Redacción
28 de marzo, 2015
El tema de seguridad y violencia se ha convertido en una de las preocupaciones más importante de los guatemaltecos. En este orden los miembros de la policía están en la primera línea de ataque en contra de la delincuencia en Guatemala. Sin embargo, los ciudadanos desconfían de sus autoridades por la percepción generalizada que existe de ineficiencia, corrupción y abuso de autoridad. Su condición de estar mal dotada, mal adiestrada y mal armada, le ha valido no poder combatir la delincuencia y construir un verdadero estado de derecho. Estas circunstancias han favorecido que el sentido de pertenencia de los policías hacia la institución sea débil. En lugar de defender la seguridad pública de la ciudadanía se han vinculado actividades ilícitas. Por tanto, en la medida que más deficiente es la identificación con la organización, más susceptible es el agente de cometer actos en contra de los principios y preceptos que guían la razón de existencia de la Policía. Esto porque no existe correlación entre los objetivos de la entidad y del personal.
Para mejorar dicha situación James Q. Wilson afirma que es necesario que una entidad tenga cultura organizacional, ya que regularmente las agencias públicas se enfocan principalmente en aspectos exteriores como la estructura, planeación, olvidando el enfoque que debe existir hacia adentro de la institución. Por lo general las entidades tienen metas que son muy amplias y ambiguas. Esta condición limita a que el personal dentro de la organización conozca el objetivo por el cual está trabajando.
De esta explicación nace la necesidad de formular una doctrina para la Policía Nacional Civil que tenga como objetivo constituirse en el eje principal sobre el cual se dirige, planea y desarrolla el servicio de policía en todas las unidades del nivel estratégico, táctico y profesional. La doctrina será la herramienta que aportará los fundamentos y conocimientos para el buen empleo de los medios y recursos que requiere la Institución en el buen cumplimiento de su mandato constitucional. Según lo expuesto el valor más importante para combatir el crimen es un personal calificado, motivado y con la seguridad de que trabaja para un objetivo en común que debe ser cuidar la seguridad de los guatemaltecos. En este sentido es necesario que se cuente con un medio que inculpe principios, valores y símbolos que servirán de base para cada uno de los integrantes. Por lo tanto, será el referente del comportamiento institucional ya que orienta el comportamiento de cada uno de los miembros. De esta forma se fortalecerá la seguridad integral, el orden público, protección de derechos y libertades de la ciudadanía. En conclusión se tendrán los parámetros éticos de servicio para evaluar toda la actuación de los policías en lo individual. Dentro de ello su administración y operación. Con ello se sabría cuales son sus limites y alcances de su actuación. Los cambios deben generarse desde adentro para tener un país con desarrollo.
@lpcastellanosd
Redacción
28 de marzo, 2015
El tema de seguridad y violencia se ha convertido en una de las preocupaciones más importante de los guatemaltecos. En este orden los miembros de la policía están en la primera línea de ataque en contra de la delincuencia en Guatemala. Sin embargo, los ciudadanos desconfían de sus autoridades por la percepción generalizada que existe de ineficiencia, corrupción y abuso de autoridad. Su condición de estar mal dotada, mal adiestrada y mal armada, le ha valido no poder combatir la delincuencia y construir un verdadero estado de derecho. Estas circunstancias han favorecido que el sentido de pertenencia de los policías hacia la institución sea débil. En lugar de defender la seguridad pública de la ciudadanía se han vinculado actividades ilícitas. Por tanto, en la medida que más deficiente es la identificación con la organización, más susceptible es el agente de cometer actos en contra de los principios y preceptos que guían la razón de existencia de la Policía. Esto porque no existe correlación entre los objetivos de la entidad y del personal.
Para mejorar dicha situación James Q. Wilson afirma que es necesario que una entidad tenga cultura organizacional, ya que regularmente las agencias públicas se enfocan principalmente en aspectos exteriores como la estructura, planeación, olvidando el enfoque que debe existir hacia adentro de la institución. Por lo general las entidades tienen metas que son muy amplias y ambiguas. Esta condición limita a que el personal dentro de la organización conozca el objetivo por el cual está trabajando.
De esta explicación nace la necesidad de formular una doctrina para la Policía Nacional Civil que tenga como objetivo constituirse en el eje principal sobre el cual se dirige, planea y desarrolla el servicio de policía en todas las unidades del nivel estratégico, táctico y profesional. La doctrina será la herramienta que aportará los fundamentos y conocimientos para el buen empleo de los medios y recursos que requiere la Institución en el buen cumplimiento de su mandato constitucional. Según lo expuesto el valor más importante para combatir el crimen es un personal calificado, motivado y con la seguridad de que trabaja para un objetivo en común que debe ser cuidar la seguridad de los guatemaltecos. En este sentido es necesario que se cuente con un medio que inculpe principios, valores y símbolos que servirán de base para cada uno de los integrantes. Por lo tanto, será el referente del comportamiento institucional ya que orienta el comportamiento de cada uno de los miembros. De esta forma se fortalecerá la seguridad integral, el orden público, protección de derechos y libertades de la ciudadanía. En conclusión se tendrán los parámetros éticos de servicio para evaluar toda la actuación de los policías en lo individual. Dentro de ello su administración y operación. Con ello se sabría cuales son sus limites y alcances de su actuación. Los cambios deben generarse desde adentro para tener un país con desarrollo.
@lpcastellanosd