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De todo un poco

Carolina Castellanos
31 de julio, 2020

Ha sido difícil escribir en estos tiempos pues está sucediendo mucho y, si lo vemos desde otra perspectiva, no están sucediendo grandes cosas. Todo gira en torno al mismo tema. Platicando con diversas personas a lo largo de estos casi cinco meses, los sentimientos van desde desesperanza hasta optimismo, pasando por miedo, preocupación, incertidumbre y un largo etcétera.  

Haciendo un listado de lo que sí está pasando, tenemos cuarentena, restricciones, quejas, miedo, uso de mascarillas, desempleo. También frustración, penas económicas, de salud, etc.

Del lado positivo tenemos la reinvención de muchos negocios, cientos de nuevos emprendimientos, nuevas formas de aprender, más tiempo con la familia, conferencias virtuales gratuitas de todo tipo de temas, cursos en línea, entretenimiento gratuito y muchas cosas más.

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Mientras todos estamos con nuestras vidas enmarcadas en el coronavirus, los nefastos de siempre han aprovechado la situación.  Como reza el viejo refrán, “en río revuelto, ganancia de pescadores”.  Las invasiones a fincas se siguen dando, sin consecuencias. Pobladores organizados entran por la fuerza, queman plantaciones y se instalan. El desastroso sistema de justicia no actúa, y tampoco la fuerza pública. 

Los oenegeros están heridos. El grupo de los más “desilustres” de ese grupo envió una carta a la Presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, quejándose del sistema de justicia. Son ellos quienes lo tienen tomado y corrupto. Son ellos quienes se han opuesto a la “intervención gringa” en Guatemala y ahora se quejan con la “mera jefa” de la Cámara Alta.

Paralelamente a esto, el clima social y empresarial está muy dañado. Entre quejas, reclamos, insultos, acusaciones sin pruebas y los “expertos” en la pandemia “revolviendo el hormiguero”, me pregunto si habrá vuelta atrás cuando ya estemos libres del virus. ¿Seremos mejores que antes? ¿Estamos aprendiendo algunas lecciones?  Quisiera pensar que sí, aunque aquí y ahora no estoy tan optimista.   

Tenemos a nuestra Guate altamente endeudada, entre lo que ya venía, lo que pidió el gobierno y lo que el Congreso aprobó, que fue mucho más de lo solicitado.  Siempre tienen “compromisos personales” que cumplir y lo hacen con nuestro dinero.  ¿Qué tal? Así de verdad que no se puede progresar.

El miedo a contagiarse seguirá latente por un buen tiempo y esto no ayuda.  Nos enojamos más rápido y por cualquier cosa, tomamos medidas extremas que molestan a otros y los “sabelotodos” se niegan a usar mascarilla, poniendo en riesgo a quienes los rodean.

Al inicio de la pandemia circuló una teoría de conspiración respecto a que el coronavirus era el arma que utilizaron quienes están detrás de imponer el “nuevo orden mundial” un sistema totalitario donde todos están sometidos a una gran autoridad déspota y dictatorial. No tengo forma de saber si esto es cierto o no. Lo que sí es una realidad es que estos sistemas inician cooptando el sistema de justicia (ya sucede en la corte de constitucionalidad) y causando división en la población. De allí surgen los movimientos pro aborto, feministas, todos y todas y tanta cosa.  Las divisiones que se crean entre los que están a favor y los en contra, son los espacios para implantar estos sistemas. Guatemala ahora está más dividida que nunca.  No quiero creer que caímos en una trampa.

Sea lo que sea, pase lo que pase, hay muchísimo que reconstruir, más allá de la economía y la salud. Tomará tiempo, actitud positiva y proactiva, liderazgos pequeños y grandes a lo largo y ancho del país, mucha solidaridad y apoyo de unos a otros. Ojalá todos contribuyamos en nuestro metro cuadrado.

De todo un poco

Carolina Castellanos
31 de julio, 2020

Ha sido difícil escribir en estos tiempos pues está sucediendo mucho y, si lo vemos desde otra perspectiva, no están sucediendo grandes cosas. Todo gira en torno al mismo tema. Platicando con diversas personas a lo largo de estos casi cinco meses, los sentimientos van desde desesperanza hasta optimismo, pasando por miedo, preocupación, incertidumbre y un largo etcétera.  

Haciendo un listado de lo que sí está pasando, tenemos cuarentena, restricciones, quejas, miedo, uso de mascarillas, desempleo. También frustración, penas económicas, de salud, etc.

Del lado positivo tenemos la reinvención de muchos negocios, cientos de nuevos emprendimientos, nuevas formas de aprender, más tiempo con la familia, conferencias virtuales gratuitas de todo tipo de temas, cursos en línea, entretenimiento gratuito y muchas cosas más.

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Los oenegeros están heridos. El grupo de los más “desilustres” de ese grupo envió una carta a la Presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, quejándose del sistema de justicia. Son ellos quienes lo tienen tomado y corrupto. Son ellos quienes se han opuesto a la “intervención gringa” en Guatemala y ahora se quejan con la “mera jefa” de la Cámara Alta.

Paralelamente a esto, el clima social y empresarial está muy dañado. Entre quejas, reclamos, insultos, acusaciones sin pruebas y los “expertos” en la pandemia “revolviendo el hormiguero”, me pregunto si habrá vuelta atrás cuando ya estemos libres del virus. ¿Seremos mejores que antes? ¿Estamos aprendiendo algunas lecciones?  Quisiera pensar que sí, aunque aquí y ahora no estoy tan optimista.   

Tenemos a nuestra Guate altamente endeudada, entre lo que ya venía, lo que pidió el gobierno y lo que el Congreso aprobó, que fue mucho más de lo solicitado.  Siempre tienen “compromisos personales” que cumplir y lo hacen con nuestro dinero.  ¿Qué tal? Así de verdad que no se puede progresar.

El miedo a contagiarse seguirá latente por un buen tiempo y esto no ayuda.  Nos enojamos más rápido y por cualquier cosa, tomamos medidas extremas que molestan a otros y los “sabelotodos” se niegan a usar mascarilla, poniendo en riesgo a quienes los rodean.

Al inicio de la pandemia circuló una teoría de conspiración respecto a que el coronavirus era el arma que utilizaron quienes están detrás de imponer el “nuevo orden mundial” un sistema totalitario donde todos están sometidos a una gran autoridad déspota y dictatorial. No tengo forma de saber si esto es cierto o no. Lo que sí es una realidad es que estos sistemas inician cooptando el sistema de justicia (ya sucede en la corte de constitucionalidad) y causando división en la población. De allí surgen los movimientos pro aborto, feministas, todos y todas y tanta cosa.  Las divisiones que se crean entre los que están a favor y los en contra, son los espacios para implantar estos sistemas. Guatemala ahora está más dividida que nunca.  No quiero creer que caímos en una trampa.

Sea lo que sea, pase lo que pase, hay muchísimo que reconstruir, más allá de la economía y la salud. Tomará tiempo, actitud positiva y proactiva, liderazgos pequeños y grandes a lo largo y ancho del país, mucha solidaridad y apoyo de unos a otros. Ojalá todos contribuyamos en nuestro metro cuadrado.

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