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Soñé Futuro

Betty Marroquin
30 de noviembre, 2015

Esta nueva Guatemala que inició su metamorfosis hacia adelante en el presente año, necesita hijos que vean hacia adelante. Hijos que cambiando la retórica y la mentalidad obtusa del pasado vean el esplendor de este hermoso país y se inspiren para construir, crear, inventar, realizar todo lo que su potencial les ofrece. Guatemala necesita visionarios, personas atrevidas e intrépidas que no teniendo miedo al fracaso se tiren al agua y naden de un modo u otro, pero siempre hacia adelante. Gente que comprenda que todos cometeremos errores en nuestro andar, pero lo importante es aprender e ir hacia adelante. Visionarios como Emilio Méndez, que con su energía positiva y su amor por Guatemala ha emprendido una meta que busca contribuir a la construcción de una nación próspera que heredar a su descendencia.

El evento de Soñé Futuro, magistralmente realizado este 29 de noviembre es una continuación del evento llamado Visionarios de Guatemala celebrado en el 2014. En esta oportunidad quienes tuvimos la dicha de asistir pudimos disfrutar de una verdadera celebración cultural y gastronómica. Se podía degustar desde elotes asados hasta vinos europeos, de rap a clásico, de son a danza moderna. Todo poniendo en evidencia esta nueva Guatemala multicultural, en la que artistas indígenas y ladinos tienen tanto que ofrecer. Y esta celebración, enmarcada en la belleza de nuestro majestuoso Parque Cultural Miguel Ángel Asturias, obra arquitectónica del Maestro Efraín Recinos. Un evento realmente digno de país del primer mundo, porque todo está en nuestra mente, somos nosotros mismos quienes nos limitamos con mentalidades de tercer mundo o quienes alcanzamos metas con fe en nosotros mismos y en que lograremos el objetivo trazado. La clave es atreverse a soñar.

Pudimos admirar el espíritu empresarial de niños desde 8 años, cuyos padres debieran ser clonados porque los niños de hoy necesitan padres que los estimulen como lo hacen estos padres a sus pequeños hijos. Me llamó la atención en especial un niño que con una soltura, un aplomo y madurez me explicó su producto (pulseras hechas con nudos tipo náutico que además de ser bonitas y originales pueden servir para atar cosas pesadas en una emergencia), o unas niñas preciosas que hacen bolsas de supermercado, para además de ser creativas y a la moda, buscan eliminar el uso del plástico y contribuir al medioambiente.

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Pero es en suma el mensaje lo que impacta. Partiendo de la buena nueva que Guatemala ya cambió, que estamos vivos en un momento histórico de innovación, en el que los chapines estamos desarrollando una nueva consciencia que nos permita aprender del pasado para edificar nuestro futuro. Una nación en la que una nueva narrativa nos impulse, nos una y nos ayude a crecer en armonía con nuestros semejantes y con nuestro entorno. Todo basado en una actitud positiva, responsable y eficaz. Todo empieza por uno mismo, como individuo, y lo transmitimos a la familia y a nuestro entorno, que conforma la sociedad en que vivimos, reflejadas en el gobierno, conformando una nación. Es por esa cadena inevitable que debemos iniciar por nosotros mosaísmos. Todos y cada uno en nuestra actividad, en nuestro mundito, debemos y podemos contribuir a ese crecimiento nacional.

Fue pues un evento realmente inspirador, que espero motive a tanto joven talento que estuviera presente para dejarse llevar por sus sueños, y soñar en grande. Que crean en sí mismos, y que alcancen esos sueños trabajando con responsabilidad, con osadía, creatividad y empeños. ¡Eso necesita nuestro país!

Guatemala tiene todo para ser una estrella en la comunidad internacional, pero depende de nosotros mismos lograrlo. ¿Quién se apunta? Después de todo, como dijo Teddy Roosevelt “la retórica es un pobre substituto para la acción, y hemos confiado únicamente en la retórica. Si de verdad deseamos ser un gran país, no debemos nada más hablar, debemos actuar en grande”.

Soñé Futuro

Betty Marroquin
30 de noviembre, 2015

Esta nueva Guatemala que inició su metamorfosis hacia adelante en el presente año, necesita hijos que vean hacia adelante. Hijos que cambiando la retórica y la mentalidad obtusa del pasado vean el esplendor de este hermoso país y se inspiren para construir, crear, inventar, realizar todo lo que su potencial les ofrece. Guatemala necesita visionarios, personas atrevidas e intrépidas que no teniendo miedo al fracaso se tiren al agua y naden de un modo u otro, pero siempre hacia adelante. Gente que comprenda que todos cometeremos errores en nuestro andar, pero lo importante es aprender e ir hacia adelante. Visionarios como Emilio Méndez, que con su energía positiva y su amor por Guatemala ha emprendido una meta que busca contribuir a la construcción de una nación próspera que heredar a su descendencia.

El evento de Soñé Futuro, magistralmente realizado este 29 de noviembre es una continuación del evento llamado Visionarios de Guatemala celebrado en el 2014. En esta oportunidad quienes tuvimos la dicha de asistir pudimos disfrutar de una verdadera celebración cultural y gastronómica. Se podía degustar desde elotes asados hasta vinos europeos, de rap a clásico, de son a danza moderna. Todo poniendo en evidencia esta nueva Guatemala multicultural, en la que artistas indígenas y ladinos tienen tanto que ofrecer. Y esta celebración, enmarcada en la belleza de nuestro majestuoso Parque Cultural Miguel Ángel Asturias, obra arquitectónica del Maestro Efraín Recinos. Un evento realmente digno de país del primer mundo, porque todo está en nuestra mente, somos nosotros mismos quienes nos limitamos con mentalidades de tercer mundo o quienes alcanzamos metas con fe en nosotros mismos y en que lograremos el objetivo trazado. La clave es atreverse a soñar.

Pudimos admirar el espíritu empresarial de niños desde 8 años, cuyos padres debieran ser clonados porque los niños de hoy necesitan padres que los estimulen como lo hacen estos padres a sus pequeños hijos. Me llamó la atención en especial un niño que con una soltura, un aplomo y madurez me explicó su producto (pulseras hechas con nudos tipo náutico que además de ser bonitas y originales pueden servir para atar cosas pesadas en una emergencia), o unas niñas preciosas que hacen bolsas de supermercado, para además de ser creativas y a la moda, buscan eliminar el uso del plástico y contribuir al medioambiente.

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Pero es en suma el mensaje lo que impacta. Partiendo de la buena nueva que Guatemala ya cambió, que estamos vivos en un momento histórico de innovación, en el que los chapines estamos desarrollando una nueva consciencia que nos permita aprender del pasado para edificar nuestro futuro. Una nación en la que una nueva narrativa nos impulse, nos una y nos ayude a crecer en armonía con nuestros semejantes y con nuestro entorno. Todo basado en una actitud positiva, responsable y eficaz. Todo empieza por uno mismo, como individuo, y lo transmitimos a la familia y a nuestro entorno, que conforma la sociedad en que vivimos, reflejadas en el gobierno, conformando una nación. Es por esa cadena inevitable que debemos iniciar por nosotros mosaísmos. Todos y cada uno en nuestra actividad, en nuestro mundito, debemos y podemos contribuir a ese crecimiento nacional.

Fue pues un evento realmente inspirador, que espero motive a tanto joven talento que estuviera presente para dejarse llevar por sus sueños, y soñar en grande. Que crean en sí mismos, y que alcancen esos sueños trabajando con responsabilidad, con osadía, creatividad y empeños. ¡Eso necesita nuestro país!

Guatemala tiene todo para ser una estrella en la comunidad internacional, pero depende de nosotros mismos lograrlo. ¿Quién se apunta? Después de todo, como dijo Teddy Roosevelt “la retórica es un pobre substituto para la acción, y hemos confiado únicamente en la retórica. Si de verdad deseamos ser un gran país, no debemos nada más hablar, debemos actuar en grande”.

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