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Alta tensión: Guatemala compite por capital energético

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Alice Utrera, Marcos Suárez Sipmann y Miguel Rodríguez
26 de junio, 2025

Guatemala anhela posicionarse como destino estratégico para la inversión energética en un contexto de alta competencia. Aunque cuenta con estabilidad macroeconómica y reglas claras, enfrenta desafíos estructurales que limitan su potencial. Bancos multilaterales y locales coinciden: hay oportunidades, pero también barreras por superar.

Por qué importa. El desarrollo energético es clave para el crecimiento económico, la competitividad regional y el nearshoring.

  • En los últimos 20 años, Guatemala ha atraído más de USD 20 000M en inversión. Para mantener ese ritmo se requiere una estrategia proactiva que combine financiamiento, sostenibilidad y gobernanza.

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  • Marcelino Madrigal, jefe de energía del BID, sostuvo que “la competencia por los fondos es global” y que Guatemala necesita demostrar rentabilidad y agilidad institucional frente a otros destinos.

  • “Si bien estabilidad macroeconómica y legislación vigente son ventajas, tramitología y transmisión son cuellos de botella críticos para escalar la inversión”, advirtió Luis Lara, gerente general de Banco Industrial.

Entre líneas.  El discurso optimista esconde tensiones internas que amenazan la expansión. Detrás de avances y entusiasmo por nuevas licitaciones como la PEG-5, persisten obstáculos estructurales que requieren atención inmediata.

  • Aunque el modelo eléctrico ha sido exitoso, el retraso en infraestructura de transmisión pone en duda su sostenibilidad futura. “Antes el reto era la generación, hoy es llevar esa energía”, detalló Madrigal.

  • Los multilaterales consideran que Guatemala está bien posicionada, pero insisten en que debe acelerar reformas regulatorias. BCIE y BID han identificado trabas en procesos ambientales y sociales que podrían resolverse digitalizando trámites, como ocurrió en Argentina y Chile, reduciendo tiempos hasta en 50 %.

  • La financiación no se frena por falta de recursos, sino por impedimentos de diseño institucional. “No es regular más, sino adaptar mejor”, reiteró Madrigal.

Voces. Esta inversión fue abordada como eje estratégico durante el Summit. Expertos coincidieron en que un marco estable e institucionalidad técnica han sido esenciales para atraer capital.

  • Enrique Crespo, CEO de CMI Capital, afirmó que el país ha sido destino de inversión privada en las últimas tres décadas, gracias a reglas claras y certeza jurídica.

  • El mercado eléctrico nacional es “lo más cercano al modelo de mercado perfecto”, señaló Luis Fernando Leal, director del ingenio Magdalena. Destacó que la participación mínima del Estado ha sido una ventaja.

  • Raúl Bouscayrol, presidente de la Cámara de Industria, apuntó que las industrias del futuro no solo usarán más energía, sino que necesitarán calidad. Esto obliga a gastar en líneas de transmisión y almacenamiento.

Ecos regionales. Guatemala y Centroamérica avanzan hacia un modelo energético más integrado, renovable y competitivo. La inversión privada cumple un rol protagónico ante la escasez de recursos públicos.

  • La región ha logrado una matriz con más del 80 % de renovables y precios estables, gracias a modelos que incentivan la participación privada en generación, transmisión y distribución.

  • El modelo guatemalteco destaca por su apuesta a largo plazo por mercados competitivos, licitaciones transparentes y reglas claras que generan ingresos previsibles al sector privado.

  • Los retos compartidos —demanda eléctrica al alza y acceso universal— requieren marcos regulatorios robustos, coordinación regional y visión común. Es ineludible mantener sistemas con tres piezas básicas funcionando en armonía: política pública clara, regulación técnica efectiva y operadores eficientes.

Lo que sigue. El sector eléctrico es un ejemplo de institucionalidad funcional y debe protegerse. Garantizar calidad, cobertura y equilibrio tecnológico es crucial para sostener el crecimiento.

  • Industrialización y urbanización han aumentado la demanda, lo que obliga a robustecer la red, diversificar tecnologías y priorizar la calidad del suministro.

  • No basta celebrar el modelo actual. Debe evitarse el error de algunos países vecinos que politizaron sus sistemas eléctricos y hoy enfrentan apagones o deuda estructural.

  • El impacto social de la inversión en energía es palpable. Ampliar cobertura eléctrica, modernizar infraestructura y disminuir costos, son pasos fundamentales para cerrar brechas, impulsar la productividad y mejorar la calidad de vida de millones de centroamericanos.

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Alta tensión: Guatemala compite por capital energético

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Alice Utrera, Marcos Suárez Sipmann y Miguel Rodríguez
26 de junio, 2025

Guatemala anhela posicionarse como destino estratégico para la inversión energética en un contexto de alta competencia. Aunque cuenta con estabilidad macroeconómica y reglas claras, enfrenta desafíos estructurales que limitan su potencial. Bancos multilaterales y locales coinciden: hay oportunidades, pero también barreras por superar.

Por qué importa. El desarrollo energético es clave para el crecimiento económico, la competitividad regional y el nearshoring.

  • En los últimos 20 años, Guatemala ha atraído más de USD 20 000M en inversión. Para mantener ese ritmo se requiere una estrategia proactiva que combine financiamiento, sostenibilidad y gobernanza.

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  • Marcelino Madrigal, jefe de energía del BID, sostuvo que “la competencia por los fondos es global” y que Guatemala necesita demostrar rentabilidad y agilidad institucional frente a otros destinos.

  • “Si bien estabilidad macroeconómica y legislación vigente son ventajas, tramitología y transmisión son cuellos de botella críticos para escalar la inversión”, advirtió Luis Lara, gerente general de Banco Industrial.

Entre líneas.  El discurso optimista esconde tensiones internas que amenazan la expansión. Detrás de avances y entusiasmo por nuevas licitaciones como la PEG-5, persisten obstáculos estructurales que requieren atención inmediata.

  • Aunque el modelo eléctrico ha sido exitoso, el retraso en infraestructura de transmisión pone en duda su sostenibilidad futura. “Antes el reto era la generación, hoy es llevar esa energía”, detalló Madrigal.

  • Los multilaterales consideran que Guatemala está bien posicionada, pero insisten en que debe acelerar reformas regulatorias. BCIE y BID han identificado trabas en procesos ambientales y sociales que podrían resolverse digitalizando trámites, como ocurrió en Argentina y Chile, reduciendo tiempos hasta en 50 %.

  • La financiación no se frena por falta de recursos, sino por impedimentos de diseño institucional. “No es regular más, sino adaptar mejor”, reiteró Madrigal.

Voces. Esta inversión fue abordada como eje estratégico durante el Summit. Expertos coincidieron en que un marco estable e institucionalidad técnica han sido esenciales para atraer capital.

  • Enrique Crespo, CEO de CMI Capital, afirmó que el país ha sido destino de inversión privada en las últimas tres décadas, gracias a reglas claras y certeza jurídica.

  • El mercado eléctrico nacional es “lo más cercano al modelo de mercado perfecto”, señaló Luis Fernando Leal, director del ingenio Magdalena. Destacó que la participación mínima del Estado ha sido una ventaja.

  • Raúl Bouscayrol, presidente de la Cámara de Industria, apuntó que las industrias del futuro no solo usarán más energía, sino que necesitarán calidad. Esto obliga a gastar en líneas de transmisión y almacenamiento.

Ecos regionales. Guatemala y Centroamérica avanzan hacia un modelo energético más integrado, renovable y competitivo. La inversión privada cumple un rol protagónico ante la escasez de recursos públicos.

  • La región ha logrado una matriz con más del 80 % de renovables y precios estables, gracias a modelos que incentivan la participación privada en generación, transmisión y distribución.

  • El modelo guatemalteco destaca por su apuesta a largo plazo por mercados competitivos, licitaciones transparentes y reglas claras que generan ingresos previsibles al sector privado.

  • Los retos compartidos —demanda eléctrica al alza y acceso universal— requieren marcos regulatorios robustos, coordinación regional y visión común. Es ineludible mantener sistemas con tres piezas básicas funcionando en armonía: política pública clara, regulación técnica efectiva y operadores eficientes.

Lo que sigue. El sector eléctrico es un ejemplo de institucionalidad funcional y debe protegerse. Garantizar calidad, cobertura y equilibrio tecnológico es crucial para sostener el crecimiento.

  • Industrialización y urbanización han aumentado la demanda, lo que obliga a robustecer la red, diversificar tecnologías y priorizar la calidad del suministro.

  • No basta celebrar el modelo actual. Debe evitarse el error de algunos países vecinos que politizaron sus sistemas eléctricos y hoy enfrentan apagones o deuda estructural.

  • El impacto social de la inversión en energía es palpable. Ampliar cobertura eléctrica, modernizar infraestructura y disminuir costos, son pasos fundamentales para cerrar brechas, impulsar la productividad y mejorar la calidad de vida de millones de centroamericanos.

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