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¿Amnesia o miopía? Parte I

Betty Marroquin
18 de mayo, 2016

Ya se le olvidó, o evidentemente cree que se nos olvidó a los chapines lo que se robó. Será que piensa que la nueva generación lo apoyará porque no recuerdan o no vivieron el “serranazo”, o cuenta con que no saben ni se informarán que él tipo se fue huyendo a Panamá cuando en ese país no había extradición, que tiene cuentas pendientes con la Ley, y que vive como rey con una fortuna iniciada con dinero del Estado. Estoy segura que muchos aún recordamos que entró al poder con deudas hasta el bigote, pero el hombre apunta a la amnesia que pareciera predominar para recibir una cálida acogida.

Dice el dicho que no tiene la culpa el loro sino quien le enseña a hablar. Tenemos entonces parte de responsabilidad todos los ciudadanos que nos dedicamos sólo a quejarnos. Quizás pequemos un poco de egocentrismo ya que pareciéramos mirar sólo hasta donde llega nuestra nariz. Quizás olvidan que no es necesario meterse en política para hacer algo por nuestro país. Algunas personas hacen beneficencia substantiva, manteniendo y dando no sólo recursos sino también su tiempo y su corazón a niños huérfanos, a personas de escasos recursos, a los enfermos, a gente de diversos grupos muy necesitados. Algunos padres mandan a sus hijos (especialmente significativo cuando son niños privilegiados) a construir escuelas en el interior, a remangarse las mangas y trabajar, corriendo el riesgo de que se les rompan sus uñas a las jovencitas o se les raspen las manos a los varones. Pero les enseñan en el proceso a tener conciencia social verdadera, y a que ayudar al prójimo no es hacer de éste un parásito, sino más bien ayudarlo a tener las herramientas necesarias para construirse un mejor futuro. He tenido el gusto de conocer patojos que han vivido esa experiencia, y puedo decir que les ha ayudado a desarrollar una apreciación y gratitud por lo que tienen, y un amor por su país realmente contagioso.

Pero decididamente, no es suficiente. Ahora bien, estamos y continuamos pagando las consecuencias de la miopía que ha regido nuestro sector privado desde la firma de los fallidos Acuerdos de Paz. Miopía porque creyendo en la buena fe de los guerrilleros al firmar la paz, éstos se dedicarían a trabajar para reconstruir Guatemala. ¡O sorpresa! Esa miopía ahora deriva en que queriendo darnos atole con el dedo, el MP decide que perseguirá a dos ex guerrilleros de primera línea, ah ¿pero cuáles?

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Mientras la querella presentada por Theodore Plocharski durante el mandato de la Fiscal Claudia Paz y Paz ha quedado en un eterno “veremos” porque la lista de 55 ex combatientes implicados incluye entre otros a Sandra Torres (ex Comandante Marta), a varios líderes sociales actuales, a varios parientes de la Paz y Paz, hoy día pareciera que por taparle el ojo al macho el MP dice que perseguirá ex guerrilleros. Pero no los 55 mencionados en esa querella, esos son intocables protegidos de algún poder de la Avenida Reforma, sino los dos que si firmaron los Acuerdos de Paz de corazón, que se cansaron del conflicto, se desencantaron del comunismo, y desde entonces han tratado de aportar algo a Guatemala por la vía democrática, y sobre todo, progresista. Esos dos personajes serán juzgados por no continuar apoyando la caza de brujas y por haber declarado públicamente que en Guatemala no hubo genocidio. El primero será Pedro Pablo Palma Lau (el comandante Pancho) de la ORPA, perseguido por el juicio de la denominada masacre del Aguacate, promovida por Mario Polanco contra ex combatientes de quinta línea. Este señor acató los Acuerdos de Paz y entró al Congreso con el FRG (irónicamente, que dice mucho). El otro es el ex Secretario Privado de la Presidencia del gobierno de Alvaro Arzú, el Dr Gustavo Porras Castejón, del EGP, acusado de ordenar la ejecución de unas guerrilleras por una supuesta traición en 1982. Pero curiosamente sólo lo acusan a él, y no a todos los involucrados.

¿Por qué mejor no dejan avanzar la causa de Plocharski? Si de verdad quieren justicia imparcial y objetiva, que den marcha a esa causa que incluye a los asesinos del Embajador de los Estados Unidos, John Gordon Mein, secuestrado, torturado y asesinado en 1968. Ah, pero ese caso pareciera no importar a los amigos de la Avenida la Reforma.

Repito, por la enésima vez: TODOS HIJOS, o TODOS ENTENADOS señora Fiscal. La Ley debe ser igual para TODOS, aunque sean sus amigos.

¿Amnesia o miopía? Parte I

Betty Marroquin
18 de mayo, 2016

Ya se le olvidó, o evidentemente cree que se nos olvidó a los chapines lo que se robó. Será que piensa que la nueva generación lo apoyará porque no recuerdan o no vivieron el “serranazo”, o cuenta con que no saben ni se informarán que él tipo se fue huyendo a Panamá cuando en ese país no había extradición, que tiene cuentas pendientes con la Ley, y que vive como rey con una fortuna iniciada con dinero del Estado. Estoy segura que muchos aún recordamos que entró al poder con deudas hasta el bigote, pero el hombre apunta a la amnesia que pareciera predominar para recibir una cálida acogida.

Dice el dicho que no tiene la culpa el loro sino quien le enseña a hablar. Tenemos entonces parte de responsabilidad todos los ciudadanos que nos dedicamos sólo a quejarnos. Quizás pequemos un poco de egocentrismo ya que pareciéramos mirar sólo hasta donde llega nuestra nariz. Quizás olvidan que no es necesario meterse en política para hacer algo por nuestro país. Algunas personas hacen beneficencia substantiva, manteniendo y dando no sólo recursos sino también su tiempo y su corazón a niños huérfanos, a personas de escasos recursos, a los enfermos, a gente de diversos grupos muy necesitados. Algunos padres mandan a sus hijos (especialmente significativo cuando son niños privilegiados) a construir escuelas en el interior, a remangarse las mangas y trabajar, corriendo el riesgo de que se les rompan sus uñas a las jovencitas o se les raspen las manos a los varones. Pero les enseñan en el proceso a tener conciencia social verdadera, y a que ayudar al prójimo no es hacer de éste un parásito, sino más bien ayudarlo a tener las herramientas necesarias para construirse un mejor futuro. He tenido el gusto de conocer patojos que han vivido esa experiencia, y puedo decir que les ha ayudado a desarrollar una apreciación y gratitud por lo que tienen, y un amor por su país realmente contagioso.

Pero decididamente, no es suficiente. Ahora bien, estamos y continuamos pagando las consecuencias de la miopía que ha regido nuestro sector privado desde la firma de los fallidos Acuerdos de Paz. Miopía porque creyendo en la buena fe de los guerrilleros al firmar la paz, éstos se dedicarían a trabajar para reconstruir Guatemala. ¡O sorpresa! Esa miopía ahora deriva en que queriendo darnos atole con el dedo, el MP decide que perseguirá a dos ex guerrilleros de primera línea, ah ¿pero cuáles?

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Mientras la querella presentada por Theodore Plocharski durante el mandato de la Fiscal Claudia Paz y Paz ha quedado en un eterno “veremos” porque la lista de 55 ex combatientes implicados incluye entre otros a Sandra Torres (ex Comandante Marta), a varios líderes sociales actuales, a varios parientes de la Paz y Paz, hoy día pareciera que por taparle el ojo al macho el MP dice que perseguirá ex guerrilleros. Pero no los 55 mencionados en esa querella, esos son intocables protegidos de algún poder de la Avenida Reforma, sino los dos que si firmaron los Acuerdos de Paz de corazón, que se cansaron del conflicto, se desencantaron del comunismo, y desde entonces han tratado de aportar algo a Guatemala por la vía democrática, y sobre todo, progresista. Esos dos personajes serán juzgados por no continuar apoyando la caza de brujas y por haber declarado públicamente que en Guatemala no hubo genocidio. El primero será Pedro Pablo Palma Lau (el comandante Pancho) de la ORPA, perseguido por el juicio de la denominada masacre del Aguacate, promovida por Mario Polanco contra ex combatientes de quinta línea. Este señor acató los Acuerdos de Paz y entró al Congreso con el FRG (irónicamente, que dice mucho). El otro es el ex Secretario Privado de la Presidencia del gobierno de Alvaro Arzú, el Dr Gustavo Porras Castejón, del EGP, acusado de ordenar la ejecución de unas guerrilleras por una supuesta traición en 1982. Pero curiosamente sólo lo acusan a él, y no a todos los involucrados.

¿Por qué mejor no dejan avanzar la causa de Plocharski? Si de verdad quieren justicia imparcial y objetiva, que den marcha a esa causa que incluye a los asesinos del Embajador de los Estados Unidos, John Gordon Mein, secuestrado, torturado y asesinado en 1968. Ah, pero ese caso pareciera no importar a los amigos de la Avenida la Reforma.

Repito, por la enésima vez: TODOS HIJOS, o TODOS ENTENADOS señora Fiscal. La Ley debe ser igual para TODOS, aunque sean sus amigos.

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