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Huelgas = Atrasos

Betty Marroquin
21 de agosto, 2016

Como con todo, no todos los líderes sindicales son iguales, y existen aquellos que antes de llegar a las medidas drásticas optan por la vía de la negociación, como gente civilizada.  Desafortunadamente, son los menos.  Es aberrante como algunos líderes sindicales, que más asemejan un parásito que se alimenta de la sangre de sus víctimas, manipulan la vulnerabilidad, la necesidad y la ignorancia de sus miembros para convencerlos que con paralizar la libre locomoción de otros trabajadores lograrán alcanzar sus objetivos.  Decir que semejante mentalidad es obtusa y absurda, es decir poco.  Mucho se ha dicho sobre las cifras en pérdidas monetarias para el país, y pareciera como si éstas no significaran nada para los manifestantes. 

Quizás si comprendieran que millones de guatemaltecos se levantan de madrugada para llegar a sus lugares de trabajo, para transportar carga porque esa es su obligación laboral, deben llevar turistas al aeropuerto, o deben llevar pacientes a la emergencia del hospital.  Pero todo esto a quienes creen que causar el caos los ayudará a obtener casa gratis, dinero o lo que sea, les importa muy poco, por no decir que simplemente no les interesa.  Es aquí que la ignorancia, entendida como la buena pero sumamente manipulada desesperación de la gente, se vuelve una verdadera herramienta explotada por gente sin escrúpulos, que no ha producido un peso en su vida, que se “gana” la vida de aprovecharse de quienes donan parte de su sueldo de buena fe y para causas “loables”. 

La necesidad de miles de guatemaltecos es evidente, innegable.  En nuestro país existe una horrible crisis de salud, de malnutrición, de falta de acceso a la educación, etc.  Todo eso y mucho más, está en verdadera crisis, pero no es paralizando el país que se lograrán soluciones.  Quienes manipulan las mentes de quienes en su desesperación piensan que creando desorden en la vía pública, impidiendo a otros trabajadores llegar a su trabajo, interrumpiendo el tráfico, que generando pérdidas millonarias al país se producirán, por arte de magia, soluciones a todos esos problemas, están demostrando su absoluto desdén por el mero concepto del trabajo y sólo demuestran ser unos aprovechados, parásitos sociales. 

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No es quitándole a quien tiene que lograrán obtener lo que desean. Tampoco será provocando pérdidas a las empresas que lograrán algo positivo. Menos si se dedican a espantar a quienes pueden generar empleo, corriendo el riesgo de invertir en Guatemala.  Lo que si lograrán es alargar las filas de desempleados.  Y qué decir de quienes vienen a Guatemala, a pesar de que en el exterior siguen vigentes las advertencias contra visitar Guatemala, refuerzan con sus huelgas nuestra mala reputación como país problemático y desordenado, por no decir caótico. Esos turistas que vienen a dejar las preciadas divisas, merecerían respeto.  El martes 16 por ejemplo, vimos como turistas y nacionales que debían tomar un vuelo se vieron obligados a caminar desde lejos con todo y maletas para llegar al aeropuerto La Aurora y lograr tomar sus vuelos.  ¿Dónde quedan los derechos de esos viajeros? ¿Tienen ellos culpa de que los señores manifestantes no tengan casa?  Y qué decir de sus derechos humanos.  Evidentemente, no tienen porque no es el Estado quién está en huelga. 

Aquí no se discute ni se disminuye la obligación que el gobierno tiene de tomar medidas para abordar los problemas sociales que aquejan a la población. Tampoco se pretende disminuirlos o siquiera insinuar que no sean graves.  Sin embargo, no es afectando a otros trabajadores y empleadores, generando pérdidas para el país, o arruinando aún más nuestra ya frágil imagen internacional que obtendrán soluciones.  El día que abusar de la vulnerabilidad de la gente sea penado por la Ley y se den los mecanismos necesarios para fiscalizar las donaciones y los regalos que éstos líderes reciben, gente como Joviel Acevedo, o Daniel Pascual y todos sus imitadores, dejarán de hacerlo. 

El trabajo dignifica, si tan sólo lo comprendieran todos los guatemaltecos.  Quizás si se implementaran más proyectos de bancos comunales en el interior, especialmente enfocados en la mujer indígena, se facilitara el acceso a semillas y materiales para los pequeños agricultores, si se reforzara el concepto del auto estima y el valor del esfuerzo individual quizás otro gallo nos cantara.

Pero en Guatemala se va a las calles no sólo por cosas positivas y organizadas en fin de semana, sino por todo. Se exigen tierras, casas, acceso a medicinas, a educación, a infraestructura, y todo gratis.  Quizás los bochincheros que azuzan a la gente que incautamente acude a las manifestaciones olvidan que Guatemala es un país de escasos recursos, y que todo eso que quieren gratis no se paga con dinero de Monopoly.  Y no olvidemos que quienes les llenan a estas personas las cabezas de ideas absurdas e ilógicas, son quienes quieren que paguemos una buena cantidad de Quetzales, en Dólares, como resarcimiento a las víctimas del Ejército.  De nuevo, espero crean que se puede con dinero de Monopoly.

Las huelgas en días hábiles y horas de trabajo de la mayoría de trabajadores únicamente provocan frustración, enojo, resentimiento y pérdidas para quienes trabajan. Guatemala necesita que seamos lógicos, productivos, pro-activos y positivos.  Quiero pensar que algún día lo seremos.

República.gt es ajena a la opinión expresada en este artículo

Huelgas = Atrasos

Betty Marroquin
21 de agosto, 2016

Como con todo, no todos los líderes sindicales son iguales, y existen aquellos que antes de llegar a las medidas drásticas optan por la vía de la negociación, como gente civilizada.  Desafortunadamente, son los menos.  Es aberrante como algunos líderes sindicales, que más asemejan un parásito que se alimenta de la sangre de sus víctimas, manipulan la vulnerabilidad, la necesidad y la ignorancia de sus miembros para convencerlos que con paralizar la libre locomoción de otros trabajadores lograrán alcanzar sus objetivos.  Decir que semejante mentalidad es obtusa y absurda, es decir poco.  Mucho se ha dicho sobre las cifras en pérdidas monetarias para el país, y pareciera como si éstas no significaran nada para los manifestantes. 

Quizás si comprendieran que millones de guatemaltecos se levantan de madrugada para llegar a sus lugares de trabajo, para transportar carga porque esa es su obligación laboral, deben llevar turistas al aeropuerto, o deben llevar pacientes a la emergencia del hospital.  Pero todo esto a quienes creen que causar el caos los ayudará a obtener casa gratis, dinero o lo que sea, les importa muy poco, por no decir que simplemente no les interesa.  Es aquí que la ignorancia, entendida como la buena pero sumamente manipulada desesperación de la gente, se vuelve una verdadera herramienta explotada por gente sin escrúpulos, que no ha producido un peso en su vida, que se “gana” la vida de aprovecharse de quienes donan parte de su sueldo de buena fe y para causas “loables”. 

La necesidad de miles de guatemaltecos es evidente, innegable.  En nuestro país existe una horrible crisis de salud, de malnutrición, de falta de acceso a la educación, etc.  Todo eso y mucho más, está en verdadera crisis, pero no es paralizando el país que se lograrán soluciones.  Quienes manipulan las mentes de quienes en su desesperación piensan que creando desorden en la vía pública, impidiendo a otros trabajadores llegar a su trabajo, interrumpiendo el tráfico, que generando pérdidas millonarias al país se producirán, por arte de magia, soluciones a todos esos problemas, están demostrando su absoluto desdén por el mero concepto del trabajo y sólo demuestran ser unos aprovechados, parásitos sociales. 

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No es quitándole a quien tiene que lograrán obtener lo que desean. Tampoco será provocando pérdidas a las empresas que lograrán algo positivo. Menos si se dedican a espantar a quienes pueden generar empleo, corriendo el riesgo de invertir en Guatemala.  Lo que si lograrán es alargar las filas de desempleados.  Y qué decir de quienes vienen a Guatemala, a pesar de que en el exterior siguen vigentes las advertencias contra visitar Guatemala, refuerzan con sus huelgas nuestra mala reputación como país problemático y desordenado, por no decir caótico. Esos turistas que vienen a dejar las preciadas divisas, merecerían respeto.  El martes 16 por ejemplo, vimos como turistas y nacionales que debían tomar un vuelo se vieron obligados a caminar desde lejos con todo y maletas para llegar al aeropuerto La Aurora y lograr tomar sus vuelos.  ¿Dónde quedan los derechos de esos viajeros? ¿Tienen ellos culpa de que los señores manifestantes no tengan casa?  Y qué decir de sus derechos humanos.  Evidentemente, no tienen porque no es el Estado quién está en huelga. 

Aquí no se discute ni se disminuye la obligación que el gobierno tiene de tomar medidas para abordar los problemas sociales que aquejan a la población. Tampoco se pretende disminuirlos o siquiera insinuar que no sean graves.  Sin embargo, no es afectando a otros trabajadores y empleadores, generando pérdidas para el país, o arruinando aún más nuestra ya frágil imagen internacional que obtendrán soluciones.  El día que abusar de la vulnerabilidad de la gente sea penado por la Ley y se den los mecanismos necesarios para fiscalizar las donaciones y los regalos que éstos líderes reciben, gente como Joviel Acevedo, o Daniel Pascual y todos sus imitadores, dejarán de hacerlo. 

El trabajo dignifica, si tan sólo lo comprendieran todos los guatemaltecos.  Quizás si se implementaran más proyectos de bancos comunales en el interior, especialmente enfocados en la mujer indígena, se facilitara el acceso a semillas y materiales para los pequeños agricultores, si se reforzara el concepto del auto estima y el valor del esfuerzo individual quizás otro gallo nos cantara.

Pero en Guatemala se va a las calles no sólo por cosas positivas y organizadas en fin de semana, sino por todo. Se exigen tierras, casas, acceso a medicinas, a educación, a infraestructura, y todo gratis.  Quizás los bochincheros que azuzan a la gente que incautamente acude a las manifestaciones olvidan que Guatemala es un país de escasos recursos, y que todo eso que quieren gratis no se paga con dinero de Monopoly.  Y no olvidemos que quienes les llenan a estas personas las cabezas de ideas absurdas e ilógicas, son quienes quieren que paguemos una buena cantidad de Quetzales, en Dólares, como resarcimiento a las víctimas del Ejército.  De nuevo, espero crean que se puede con dinero de Monopoly.

Las huelgas en días hábiles y horas de trabajo de la mayoría de trabajadores únicamente provocan frustración, enojo, resentimiento y pérdidas para quienes trabajan. Guatemala necesita que seamos lógicos, productivos, pro-activos y positivos.  Quiero pensar que algún día lo seremos.

República.gt es ajena a la opinión expresada en este artículo

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