes más diestros en plataformas en línea y conscientes de sus derechos, las empresas deben adaptarse para satisfacer expectativas más altas.
Lo que sigue. A medida que Guatemala avanza hacia un futuro cada vez más digitalizado, el comercio electrónico se posiciona como un componente valioso de esta transformación.
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Para 2024, se estima que el 89% de las empresas considera que su actividad en este ámbito mejorará. Se apoyan en una estrategia de promoción más diversificada que incluye tanto medios digitales como tradicionales.
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Por eso, el 50% de ellas tiene la intención de invertir entre 11 y 25% de sus ventas en publicidad. Esto supone un incremento en comparación a 2022, cuando se buscaba invertir hasta 15%.
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“El comercio electrónico, más que una moda, es una realidad creciente y adaptable a las necesidades del mercado. Nuestra visión es fortalecer más este sector, proveyendo herramientas y conocimientos esenciales para prosperar digitalmente”, afirma Canahuí.
El comercio electrónico en Guatemala, lejos de ser una tendencia temporal por el Covid-19, sigue creciendo y transformando los hábitos de consumo. Según el 5° Estudio Nacional de Comercio Electrónico de la CCG, hay un avance sostenido y general; desde ropa hasta servicios de alimentos. Ello refleja un cambio en los patrones de compra.
Panorama general. De acuerdo con la CCG más allá de un aumento en la frecuencia de compras en línea, ha habido un cambio sustancial en cómo empresas y consumidores guatemaltecos perciben el comercio digital.
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“Este año hemos visto cambios importantes en los productos que se compran en línea, destacando la ropa y las medicinas”, indica Josué Vinicio López, gerente general de la CCG.
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La industria del comercio electrónico amplía su alcance más allá de los productos convencionales, incursionando en sectores antes reservados para la venta física. María Canahuí, coordinadora del Departamento de Comercio Electrónico de la CCG, señala que capacitación y recursos a empresas locales son clave para fortalecerlo.
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“No solo se trata de adaptar las empresas al mundo digital, sino de transformarlas en entidades competentes y autónomas que puedan manejar y prosperar en este complejo ecosistema”, indica.
Entre líneas. La evolución del comportamiento del consumidor también ha sido evidenciada por un aumento en la confianza y diversificación en los métodos de pago.
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Plataformas de redes sociales, como Instagram, Facebook y Marketplace, se han consolidado como canales de venta importantes. “Los consumidores buscan cada vez más la comodidad y seguridad que las compras en línea ofrecen, lo que refleja una maduración en la percepción del e-commerce”, comenta Canahuí.
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Además, se ha observado una preferencia por métodos de pago más seguros, como transferencias bancarias y tarjetas, en lugar de efectivo o pago contra entrega. Esto indica una mayor confianza y una adaptación a las normativas globales de seguridad en transacciones.
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“El declive del efectivo y el aumento de los pagos digitales constatan una confianza renovada y una mejor experiencia de usuario”, añade López.
Datos. Según el estudio, en 2022 el 87% de los guatemaltecos reportó haber utilizado internet durante los últimos siete días. Un 26 señaló que había realizado compras en línea durante los tres meses anteriores.
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En términos empresariales, el impacto de la industria se evidencia en el aumento de la capacidad y la demanda laboral en el sector.
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En 2023, 2 de cada 10 empresas reportaron ventas de entre 15 000 y 24 000 productos. Y 6 de cada 10 experimentaron un aumento en ventas de entre 30 y 50% de junio de 2022 a junio de 2023.
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La demografía de los compradores electrónicos muestra que el área metropolitana continúa siendo el principal foco de ventas. Representó el 70% del total de las transacciones digitales en 2023.
Visto y no visto. Aunque este comercio está creciendo, enfrenta desafíos como la verificación de productos antes de comprar. Las empresas responden mejorando sus plataformas digitales, optimizando imágenes y descripciones de productos.
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“La inversión en mejorar la experiencia online es crucial para superar las barreras de desconfianza relacionadas con la calidad de los productos”, explica Canahuí.
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La mayor confianza se debe también a la educación del consumidor y las políticas de transparencia de las empresas.
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Con clientes más diestros en plataformas en línea y conscientes de sus derechos, las empresas deben adaptarse para satisfacer expectativas más altas.
Lo que sigue. A medida que Guatemala avanza hacia un futuro cada vez más digitalizado, el comercio electrónico se posiciona como un componente valioso de esta transformación.
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Para 2024, se estima que el 89% de las empresas considera que su actividad en este ámbito mejorará. Se apoyan en una estrategia de promoción más diversificada que incluye tanto medios digitales como tradicionales.
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Por eso, el 50% de ellas tiene la intención de invertir entre 11 y 25% de sus ventas en publicidad. Esto supone un incremento en comparación a 2022, cuando se buscaba invertir hasta 15%.
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“El comercio electrónico, más que una moda, es una realidad creciente y adaptable a las necesidades del mercado. Nuestra visión es fortalecer más este sector, proveyendo herramientas y conocimientos esenciales para prosperar digitalmente”, afirma Canahuí.