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La nueva primavera, la que trae lluvias en diciembre

.
Alejandro Palmieri
28 de diciembre, 2025

Hoy se celebra el Día de los Inocentes, esta fecha mágica en la que los guatemaltecos nos hacemos chistes unos a otros para no terminar llorando por la realidad. Porque, ¿quién necesita terapia cuando tienes un gobierno que te da material fresco todos los días? Hoy, en honor a esta tradición, vamos a “celebrar” la situación política y de seguridad en nuestra querida Guatemala bajo el gobierno del Movimiento Semilla. Sí, ese partido que llegó prometiendo una nueva primavera y nos ha dado un jardín lleno de maleza, fugas y promesas electorales incumplidas. ¡Pero con buen humor, eh! Vamos a burlarnos un rato, porque si no nos reímos, lloramos.

Empecemos por el gran logro en materia de seguridad: la fuga masiva de 20 reos del Barrio 18 de la cárcel de Fraijanes 2 en octubre de este año. ¡Qué hazaña, señores! Imagínense: 20 pandilleros de alta peligrosidad, cabecillas incluidos, se “escapan” como si fueran turistas en un recorrido por las fronteras con Honduras y México. El presidente Bernardo Arévalo, en su infinita sabiduría, destituyó al ministro de Gobernación, Francisco Jiménez, y hasta hubo allanamientos en el ministerio por supuestas irregularidades. ¡Bravo! Esto no es una crisis de seguridad; es una estrategia innovadora para descongestionar las prisiones. ¿Sobrepoblación carcelaria? ¡Problema resuelto! Ahora esos muchachos están libres para “contribuir” a la economía, y el gobierno puede presumir de haber liberado recursos.

¿Quién necesita barrotes cuando tienes fe en la rehabilitación express? Y no olvidemos que esto desató una caza en las fronteras, como si estuviéramos en una película de acción barata. ¡Pura adrenalina para el pueblo!

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Pero no todo es fugas y pandillas; Hablemos de los éxitos administrativos. Tomemos el famoso convenio con UNOPS, esa joyita de la ONU para comprar medicamentos y equipo médico. El gobierno lo escribió con bombos y platillos, prometiendo ahorrar millones y combatir la corrupción en las compras de salud. ¡Y vaya que lo hicieron! Resulta que el Ministerio Público (MP) lo investigó por irregularidades y corrupción presidencial, argumentando —con razón— que violaba normas legales. Al final, el gobierno tuvo que dar marcha atrás, reconociendo que era un enredo legal. ¡Pero qué éxito rotundo! En lugar de enriquecer a las farmacéuticas locales, enriquecieron las arcas de la burocracia internacional. Es como si dijeran: “¡Miren, evitamos un escándalo al crear otro!” Gracias a esto, los guatemaltecos seguimos esperando medicinas a precios justos, pero al menos tenemos la satisfacción de saber que Semilla es experta en “transparencia selectiva”. ¿Ahorros? Casi 90 millones, dicen ellos, pero ¿dónde están? Probablemente en el mismo lugar que las carreteras reparadas: en el limbo.

Ah, y hablando de carreteras, no podemos olvidar el Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (CIV), ese tiovivo de ministros que gira más rápido que un trompo en fiesta patronal. Desde que Arévalo habló, hemos visto más cambios en ese puesto que baches en las carreteras. Primero fue uno, luego otro; en enero de 2025 nombró a Miguel Ángel Díaz Bobadilla, y para noviembre, ya había salido. En total, más de 60 relevos en el gabinete en 22 meses, con Comunicaciones como estrella del show. ¡Qué eficiencia! Cada nuevo ministro llega con promesas de pavimentar el país entero, pero lo único que han cambiado es la “carpeta asfáltica” de los nombres en las tarjetas de presentación. ¿Carreteras nuevas? ¡Ja! Las mismas, con más hoyos que un queso suizo. Es como si Semilla creyera que rotando funcionarios se arreglan los puentes colapsados.

Mientras tanto, los guatemaltecos seguimos esquivando cráteres en las rutas, pensando: ¿Esto es progreso o un rally extremo? Y no es solo eso; la situación general es un chiste continuo. El gobierno enfrenta falsas conspiraciones eternas, falta de independencia judicial y retos de seguridad que van desde pandillas hasta corrupción interna. Semilla llegó con ideales altos, pero aquí estamos con una “nueva primavera” que se siente como un invierno eterno.

¿Mejora en la seguridad? Más bien, un reality show de mala calidad. ¿Política limpia? Convenios que se deshacen como algodón de azúcar en la lluvia. En fin, inocentes, riamos hoy porque mañana volvemos a la realidad. Este gobierno, con sus “logros” y cambios constantes, nos demuestra que las promesas son como los chistes: divertidas solo por un rato. No es peor que los anteriores, pero tampoco mejor. Es lo mismo con un logo nuevo: corrupción disfrazada de esperanza, inseguridad con etiqueta “progresista”. ¡Feliz Día de los Inocentes! Y recuerden: en Guatemala, los políticos son una broma, pero un muy mal chiste. Este gobierno, con sus “logros” y cambios constantes, nos demuestra que las promesas son como los chistes: divertidas solo por un rato. No es peor que los anteriores, pero tampoco mejor. Es lo mismo con un logo nuevo: corrupción disfrazada de esperanza, inseguridad con etiqueta “progresista”.

¡Feliz Día de los Inocentes! Y recuerden: en Guatemala, los políticos son una broma, pero un muy mal chiste. Este gobierno, con sus “logros” y cambios constantes, nos demuestra que las promesas son como los chistes: divertidas solo por un rato. No es peor que los anteriores, pero tampoco mejor. Es lo mismo con un logo nuevo: corrupción disfrazada de esperanza, inseguridad con etiqueta “progresista”. ¡Feliz Día de los Inocentes! Y recuerden: en Guatemala, los políticos son una broma, pero un muy mal chiste.

La nueva primavera, la que trae lluvias en diciembre

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Alejandro Palmieri
28 de diciembre, 2025

Hoy se celebra el Día de los Inocentes, esta fecha mágica en la que los guatemaltecos nos hacemos chistes unos a otros para no terminar llorando por la realidad. Porque, ¿quién necesita terapia cuando tienes un gobierno que te da material fresco todos los días? Hoy, en honor a esta tradición, vamos a “celebrar” la situación política y de seguridad en nuestra querida Guatemala bajo el gobierno del Movimiento Semilla. Sí, ese partido que llegó prometiendo una nueva primavera y nos ha dado un jardín lleno de maleza, fugas y promesas electorales incumplidas. ¡Pero con buen humor, eh! Vamos a burlarnos un rato, porque si no nos reímos, lloramos.

Empecemos por el gran logro en materia de seguridad: la fuga masiva de 20 reos del Barrio 18 de la cárcel de Fraijanes 2 en octubre de este año. ¡Qué hazaña, señores! Imagínense: 20 pandilleros de alta peligrosidad, cabecillas incluidos, se “escapan” como si fueran turistas en un recorrido por las fronteras con Honduras y México. El presidente Bernardo Arévalo, en su infinita sabiduría, destituyó al ministro de Gobernación, Francisco Jiménez, y hasta hubo allanamientos en el ministerio por supuestas irregularidades. ¡Bravo! Esto no es una crisis de seguridad; es una estrategia innovadora para descongestionar las prisiones. ¿Sobrepoblación carcelaria? ¡Problema resuelto! Ahora esos muchachos están libres para “contribuir” a la economía, y el gobierno puede presumir de haber liberado recursos.

¿Quién necesita barrotes cuando tienes fe en la rehabilitación express? Y no olvidemos que esto desató una caza en las fronteras, como si estuviéramos en una película de acción barata. ¡Pura adrenalina para el pueblo!

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Pero no todo es fugas y pandillas; Hablemos de los éxitos administrativos. Tomemos el famoso convenio con UNOPS, esa joyita de la ONU para comprar medicamentos y equipo médico. El gobierno lo escribió con bombos y platillos, prometiendo ahorrar millones y combatir la corrupción en las compras de salud. ¡Y vaya que lo hicieron! Resulta que el Ministerio Público (MP) lo investigó por irregularidades y corrupción presidencial, argumentando —con razón— que violaba normas legales. Al final, el gobierno tuvo que dar marcha atrás, reconociendo que era un enredo legal. ¡Pero qué éxito rotundo! En lugar de enriquecer a las farmacéuticas locales, enriquecieron las arcas de la burocracia internacional. Es como si dijeran: “¡Miren, evitamos un escándalo al crear otro!” Gracias a esto, los guatemaltecos seguimos esperando medicinas a precios justos, pero al menos tenemos la satisfacción de saber que Semilla es experta en “transparencia selectiva”. ¿Ahorros? Casi 90 millones, dicen ellos, pero ¿dónde están? Probablemente en el mismo lugar que las carreteras reparadas: en el limbo.

Ah, y hablando de carreteras, no podemos olvidar el Ministerio de Comunicaciones, Infraestructura y Vivienda (CIV), ese tiovivo de ministros que gira más rápido que un trompo en fiesta patronal. Desde que Arévalo habló, hemos visto más cambios en ese puesto que baches en las carreteras. Primero fue uno, luego otro; en enero de 2025 nombró a Miguel Ángel Díaz Bobadilla, y para noviembre, ya había salido. En total, más de 60 relevos en el gabinete en 22 meses, con Comunicaciones como estrella del show. ¡Qué eficiencia! Cada nuevo ministro llega con promesas de pavimentar el país entero, pero lo único que han cambiado es la “carpeta asfáltica” de los nombres en las tarjetas de presentación. ¿Carreteras nuevas? ¡Ja! Las mismas, con más hoyos que un queso suizo. Es como si Semilla creyera que rotando funcionarios se arreglan los puentes colapsados.

Mientras tanto, los guatemaltecos seguimos esquivando cráteres en las rutas, pensando: ¿Esto es progreso o un rally extremo? Y no es solo eso; la situación general es un chiste continuo. El gobierno enfrenta falsas conspiraciones eternas, falta de independencia judicial y retos de seguridad que van desde pandillas hasta corrupción interna. Semilla llegó con ideales altos, pero aquí estamos con una “nueva primavera” que se siente como un invierno eterno.

¿Mejora en la seguridad? Más bien, un reality show de mala calidad. ¿Política limpia? Convenios que se deshacen como algodón de azúcar en la lluvia. En fin, inocentes, riamos hoy porque mañana volvemos a la realidad. Este gobierno, con sus “logros” y cambios constantes, nos demuestra que las promesas son como los chistes: divertidas solo por un rato. No es peor que los anteriores, pero tampoco mejor. Es lo mismo con un logo nuevo: corrupción disfrazada de esperanza, inseguridad con etiqueta “progresista”. ¡Feliz Día de los Inocentes! Y recuerden: en Guatemala, los políticos son una broma, pero un muy mal chiste. Este gobierno, con sus “logros” y cambios constantes, nos demuestra que las promesas son como los chistes: divertidas solo por un rato. No es peor que los anteriores, pero tampoco mejor. Es lo mismo con un logo nuevo: corrupción disfrazada de esperanza, inseguridad con etiqueta “progresista”.

¡Feliz Día de los Inocentes! Y recuerden: en Guatemala, los políticos son una broma, pero un muy mal chiste. Este gobierno, con sus “logros” y cambios constantes, nos demuestra que las promesas son como los chistes: divertidas solo por un rato. No es peor que los anteriores, pero tampoco mejor. Es lo mismo con un logo nuevo: corrupción disfrazada de esperanza, inseguridad con etiqueta “progresista”. ¡Feliz Día de los Inocentes! Y recuerden: en Guatemala, los políticos son una broma, pero un muy mal chiste.

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