El Presupuesto General de Ingresos y Egresos del Estado 2016 fue aprobado el lunes 30 de noviembre en tercera lectura, dejando Q13.5 millones asignados a ese ente inservible que es el Parlamento Centroamericano. El ente más inservible del aparato burocrático regional recibirá esos fondos por ejercer su derecho a no hacer absolutamente nada. ¿Qué le parece? Y como éste rubro, varios otros que o no debieran existir en el presupuesto general de la nación, o reciben demasiado poco a pesar de su importancia. Por ejemplo, si bien le asignaron aproximadamente Q1, 110 millones al Ministerio Público (dato tomado del archivo Iniciativa No. 4991 en la página de Internet del Congreso de la República (página 23), aunque creo y espero que esa cifra haya aumentado en la versión aprobada), se queda corta, y se supone que la lucha contra la impunidad y la corrupción es el esfuerzo más esencial del sistema de gobierno. El Comisionado Iván Velázquez dijo se necesitan Q1,823.50 (según reportado por diversos medios) o sea que se queda corto en este rubro fundamental para sacar a Guatemala adelante. En otro dato, El Periódico reporta que para mejorar el sistema de seguridad se necesitan Q1,380 millones.
Para mientras, no sólo regalan fondos al Parlacén, sino que además incluyen en el presupuesto Q1,500 millones para organizaciones no gubernamentales. Fondos asignados a entes inexistentes o inservibles, donde terminarán en las manos de gente incapaz de producir corriendo riesgos y afrontando retos con ética. Es decir, este pequeño rubro dentro del presupuesto de la nación podría alimentar a gente que ciertamente no merece la asistencia. Esto nos dice que el clamor del pueblo por invertir los escasos recursos existentes en luchar contra el cáncer que afecta todo el país y “el precio de la carne en Katmandú” tienen igual relevancia para nuestros diputados.
Ya con eso van dos elementos uno innecesario y el otro inflado, que bien podrían ser modificados para apoyar donde realmente hace falta: en el sistema de administración de justicia. Una vez más la Alianza Técnica de Apoyo al Legislativo (ATAL) trató de apoyar al Congreso en la realización de un presupuesto lógico y acorde a la realidad nacional, enfocando los fondos del Estado hacia los rubros realmente importantes. El Lic. Pablo Schneider, economista, Director del Centro de Iniciativas de Desarrollo de la Fundación para el Desarrollo (FUNDESA) destacó que es positivo que este presupuesto se haya basado en cifras macroeconómicas moderadas, pero que a su vez implica un desequilibrio fiscal que se verá indudablemente agravado por la falta de liquidez. Es decir, tenemos una vez mas un presupuesto inflado sin sustento.
Es importante tener presente que de no haber sido aprobado el presupuesto para el 2016 hubiese quedado en vigencia nuevamente el del 2015 y con ello se daría un desfinanciamiento del Estado que perjudicaría la labor del gobierno que formará el Presidente Electo y que debe tomar las riendas del país el 14 a las 14. Fundesa identificó una serie de gastos innecesarios, ineficientes y superfluos que de ser eliminados representarían un ahorro de 2.2 millardos de Quetzales. Y obviamente, está también la necesidad de no endeudarse más de lo indispensable.
Esperemos el gobierno entrante pueda entonces operar con relativa comodidad dada la agenda intensa que deberá abordar desde el día 1, y que en el 2016 no estemos viendo nuevamente un presupuesto inflado y lleno de “grasa” innecesaria. Como dijo el Presidente Reagan “lograríamos balancear el presupuesto si viviéramos más cerca de los Mandamientos y de la Regla de Oro (yo te doy para que tu des de regreso)”.
El Presupuesto General de Ingresos y Egresos del Estado 2016 fue aprobado el lunes 30 de noviembre en tercera lectura, dejando Q13.5 millones asignados a ese ente inservible que es el Parlamento Centroamericano. El ente más inservible del aparato burocrático regional recibirá esos fondos por ejercer su derecho a no hacer absolutamente nada. ¿Qué le parece? Y como éste rubro, varios otros que o no debieran existir en el presupuesto general de la nación, o reciben demasiado poco a pesar de su importancia. Por ejemplo, si bien le asignaron aproximadamente Q1, 110 millones al Ministerio Público (dato tomado del archivo Iniciativa No. 4991 en la página de Internet del Congreso de la República (página 23), aunque creo y espero que esa cifra haya aumentado en la versión aprobada), se queda corta, y se supone que la lucha contra la impunidad y la corrupción es el esfuerzo más esencial del sistema de gobierno. El Comisionado Iván Velázquez dijo se necesitan Q1,823.50 (según reportado por diversos medios) o sea que se queda corto en este rubro fundamental para sacar a Guatemala adelante. En otro dato, El Periódico reporta que para mejorar el sistema de seguridad se necesitan Q1,380 millones.
Para mientras, no sólo regalan fondos al Parlacén, sino que además incluyen en el presupuesto Q1,500 millones para organizaciones no gubernamentales. Fondos asignados a entes inexistentes o inservibles, donde terminarán en las manos de gente incapaz de producir corriendo riesgos y afrontando retos con ética. Es decir, este pequeño rubro dentro del presupuesto de la nación podría alimentar a gente que ciertamente no merece la asistencia. Esto nos dice que el clamor del pueblo por invertir los escasos recursos existentes en luchar contra el cáncer que afecta todo el país y “el precio de la carne en Katmandú” tienen igual relevancia para nuestros diputados.
Ya con eso van dos elementos uno innecesario y el otro inflado, que bien podrían ser modificados para apoyar donde realmente hace falta: en el sistema de administración de justicia. Una vez más la Alianza Técnica de Apoyo al Legislativo (ATAL) trató de apoyar al Congreso en la realización de un presupuesto lógico y acorde a la realidad nacional, enfocando los fondos del Estado hacia los rubros realmente importantes. El Lic. Pablo Schneider, economista, Director del Centro de Iniciativas de Desarrollo de la Fundación para el Desarrollo (FUNDESA) destacó que es positivo que este presupuesto se haya basado en cifras macroeconómicas moderadas, pero que a su vez implica un desequilibrio fiscal que se verá indudablemente agravado por la falta de liquidez. Es decir, tenemos una vez mas un presupuesto inflado sin sustento.
Es importante tener presente que de no haber sido aprobado el presupuesto para el 2016 hubiese quedado en vigencia nuevamente el del 2015 y con ello se daría un desfinanciamiento del Estado que perjudicaría la labor del gobierno que formará el Presidente Electo y que debe tomar las riendas del país el 14 a las 14. Fundesa identificó una serie de gastos innecesarios, ineficientes y superfluos que de ser eliminados representarían un ahorro de 2.2 millardos de Quetzales. Y obviamente, está también la necesidad de no endeudarse más de lo indispensable.
Esperemos el gobierno entrante pueda entonces operar con relativa comodidad dada la agenda intensa que deberá abordar desde el día 1, y que en el 2016 no estemos viendo nuevamente un presupuesto inflado y lleno de “grasa” innecesaria. Como dijo el Presidente Reagan “lograríamos balancear el presupuesto si viviéramos más cerca de los Mandamientos y de la Regla de Oro (yo te doy para que tu des de regreso)”.