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Betty Marroquin
03 de julio, 2018

Algunos vieron el que haya ganado los Republicanos en los EEUU, Arena en El Salvador, la Alianza Cambiemos en Argentina y el Partido Centro Democrático en Colombia como una señal de que la nueva tendencia en el Hemisferio era hacia la derecha. Luego vienen las elecciones en México y gana el candidato de izquierda, y nuevamente es tema que la tendencia sea a la izquierda. Sea una que otra lo que las elecciones reflejan es un gran descontento con el sistema actual (donde hay gobierno de izquierda quieren uno de derecha y viceversa). Lo interesante es pues buscar los puntos de convergencia porque el mundo realmente está cada vez más polarizado y eso sólo nos puede llevar a la debacle.

Quienes nos consideramos de derecha quizás debiéramos deternos a analizar como es el nuevo izquierdista y puede que nos sorprendamos. Al igual que al de derecha, al izquierdista moderno le gusta la parranda y el buen vino, usa la tecnología y no piensa renunciar a su teléfono inteligente ni a su cine, ni a su música, y menos a su computadora por nada del mundo. Le gusta la buena vida, las vacaciones y los placeres mundanos igual que al de derecha. Vemos en Argentina, en Ecuador, en Bolivia, en Nicaragua o en El Salvador que la gente siguió viviendo bajo gobierno socialistoides, a pesar de ese movimiento mundial para anular todo lo que remotamente huela a tradicionalismo o conservadurismo. Exceptuando Venezuela, el resto de países de tendencia izquierdista no llegaron al temido comunismo que tanto pavor nos causa a los amantes de la libertad. Si bien el tejido social de sus países puede haber sido alterado.

En un país tan conservador como el nuestro, dudo mucho que un gobierno de izquierda logre anular completamente a la oposición, aniquilar a la comunidad religiosa, instituir el aborto como norma práctica. Puede que haya reforma agraria, estatización, expropiación, nacionalización, son posibilidades. Pero de posibilidad a realidad hay un trecho.

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Curiosamente, son los países dónde ya gobernó la izquierda dónde la derecha ha retomado el poder. ¿Eso, qué nos indica? Quizás que vale la pena dejar a la izquierda gobernar para que tengan su oportunidad de realizar los tan famosos cambios que proponen, y o demuestren que si tienen el bien del país como objetivo y que no son los oportunistas que algunos tememos que sean, o bien, fallen y el pueblo vea finalmente que el populismo no es lo que más le conviene.

Han sido muchas las manifestaciones de temor y desconfianza ante las elecciones de México. Espero de todo corazón que el nuevo líder si tenga el bien de México en mente y no haga cosas que puedan dañar su economía y progreso. Desearle el bien creo que es lo más correcto, aunque no fuera un candidato de mi elección. Interesante cuanto énfasis ha dado López Obrador a la importancia de la soberanía, contrario a lo que sus pares hacen en Guatemala.

Es natural temer lo que se desconoce. Personalmente, creo que hay gente buena y oportunistas en ambos extremos ideológicos, la cuestión es que calidad humana tenga quien llegue al poder. En menos de 12 meses habremos elegido nuevo Presidente. Preocupante, sin duda alguna, ante la escacés de candidatos viables en Guatemala. Esperamos surja alguien que ponga el bien común y el futuro del país por encima de sus intereses personales. Un personaje que una, sin ofrecer lo que no puede cumplir. Alguien que nos recuerde que hay una sola Guatemala, y que vale la pena defenderla, cuidarla, y hacerla crecer. ¿Idealista? Quizás.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

Betty Marroquin
03 de julio, 2018

Algunos vieron el que haya ganado los Republicanos en los EEUU, Arena en El Salvador, la Alianza Cambiemos en Argentina y el Partido Centro Democrático en Colombia como una señal de que la nueva tendencia en el Hemisferio era hacia la derecha. Luego vienen las elecciones en México y gana el candidato de izquierda, y nuevamente es tema que la tendencia sea a la izquierda. Sea una que otra lo que las elecciones reflejan es un gran descontento con el sistema actual (donde hay gobierno de izquierda quieren uno de derecha y viceversa). Lo interesante es pues buscar los puntos de convergencia porque el mundo realmente está cada vez más polarizado y eso sólo nos puede llevar a la debacle.

Quienes nos consideramos de derecha quizás debiéramos deternos a analizar como es el nuevo izquierdista y puede que nos sorprendamos. Al igual que al de derecha, al izquierdista moderno le gusta la parranda y el buen vino, usa la tecnología y no piensa renunciar a su teléfono inteligente ni a su cine, ni a su música, y menos a su computadora por nada del mundo. Le gusta la buena vida, las vacaciones y los placeres mundanos igual que al de derecha. Vemos en Argentina, en Ecuador, en Bolivia, en Nicaragua o en El Salvador que la gente siguió viviendo bajo gobierno socialistoides, a pesar de ese movimiento mundial para anular todo lo que remotamente huela a tradicionalismo o conservadurismo. Exceptuando Venezuela, el resto de países de tendencia izquierdista no llegaron al temido comunismo que tanto pavor nos causa a los amantes de la libertad. Si bien el tejido social de sus países puede haber sido alterado.

En un país tan conservador como el nuestro, dudo mucho que un gobierno de izquierda logre anular completamente a la oposición, aniquilar a la comunidad religiosa, instituir el aborto como norma práctica. Puede que haya reforma agraria, estatización, expropiación, nacionalización, son posibilidades. Pero de posibilidad a realidad hay un trecho.

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Curiosamente, son los países dónde ya gobernó la izquierda dónde la derecha ha retomado el poder. ¿Eso, qué nos indica? Quizás que vale la pena dejar a la izquierda gobernar para que tengan su oportunidad de realizar los tan famosos cambios que proponen, y o demuestren que si tienen el bien del país como objetivo y que no son los oportunistas que algunos tememos que sean, o bien, fallen y el pueblo vea finalmente que el populismo no es lo que más le conviene.

Han sido muchas las manifestaciones de temor y desconfianza ante las elecciones de México. Espero de todo corazón que el nuevo líder si tenga el bien de México en mente y no haga cosas que puedan dañar su economía y progreso. Desearle el bien creo que es lo más correcto, aunque no fuera un candidato de mi elección. Interesante cuanto énfasis ha dado López Obrador a la importancia de la soberanía, contrario a lo que sus pares hacen en Guatemala.

Es natural temer lo que se desconoce. Personalmente, creo que hay gente buena y oportunistas en ambos extremos ideológicos, la cuestión es que calidad humana tenga quien llegue al poder. En menos de 12 meses habremos elegido nuevo Presidente. Preocupante, sin duda alguna, ante la escacés de candidatos viables en Guatemala. Esperamos surja alguien que ponga el bien común y el futuro del país por encima de sus intereses personales. Un personaje que una, sin ofrecer lo que no puede cumplir. Alguien que nos recuerde que hay una sola Guatemala, y que vale la pena defenderla, cuidarla, y hacerla crecer. ¿Idealista? Quizás.

República es ajena a la opinión expresada en este artículo

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