La EPA vuelve a mostrar el fracaso de las políticas de Sánchez
El ministerio de Economía se ha apresurado a parar la iniciativa del INE que buscaba dar los datos de desempleo incluyendo fijos discontinuos inactivos.
Afirman que no es “injerencia”, sino que quieren que sea metodológicamente correcto. Es hilarante. Por eso se niegan a dar los datos de paro, incluyendo a los demandantes de empleo no contabilizados como parados oficiales.
Pues bien, se los daremos nosotros.
No hay récord de empleo. La EPA no contabiliza como parados a los 736.528 fijos discontinuos inactivos, ni a los 10.518 afectados por ERTES de fin de junio.
La cifra total de desocupados apuntados al SEPE se sitúa por encima de los 3,14 millones en junio, prácticamente igual que en junio 2018 (3,18 millones).
Queda por encima de los 3,4 millones cada diciembre. Es decir, el paro efectivo en España no baja desde 2018.
No hay récord de empleo cuando la tasa de actividad de junio de 2025, 59,9%, es prácticamente la misma que en junio de 2018, 58,80 %.
De hecho, en diciembre de 2024 la tasa de actividad se quedó en 58,9 % comparado con 58,6 % en diciembre 2018.
Como explica Pedro J. Ramíez el jueves pasado, la mayoría del aumento de 267.000 personas en la población activa se debe a la necesidad de mano de obra intensiva por el verano, y a la llegada de inmigrantes, que suponen un 31 % de los incorporados (82.700).
De hecho, la tasa de actividad entre españoles está estancada, un 57,3 % en junio de 2018 y un 57,34 % en junio de 2025.
Entre junio de 2018 y junio de 2025, el empleo público en España, pagado con deuda, ha aumentado en aproximadamente 600,000 personas, un crecimiento aproximado del 24 % desde la llegada de Pedro Sánchez al gobierno.
La afiliación en España está dopada con casi 600 000 pluriempleos, un aumento constante del empleo público pagado con deuda y el aumento de afiliaciones de contratos sin apenas remuneración.
La evidencia del fracaso de la política de empleo de Sánchez se ve en las horas trabajadas por afiliación, que han bajado de 34,5 a 33 horas semanales.
El gobierno de Sánchez ha conseguido reducir la semana laboral disparando la precariedad, por eso la precariedad real no baja, ya que la duración de los contratos no ha mejorado.
El aumento de empleo “de calidad” que venden Sánchez y su gobierno es llamar “fijo” a contratos de tres meses o menos.
El gobierno de Sánchez ha despilfarrado el mayor estímulo monetario y fiscal de la historia de la democracia.
La duración media de los contratos temporales se situaba en 52,5 días en junio de 2018 y se ha desplomado a 40 días.
Es el fenómeno de los llamados «contratos cerilla» (muy corta duración), que se ha intensificado, con un 65 % de los contratos temporales que duran menos de un mes y un repunte de la rotación contractual.
Con los datos de la EPA, la tasa de empleo se situaría en un 54 %, un aumento de solo 4,8 puntos en toda la etapa de Sánchez.
La tasa de empleo calculada por Eurostat, proporción de ocupados sobre el total de la población de 20 a 64 años, se sitúa significativamente por debajo de la media de la Unión Europea y de países como Portugal.
La euforia con la que los gobiernos hablan de desempleo en España siempre es peligrosa, porque lleva a que se ignoren los problemas que se han acumulado durante años.
Sin embargo, el nivel de propaganda y euforia del gobierno de Sánchez supera todos los límites, y encima viene tras hacer el mayor cambio normativo y estadístico de la historia reciente, que hace que las cifras de paro sean imposibles de comparar sin incluir ese enorme impacto.
El número de fijos discontinuos inactivos se ha disparado tras el cambio normativo que obliga a los contratos de obra y servicio y estacionales a hacerse “fijos discontinuos”.
Se ha convertido en una figura que se usaba como puente para llegar a contratos estables de calidad, en una figura que esconde parados cuando esas personas no trabajan, ya que no aparecen en las cifras oficiales de paro.
Así, los fijos discontinuos inactivos en junio de 2025 son más del triple que los que se registraron en junio de 2018.
Los 736.258 fijos discontinuos inactivos no son un éxito de empleo ni de estabilidad, sino un ejercicio de maquillaje estadístico por cambio normativo.
Es más, si al gobierno le preocupase de verdad el empleo de calidad y la estabilidad, estaría alarmado ante la cifra de más de 4 millones de demandantes de empleo y el descenso de la duración de los contratos y las horas trabajadas.
Sin embargo, al socialismo no le importa el empleo, sino disfrazarlo.
El paro efectivo no baja, la afiliación dopada por pluriempleo, horas trabajadas y duración de contratos es peor que en 2018 y tasa de actividad estancada.
Esta EPA es un fracaso en sí misma, pero es todavía más alarmante cuando tenemos en cuenta que el gobierno de Sánchez ha despilfarrado el mayor estímulo monetario y fiscal de la historia de la democracia.
La EPA vuelve a mostrar el fracaso de las políticas de Sánchez
El ministerio de Economía se ha apresurado a parar la iniciativa del INE que buscaba dar los datos de desempleo incluyendo fijos discontinuos inactivos.
Afirman que no es “injerencia”, sino que quieren que sea metodológicamente correcto. Es hilarante. Por eso se niegan a dar los datos de paro, incluyendo a los demandantes de empleo no contabilizados como parados oficiales.
Pues bien, se los daremos nosotros.
No hay récord de empleo. La EPA no contabiliza como parados a los 736.528 fijos discontinuos inactivos, ni a los 10.518 afectados por ERTES de fin de junio.
La cifra total de desocupados apuntados al SEPE se sitúa por encima de los 3,14 millones en junio, prácticamente igual que en junio 2018 (3,18 millones).
Queda por encima de los 3,4 millones cada diciembre. Es decir, el paro efectivo en España no baja desde 2018.
No hay récord de empleo cuando la tasa de actividad de junio de 2025, 59,9%, es prácticamente la misma que en junio de 2018, 58,80 %.
De hecho, en diciembre de 2024 la tasa de actividad se quedó en 58,9 % comparado con 58,6 % en diciembre 2018.
Como explica Pedro J. Ramíez el jueves pasado, la mayoría del aumento de 267.000 personas en la población activa se debe a la necesidad de mano de obra intensiva por el verano, y a la llegada de inmigrantes, que suponen un 31 % de los incorporados (82.700).
De hecho, la tasa de actividad entre españoles está estancada, un 57,3 % en junio de 2018 y un 57,34 % en junio de 2025.
Entre junio de 2018 y junio de 2025, el empleo público en España, pagado con deuda, ha aumentado en aproximadamente 600,000 personas, un crecimiento aproximado del 24 % desde la llegada de Pedro Sánchez al gobierno.
La afiliación en España está dopada con casi 600 000 pluriempleos, un aumento constante del empleo público pagado con deuda y el aumento de afiliaciones de contratos sin apenas remuneración.
La evidencia del fracaso de la política de empleo de Sánchez se ve en las horas trabajadas por afiliación, que han bajado de 34,5 a 33 horas semanales.
El gobierno de Sánchez ha conseguido reducir la semana laboral disparando la precariedad, por eso la precariedad real no baja, ya que la duración de los contratos no ha mejorado.
El aumento de empleo “de calidad” que venden Sánchez y su gobierno es llamar “fijo” a contratos de tres meses o menos.
El gobierno de Sánchez ha despilfarrado el mayor estímulo monetario y fiscal de la historia de la democracia.
La duración media de los contratos temporales se situaba en 52,5 días en junio de 2018 y se ha desplomado a 40 días.
Es el fenómeno de los llamados «contratos cerilla» (muy corta duración), que se ha intensificado, con un 65 % de los contratos temporales que duran menos de un mes y un repunte de la rotación contractual.
Con los datos de la EPA, la tasa de empleo se situaría en un 54 %, un aumento de solo 4,8 puntos en toda la etapa de Sánchez.
La tasa de empleo calculada por Eurostat, proporción de ocupados sobre el total de la población de 20 a 64 años, se sitúa significativamente por debajo de la media de la Unión Europea y de países como Portugal.
La euforia con la que los gobiernos hablan de desempleo en España siempre es peligrosa, porque lleva a que se ignoren los problemas que se han acumulado durante años.
Sin embargo, el nivel de propaganda y euforia del gobierno de Sánchez supera todos los límites, y encima viene tras hacer el mayor cambio normativo y estadístico de la historia reciente, que hace que las cifras de paro sean imposibles de comparar sin incluir ese enorme impacto.
El número de fijos discontinuos inactivos se ha disparado tras el cambio normativo que obliga a los contratos de obra y servicio y estacionales a hacerse “fijos discontinuos”.
Se ha convertido en una figura que se usaba como puente para llegar a contratos estables de calidad, en una figura que esconde parados cuando esas personas no trabajan, ya que no aparecen en las cifras oficiales de paro.
Así, los fijos discontinuos inactivos en junio de 2025 son más del triple que los que se registraron en junio de 2018.
Los 736.258 fijos discontinuos inactivos no son un éxito de empleo ni de estabilidad, sino un ejercicio de maquillaje estadístico por cambio normativo.
Es más, si al gobierno le preocupase de verdad el empleo de calidad y la estabilidad, estaría alarmado ante la cifra de más de 4 millones de demandantes de empleo y el descenso de la duración de los contratos y las horas trabajadas.
Sin embargo, al socialismo no le importa el empleo, sino disfrazarlo.
El paro efectivo no baja, la afiliación dopada por pluriempleo, horas trabajadas y duración de contratos es peor que en 2018 y tasa de actividad estancada.
Esta EPA es un fracaso en sí misma, pero es todavía más alarmante cuando tenemos en cuenta que el gobierno de Sánchez ha despilfarrado el mayor estímulo monetario y fiscal de la historia de la democracia.