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Rayuela y sus 53

Redacción
20 de febrero, 2016

Una persona es lo que es por lo que vive, lo que escucha, lo que come, las personas que le rodean y hasta lo que lee. Más allá que nos definíamos por todo lo anterior, esto en definitiva nos marca. Rayuela, la obra maestra de Julio Cortázar no solo marcó la historia de la literatura, también marca vidas.
Antes de hablar de esta obra literaria sería agradable contar un poco de quién fue (y es) Cortázar. Nació en Bruselas, Bélgica en 1914, pero toda su familia era argentina. Su padre era embajador en Europa de su país y esa fue la razón de su nacimiento en aquel lugar. Regresó a Argentina cuando tenía 4 años y en 1951 hizo de París su segundo hogar, más tarde optó por la nacionalidad francesa. Claro está que Julio Cortázar es más que los lugares donde vivió, también es ese autor que mantuvo una hermosa relación con el Jazz y el que se consideraba un poco vampiro. El mismo del que se rumora nunca dejó de crecer y al que la dictadura militar en su país trató de censurar.
Rayuela marcó la literatura por ser un libro totalmente fuera de lo común. Está dividida en 155 capítulos, pero este puede ser leído de tres maneras diferentes, dos de ellas propuestas por el mismo Cortázar al inicio del libro y la otra descubierta por el autor un tiempo después. En una se lee del capítulo 1 al 56, pudiendo olvidarse de lo demás “sin remordimiento de lo que sigue” dice el buen Julio. Luego leer conforme al tablero que él mismo diseño donde se intercalan capítulos situados en Argentina o París y fragmentos de obras de otros autores. Y la tercera es donde el lector crea su propio tablero y lo lee en el orden que más le parece.
Tratar de explicar de qué va Rayuela es complicado, pero qué cosa buena en esta vida es fácil. En términos universales es una historia de amor poco conveniente entre Horacio Oliveira y la Maga, quién en realidad se llama Lucía. Ambos son irreverentes hasta un poco trastornados. Él es inteligente sin proponérselo, pero ella aunque se lo proponga no lo logra. Y es justamente esto lo que les causa tantos problemas. Horacio es el ser más desprendido de la vida, no se anda con sentimentalismos, pero la Maga es todo lo contrario, quizá por eso Oliveira la encuentra tan fascinante.
No voy a negarlo, Rayuela es por muchas razones un libro que intimida. Su autor, encontrar la forma que le parezca a uno más cómoda (y entendible), su magnitud y la magnificencia que la historia encierra en sí. Pero sin duda es un libro que marca, sin importar que guste o no. Sé muy bien que uno de mis amigos lo odio tanto que ni siquiera lo terminó, pero lo recuerda, de una manera u otra no pasó desapercibido. Es decir, sabe quién lo escribió, quién es ese personaje y como se llama el libro. De una manera u otra lo marcó igual que a quienes si disfrutaron leyéndolo. También recuerdo que en primer año un catedrático dijo algo como: “leí Rayuela a los 18”, como quien recuerda la edad en la que se le cayó su primer diente o cuando se graduó del colegio. A lo mejor Rayuela es eso, una especie de graduación en algún aspecto de la vida del lector, quién de una manera u otra termina siendo siempre el protagonista. Por mi parte diré que le esto amando con locura y por eso mismo busqué la excusa para, humildemente, escribir sobre Rayuela.
Este 2016 llegará a su 53 aniversario. Sin duda no habrá mejor manera de celebrarle dejándonos marcar por esta obra.

Rayuela y sus 53

Redacción
20 de febrero, 2016

Una persona es lo que es por lo que vive, lo que escucha, lo que come, las personas que le rodean y hasta lo que lee. Más allá que nos definíamos por todo lo anterior, esto en definitiva nos marca. Rayuela, la obra maestra de Julio Cortázar no solo marcó la historia de la literatura, también marca vidas.
Antes de hablar de esta obra literaria sería agradable contar un poco de quién fue (y es) Cortázar. Nació en Bruselas, Bélgica en 1914, pero toda su familia era argentina. Su padre era embajador en Europa de su país y esa fue la razón de su nacimiento en aquel lugar. Regresó a Argentina cuando tenía 4 años y en 1951 hizo de París su segundo hogar, más tarde optó por la nacionalidad francesa. Claro está que Julio Cortázar es más que los lugares donde vivió, también es ese autor que mantuvo una hermosa relación con el Jazz y el que se consideraba un poco vampiro. El mismo del que se rumora nunca dejó de crecer y al que la dictadura militar en su país trató de censurar.
Rayuela marcó la literatura por ser un libro totalmente fuera de lo común. Está dividida en 155 capítulos, pero este puede ser leído de tres maneras diferentes, dos de ellas propuestas por el mismo Cortázar al inicio del libro y la otra descubierta por el autor un tiempo después. En una se lee del capítulo 1 al 56, pudiendo olvidarse de lo demás “sin remordimiento de lo que sigue” dice el buen Julio. Luego leer conforme al tablero que él mismo diseño donde se intercalan capítulos situados en Argentina o París y fragmentos de obras de otros autores. Y la tercera es donde el lector crea su propio tablero y lo lee en el orden que más le parece.
Tratar de explicar de qué va Rayuela es complicado, pero qué cosa buena en esta vida es fácil. En términos universales es una historia de amor poco conveniente entre Horacio Oliveira y la Maga, quién en realidad se llama Lucía. Ambos son irreverentes hasta un poco trastornados. Él es inteligente sin proponérselo, pero ella aunque se lo proponga no lo logra. Y es justamente esto lo que les causa tantos problemas. Horacio es el ser más desprendido de la vida, no se anda con sentimentalismos, pero la Maga es todo lo contrario, quizá por eso Oliveira la encuentra tan fascinante.
No voy a negarlo, Rayuela es por muchas razones un libro que intimida. Su autor, encontrar la forma que le parezca a uno más cómoda (y entendible), su magnitud y la magnificencia que la historia encierra en sí. Pero sin duda es un libro que marca, sin importar que guste o no. Sé muy bien que uno de mis amigos lo odio tanto que ni siquiera lo terminó, pero lo recuerda, de una manera u otra no pasó desapercibido. Es decir, sabe quién lo escribió, quién es ese personaje y como se llama el libro. De una manera u otra lo marcó igual que a quienes si disfrutaron leyéndolo. También recuerdo que en primer año un catedrático dijo algo como: “leí Rayuela a los 18”, como quien recuerda la edad en la que se le cayó su primer diente o cuando se graduó del colegio. A lo mejor Rayuela es eso, una especie de graduación en algún aspecto de la vida del lector, quién de una manera u otra termina siendo siempre el protagonista. Por mi parte diré que le esto amando con locura y por eso mismo busqué la excusa para, humildemente, escribir sobre Rayuela.
Este 2016 llegará a su 53 aniversario. Sin duda no habrá mejor manera de celebrarle dejándonos marcar por esta obra.

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